DEBERÁ mantener su valor histórico y estético, aunque se podrán cambiar los vagones actuales. Son las condiciones que exige el Gobierno Vasco a quien aspire a gestionar el funicular de Igeldo en los próximos 50 años.

Los responsables de Monte Igueldo, propietarios del parque de atracciones, se muestran satisfechos por el cambio de criterio del Ejecutivo autonómico, que provocó gran polémica hace unos meses cuando anunció que, para cumplir las normativas de accesibilidad y seguridad, el funicular, inevitablemente, sufriría modificaciones.

Además de provocar protestas de la familia Pascual (representante de Monte Igueldo), que ha estado a cargo del tren desde que lo construyó en 1912, la noticia hizo reaccionar también a muchos donostiarras. Se creó un grupo en Facebook bautizado Salvemos el funicular, se buscaron apoyos y se presentaron en el Gobierno Vasco más de 4.000 firmas que exigían que se protegiera el funicular y su integridad. Pedían, asimismo, que se catalogara el tren como bien cultural, debido al valor histórico y simbólico que tiene para toda la ciudad, de manera que no pudiera ser destruido o modificado en lo sustancial.

Más de un año después de que anunciara que preparaba los pliegos para sacar a concurso la gestión del tren, el Departamento de Transportes del Gobierno Vasco anunció el lunes que, finalmente, reculaba y exigía que se mantenga el valor estético e histórico de la infraestructura ya centenaria. De todos modos, también anunció que el nuevo gestor podrá cambiar los vagones actuales (si lo hace, deberán ser de madera), por lo que está por ver lo que sucederá realmente con el funicular.

De momento, los responsables de Monte Igueldo siguen a la espera de conocer con detalle esos pliegos que regirán el concurso público (aún no se han publicado), aunque en su momento ya anunciaron su intención de presentarse al concurso para seguir a cargo de la infraestructura, ya que consideran que forma parte del parque de atracciones.

la fórmula de la concesión

Cien años subiendo y bajando

En realidad fue Monte Igueldo quien construyó el funicular en 1912 en terrenos de su propiedad para facilitar el acceso al parque de ocio a los donostiarras, que entonces no tenían coche. En aquel momento, a la hora de pedir las autorizaciones pertinentes, se acordó con el gobernador utilizar la fórmula de una concesión, aunque la familia Pascual defiende que, en realidad, no era ese el espíritu del acuerdo firmado hace un siglo.

La cuestión es que, legalmente, una concesión no se puede prolongar más allá de 99 años, límite que se cumplió el pasado mes de enero. Hace años la titularidad del tren, al igual que el resto de ferrocarriles, pasó a manos del Gobierno Vasco, que fue quien anunció el año pasado que convocaría un nuevo concurso público para su gestión. De todos modos, en enero concedió una prórroga a Monte Igueldo para que continuara a cargo de la infraestructura hasta que se convoque y resuelva el nuevo concurso.

plataforma ciudadana

Más de 4.000 firmas

Mientras tanto y, sobre todo alarmados por las declaraciones de representantes del Gobierno Vasco que preveían que el funicular se transformaría para adaptarse a las medidas de seguridad y accesibilidad, el grupo de personas que buscaron firmas y apoyos también ha seguido trabajando para solicitar que el tren se catalogue como bien cultural y pueda, así, protegerse.

Este grupo, con el apoyo también de la Asociación de Patrimonio Industrial del País Vasco, elaboró un informe y acudió al Ayuntamiento de Donostia, a la Diputación de Gipuzkoa y, también, al Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, entidad competente para catalogar monumentos o bienes culturales.

Al parecer, los responsables de los tres organismos son favorables a la protección y conservación del funicular. Incluso, hace unos meses el Departamento de Cultura solicitó al de Transportes un informe sobre este asunto, por lo que podría abrir un expediente para tramitar la catalogación y protección del tren. Si eso sucediera, aunque los pliegos del concurso estuvieran aprobados ya, este podría paralizarse si se considera que la integridad del tren corre peligro.

detalles por concretar

Las vías y los vagones

Otra de las cuestiones pendientes en todo este asunto es qué es exactamente lo que el Gobierno Vasco sacará a concurso. Y es que aunque el funicular es de su titularidad (las vías y los vagones), tanto los terrenos sobre los que discurre como las dos estaciones del tren son propiedad de Monte Igueldo (la estación de Ondarreta fue construida en su momento como sede de la sociedad). Eso significa que esta cuestión podría desembocar también en desencuentros legales o jurídicos que podrían entorpecer el concurso y la adjudicación.

Todos estos aspectos se irán dilucidando en los próximos meses, cuando se hagan públicos los pliegos y, también, cuando el Departamento de Cultura decida si emprende o no la tramitación necesaria para otorgar una protección al funicular. Tanto Monte Igueldo como los impulsores del grupo Salvemos el funicular y miles de donostiarras continúan a la espera.