Donostia. La explanada surgida en el barrio de Txomin Enea tras el reciente derribo de las casas del Padre Abarzuza será uno de los puntos sobre el que se asentará la futura zona residencial. Ayer, las máquinas de obra comenzaron a depositar los rellenos de tierra que servirán para crear la plataforma sobre la que se construirá el nuevo entorno residencial. Las calles y los edificios estarán a entre tres y 3,5 metros de altura respecto a la actual cota, con el fin de que no les afecten las inevitables y periódicas crecidas del río Urumea.
El concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, y técnicos del Ayuntamiento asistieron ayer al inicio del aporte de tierras, una operación imprescindible para, más adelante, poder comenzar con la construcción de los pisos sobre un terreno estable. Dos representantes de la asociación de vecinos asistieron también a la visita de la comisión municipal al barrio.
nuevo convento Todos los presentes pudieron contemplar el nuevo edificio que completa el convento de Kristobaldegi, levantado junto al viejo edificio aunque a tres metros de altura, y en el que residen ya las religiosas. El inmueble es obra de la arquitecta donostiarra Izaskun Larzabal y llama la atención por su fachada moderna y las placas solares instaladas sobre la cubierta.
En breve, el ala antigua del convento más cercana al río será derribada, según estaba previsto. Curiosamente, la arquitecta ha podido acceder a las viejas instalaciones del monasterio, algo que no han podido hacer otros técnicos varones, ya que se trata de un convento de clausura
Los rellenos de tierra que sirven para iniciar la plataforma se encuentran ya depositados en las inmediaciones de la cárcel de Martutene y las desaparecidas casas del Padre Abarzuza. Son un total de 20.000 metros cúbicos y proceden de la excavación de las viviendas de Aldunaene. Forman parte de los 273.000 metros cúbicos de tierra que será necesario colocar sobre los solares destinados a acoger los futuros pisos, con el fin de que el suelo crezca en torno a tres metros.
Más adelante, el Ayuntamiento empleará rellenos procedentes del hueco de la estación de autobuses de Atotxa. Pero será necesario buscar aún más material, que se irá llevando poco a poco al lugar. En total, y teniendo en cuenta que cada camión puede transportar unos ocho metros cúbicos de tierra, se calcula que los vehículos de obra tendrán que hacer 2.500 viajes para poder depositar todo el volumen necesario para iniciar los trabajos, según explicó ayer in situ el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran. Una vez depositada y aplanada toda la tierra habrá que esperar un periodo de entre seis y ocho meses para que se asiente y, así, poder arrancar correctamente la obra. Además, habrá que retirar gran parte de tierra vegetal blanda antes de colocar el material más duro. Esta tierra será destinada a jardinería.
Además de ir conformado los rellenos, el entorno de Txomin Enea sigue avanzando en los derribos previstos. Ayer, una excavadora daba ayer los últimos embates a la antigua carpintería que se ubicaba en el paseo de Antzieta 29, y que sucumbió como lo harán los edificios situados a la cota más baja de este barrio.
"pasos visibles" Burutaran se mostró satisfecho por el inicio de los rellenos, una nueva etapa previa a la ejecución de las viviendas. "Estos pasos son, además, cada día más visibles y los vecinos ya empiezan a ver máquinas trabajando", dijo el corporativo. Asimismo, añadió que el Ayuntamiento sigue trabajando en el planeamiento urbanístico de la zona, en poner en marcha el concurso para diseñar el puente de Egia y en adquirir los terrenos para la construcción del nuevo puente de Martutene. Ambas pasarelas dejarán de ser un obstáculo cuando hay crecidas de agua, por lo que no contribuirán a las inundaciones, como sucede ahora.
El corporativo de Bildu recalcó, además, que el Ayuntamiento sigue en conversaciones con el Gobierno Vasco con el fin de que se implique en la construcción de viviendas de protección oficial en este punto de la ciudad, tal y como anunció en el pasado. "Queremos que ponga fecha y estamos seguros de que se va a implicar en ello, aunque el asunto comienza a ser urgente", aseguró el concejal. Asimismo, recalcó que las primeras viviendas que serán construidas serán las 106 destinadas a los realojos de los vecinos que ya no viven en el lugar.
El plan completo del nuevo barrio contempla 1.250 viviendas en dos fases. Para ejecutar la segunda, es necesario derribar la actual cárcel, un plan cuyo futuro se desconoce por el momento y que depende de Instituciones Penitenciarias.