Donostia. Decenas de llamadas telefónicas colapsaron la centralita de la Guardia Municipal el día de San Ignacio alertando de la presencia de la temida avispa asiática en diferentes barrios de la ciudad. Vecinos de Bera Bera, Aiete (Mamistegi), Ibaeta o Herrera relataron a los guardias municipales los movimientos de enjambres de la supuesta avispa que llegaron incluso a cubrir un coche y ocultar algún escaparate. Esta pequeña alarma llevó a los técnicos de Sanidad del Ayuntamiento a realizar una serie de comprobaciones y resulta que no se trataba de la denominada vespa velutina, sino de una inofensiva mosca con una apariencia muy similar a la popular avispa asiática y cuyo nombre científico aún está por descifrar.
Las llamadas de los vecinos a la Guardia Municipal prosiguieron ayer, pero en menor medida. Según estas alertas, los enjambres de moscas seguían merodeando en torno a tilos plantados en zonas como Ibaeta, Igara, Igeldo o Herrera. El origen o desarrollo de estas moscas hay que situarlo en los depósitos de purines de granjas, vaquerías y cuadras.
¿Pero qué es lo que revolucionó a estas moscas comunes los dos últimos días? La causa hay que buscarla en el calor y la glucosa. El jefe del departamento de Sanidad del Ayuntamiento de Donostia, José Manuel Etxaniz, explica que las altas temperaturas han provocado "un incremento de pulgones en los tilos ". "Los pulgones perforan las hojas de los tilos y extraen la glucosa, fructuosa y sacarosa que precisan. En ocasiones, solo ingieren uno o dos de esos azúcares y las hojas quedan heridas, sangran. Esa sangre que, en realidad, son azúcares, van goteando de una a otra hoja y ese sabor dulce es lo que atrae a estas moscas", añade.
Etxaniz asegura que no hay motivo para la alarma y que en este tipo de casos, cuando se detecta la presencia de enjambres de insectos extraños, lo primero que hay que hacer es dar aviso a la Policía Municipal, con el fin de que los técnicos entendidos en la materia realicen las labores oportunas.
"Hemos oído tanto hablar de la avispa asiática que ahora parece que vemos cualquier insecto volando y pensamos que es la avispa, pero no hay que alarmarse tanto", insiste este experto.
Lo cierto es que los enjambres de estas moscas parecidas a la avispa sí llegaron a angustiar a más de un donostiarra, como una joven que iba a salir de vacaciones con sus dos hijos, pero tenía el coche cubierto completamente de moscas. O la dependienta de una tienda que se encontró todo el escaparate tapado por las moscas.
Etxaniz insiste en que la alta presencia de este insecto se debe a las "anormales altas temperaturas" y concluyó que en cuanto llueva "habrán desaparecido".