El concurso para la gestión del funicular de Igeldo estará listo “en unos meses”

Donostia - El Gobierno Vasco confirmó ayer que está actualmente preparando las condiciones de licitación para la gestión del funicular de Igeldo que, mientras tanto, seguirá en manos del Parque de Atracciones. El nuevo director de Transportes del Ejecutivo autónomo, Marko Boronat, aseguró a este diario que el departamento de Transportes del Gobierno Vasco, titular de la línea, “garantiza el actual mantenimiento del servicio del funicular de Igeldo mientras prepara la licitación del servicio que todavía podrá llevar unos meses en la prórroga de la actual concesión”.

Boronat añadió que la próxima licitación se llevará a cabo “con las mejores condiciones de previsión de futuro teniendo en cuenta su servicio para el acceso al Parque de Atracciones y para el vecindario”. Asimismo, añadió que “es necesario que garantice la seguridad de las personas usuarias adaptando sus sistemas en lo que sea preciso y que, ante todo, mantenga la estética actual de los dos coches de madera ya que constituyen uno de los iconos culturales y turísticos de Donostia”.

El director de Transportes del Gobierno Vasco añadió que “el funicular de Igeldo forma parte de nuestro patrimonio cultural y ferroviario”, por lo que insistió en el mantenimiento de su estética algo que, además, es obligatorio ya que la línea de transporte, así como el parque de atracciones, están catalogados como Bien Cultural del País Vasco con la categoría de Conjunto Monumental.

Boronat recordó que otras ciudades europeas se han encontrado con infraestructuras similares y “han mantenido sus funiculares con sus estéticas tradicionales mejorando y modernizando sus sistemas internos de seguridad”. “En cada una de esas ciudades el funicular constituye también un punto de atracción turística al mantener su estética con una tecnología interna acorde con las exigencias actuales”, agregó.

Este tipo de infraestructuras existen en todo el mundo. Por ejemplo, en Barcelona funciona el funicular de Gelida, de 1924, doce años más tardío que el de Igeldo. En Portugal se contabilizan varios como el elevador del Bom Jesus, construido en 1882 y que funciona con el sistema original de contrapeso de agua, o el de Lavra, en Lisboa.