Donostia. La Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia han firmado el traspaso de la titularidad de la GI-21, en Añorga, y de la GI-2137, entre Martutene y Loiola. Esto significa que a partir de ahora será el Consistorio donostiarra quien gestionará ambos viales y se ocupará de acondicionarlos para llegar al objetivo final: su bulevarización.
En este sentido, la Diputación ingresará 1,33 millones de euros en las arcas municipales para que con este dinero la ciudad acometa las obras que están pendientes en las citadas carreteras. Además, en virtud de este acuerdo, los tramos se convertirán en vías urbanas.
Según el informe emitido por el Servicio de Conservación de Carreteras e Innovación de la Dirección de Infraestructuras Viarias, el presupuesto de los trabajos que debería acometer la Diputación en el recorrido entre Martutene y Loiola se valora en algo más de un millón de euros. En el caso del tramo de Añorga, el coste de la mejora sería de alrededor de 338.000 euros.
Según explicó el Gobierno municipal mediante una nota de prensa, "como quiera que ambas instituciones entienden que las obras previstas por el Ayuntamiento en la parte de titularidad municipal hacen necesaria una ejecución unitaria, acuerdan que sea el propio Consistorio quien las ejecute, siendo la Diputación de Gipuzkoa quien financie los trabajos, en cumplimiento de la Norma Foral de Carreteras".
En este sentido, la concejala de Infraestructuras y Servicios Urbanos, Nora Galparsoro, afirmó que este acuerdo es un paso importante de cara a la bulevarización total de estas dos vías, una vieja reivindicación de los vecinos y vecinas de estos dos puntos de la ciudad". "Esto servirá para humanizar estos entornos y hacerlos más seguros y amables para el peatón", añadió la edil.
años de espera La firma de este acuerdo supone un nuevo paso hacia la bulevarización de dos zonas de la ciudad que actualmente soportan un gran tráfico. Los habitantes de Loiola y Añorga llevan varios años soportando diversas obras que van encaminadas hacia ese objetivo que hasta hace poco tiempo se ha considerado muy lejano.
En los últimos meses, los vecinos de Añorga han presenciado la recta final de las obras del desdoblamiento del Topo, a un lado de la N-I, y el encauzamiento de la regata al otro.
Las instituciones (Gobierno Vasco, Diputación, Ayuntamiento y empresas como Cementos Rezola) prevén una inversión total superior a los 60 millones. Así, la actual vía rápida se convertirá en una calle urbana con un solo carril de circulación en cada sentido. En el lado de la regata habrá una amplia acera y el otro, bidegorri.