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La población de palomas se reducirá en al menos 150 al año

El Ayuntamiento saca de nuevo a concurso el control de estas aves para evitar su proliferación

La población de palomas se reducirá en al menos 150 al año

donostia - El Ayuntamiento de Donostia ha convocado un nuevo concurso público para seleccionar a la empresa que se encargará de mantener a raya el número de palomas en la ciudad. Aunque la tarea desagrada a muchos, los expertos aconsejan evitar un aumento excesivo de la población de estas aves para luchar contra los problemas que conllevan.

La empresa que logre la adjudicación de esta tarea deberá ocuparse en exclusiva de la especie Columba livia, la más común en la ciudad, y las capturas de las aves deberán llevarse a cabo tanto en lugares públicos como en instalaciones y edificios municipales. El Ayuntamiento justifica la necesidad de eliminar grupos de individuos de esta especie por la necesidad de mantener un control demográfico de estas aves, al igual que sucede con los insectos o los roedores. “Resulta fundamental en términos de salud pública y para la calidad de vida de la ciudadanía, ya que son portadores de muchas enfermedades infecciosas que suponen un riesgo sanitario real”, explica el pliego de condiciones.

Entre los requisitos que las empresas deben tener en cuenta para la participación en el concurso, se pide que tengan experiencia en esta tarea en los tres últimos años, que el sistema utilizado para la eutanasia sea incruento y que se lleve a cabo ante un veterinario colegiado. De la misma manera se exige que la empresa responsable retire un mínimo de 150 ejemplares al año, en cuatro veces.

Las medidas para la reducción de la superpoblación de palomas comenzaron a aplicarse en Donostia hace dos décadas. Entonces eran cerca de 4.000 las palomas que habitaban la ciudad, mientras que en el año 2006 la cifra no superaba las 300, a causa del control que se ejerció sobre su población.

La empresa que en aquel momento se encargaba de la captura de las aves era Desinfecciones Eibar, que utilizaba un procedimiento basado en generar confianza en los pájaros. Una semana antes de realizar las batidas, los operarios del servicio acudían diariamente a diversos puntos de la ciudad y daban de comer a las aves a la misma hora. De esta manera, conseguían que los pájaros les reconociesen y se confiasen. Tras acostumbrar a los animales durante ocho o diez días, los operarios lanzaban una red sobre ellos en el momento que estaban comiendo y las atrapaban. A partir de su captura, las palomas eran trasladadas a un local del departamento de Sanidad y se sacrificaban gaseándolas con CO2. Los cadáveres se recogían por un servicio subcontratado por la Diputación y encargado de sacrificios animales.

Aunque las palomas son aves que transmiten sentimientos positivos hacia las personas, pueden contagiar hasta 40 enfermedades al ser humano y son portadoras de 60 clases de parásitos, entre ellos piojos, pulgas y garrapatas. De la misma manera sus excrementos provocan numerosos inconvenientes en las ciudades, ya que son corrosivos y, por reacción química, logran desintegrar el cemento y el hormigón, además de estropear los monumentos.

En Donostia, antes de que controlase su población, generaban numerosos problemas en los edificios. Las palomas, además, proliferan gracias a la comida que los proporcionan algunos ciudadanos, una práctica que, a pesar de estar prohibida, es una realidad en distintos puntos de la ciudad.