donostia - "Lo pensé por la mañana y lo hice por la tarde". Mariona Tella, donostiarra afincada en Barcelona, tenía muy claro lo que quería hacer con esta página de Facebook: "Plasmar la evolución urbanística de la ciudad y los usos y costumbres de sus pobladores". Insiste, además, en que es una página con una selección muy personal de imágenes de finales del siglo XIX y primera mitad del XX.

Vive en Barcelona. ¿La creación de esta página responde de alguna forma a que siente cierta morriña?

-Creo que en parte sí. Y me gusta la fotografía. Conocía la página Barcelona desapareguda, mi primera inspiración, creada por un arquitecto italiano. Busqué si había algo similar de San Sebastián y no lo encontré.

Y decidió hacerlo.

-Sí. Lo pensé por la mañana y lo hice por la tarde. Tenía muy claro lo que quería: plasmar la evolución urbanística de la ciudad, que ha cambiado mucho. Si ha sido para bien o para mal, eso es siempre opinable. No quería hacer una página histórica. Las fotos están a disposición de todo el mundo en archivos digitalizados pero yo miro muchas, selecciono y escojo las que me interesan. Por ejemplo, he puesto fotos del Chofre, que como construcción era espectacular, pero no de toros porque no me gustan, aunque reconozco que ha habido afición taurina en la ciudad. También me importa mucho la calidad fotográfica.

Insiste en que es una página personal. ¿Esperaba tantos seguidores?

-No esperaba nada y por eso estoy muy contenta. Me gusta la investigación fotográfica, me divierte. Si gusta mi propuesta, yo encantada.

Los seguidores participan activamente. ¿Eso enriquece su página?

-Absolutamente. La página sin los comentarios sería la mitad. Yo soy como el que reparte juego en el casino con mi propuesta. Ha habido gente que ha puesto nombres y apellidos a personas, han salido hijos o nietos de alguien que salía en la foto. Son una parte sustancial. Se ha creado un interés por un pasado urbanístico y estoy muy contenta con eso. Uno de los temas que provocan mayor curiosidad es que Donostia ha tenido que crecer en un terreno muy limitado: la gente no se imagina lo que se ha ganado al mar y le gusta verlo en fotos.

¿A qué se debe que haya tantas fotografías de esa transformación?

-Sobre todo a dos fondos muy importantes que compró Kutxateka: Foto Car y Fondo Marín. Lo curioso es que los cuatro fotógrafos de estos fondos tienen nombres muy parecidos: Ricardo Martín y su hijo Vicente Martín, de Foto Car, y Pascual Marín y su yerno Paco Marí de Fondo Marín. Todos eran fotógrafos de estudio y además de calle y se ha conservado muy bien su trabajo. También hay fotografías de la familia Koch, que no están digitalizadas, y el fondo de Gregorio Galarza, tampoco digitalizado, que posee el Museo San Telmo. En este último caso sí hay postales digitalizadas.

¿Kutxateka es su principal fuente?

-Sí, en una proporción elevada es Kutxateka. También están las imágenes de Guregipuzkoa.net o las del archivo histórico IEFC de Catalunya, y de hecho hay unas placas de vidrio que no están digitalizadas que me gustaría identificar. También hay cuadros y grabados o la dirección www.albumsiglo19mendea.net de la Diputación donde busco material.

¿Hay mucho material digitalizado?

-Solo Kutxateka tiene unas 500.000 fotografías de Gipuzkoa. Eso es mucho material. Si yo contribuyo un poquito a crear una cultura del patrimonio fotográfico, encantada. Pero lo cierto es que la conservación de estos fondos requiere una inversión importante.

¿Es ese su objetivo?

-Sí. Reivindicar a los fotógrafos, su papel documental y transmisor de los siglos XIX y XX. Gracias a ellos sabemos cómo fue nuestra ciudad.