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El gobierno de Donostia se marca unas "líneas rojas" éticas en su gestión

El gobierno de Donostia se marca unas "líneas rojas" éticas en su gestiónRuben Plaza

DONOSTIA. Así lo ha dicho hoy en su presentación a los medios informativos el alcalde, Juan Karlos Izagirre, quien ha indicado que este "Código del Buen Gobierno" pone el consistorio donostiarra al servicio de "una sociedad más justa" y "una gestión eficiente", además de "la normalización política" o "la diversidad cultural".

El código, que se desarrolla en ocho epígrafes, además de su presentación y principios, recoge una serie de criterios de actuación que, según el alcalde, su gobierno ya está aplicando en su "práctica institucional diaria", si bien los plasma ahora en un texto porque, de lo que se trata es de "predicar con el ejemplo".

Garantizar que ningún miembro del gobierno municipal "se lucre por razón de su cargo" y que su conducta sea "justa, responsable, al servicios de la ciudadanía, transparente, eficiente y debida enteramente a la función pública" constituye el fundamento del código, que recoge "el cuerpo de las recomendaciones" aprobadas en esta materia por el Consejo de Europa en 1999 aunque añade "algunos criterios propios".

En el capítulo dedicado a los bienes, además de no usar la institución en beneficio propio o de sus "conocidos o familiares", los delegados del ejecutivo local y los asesores se comprometen a no aceptar "regalos que sobrepasen los usos y costumbres de la simple cortesía", así como a declarar su patrimonio personal.

La publicación de las retribuciones íntegras y compensaciones económicas, tanto de los cargos electos como de los de designación directa y los directivos, o la dedicación exclusiva, a tiempo completo e incompatible con otro tipo de actividades económicas o lucrativas, son algunos de los compromisos adquiridos.

El alcalde ha destacado que, como ya han hecho desde el inicio de su mandato y "por primera vez en la historia" de este Ayuntamiento, se comprometen a reforzar las comisiones de control y seguimiento de la contratación pública, "permitiendo la entrada" de los concejales de la oposición.

El código dedica un epígrafe al transfugismo, según el cual, si un miembro del ejecutivo local decide dejar el cargo por cualquier razón, no podrá mantener su representatividad en otro grupo político, es decir, que "marcharse implica dejar el cargo y la institución".

Asegurar la convivencia y normalización política o profundizar en la transparencia y la participación ciudadana, ésta última con "ejercicios de democracia directa", son otros de preceptos de conducta fijados, así como fomentar la pluralidad política y mediática e incidir en la justicia social, entre otros.