Donostia. Entre los múltiples edificios y construcciones de Donostia que este año cumplen 100 años, hay uno muy especial que en 2012 sobrepasa por cinco años la centena. Nos referimos al actual quiosco del Boulevard.

El arquitecto Iñaki Uriarte recuerda que a Antonio Cortazar, encargado del diseño del ensanche de la ciudad a partir de 1863, se le obligó a diseñar el espacio del Boulevard. "Urbanizado, dotado de arbolado y jardinería de acuerdo a la progresiva apreciación de la naturaleza con el gusto por el paseo y el recreo de los sentidos en los recintos públicos propio de la época, está presidido por dos arquitecturas sobresalientes en sus extremos longitudinales". Uriarte se refiere, por supuesto, al entonces Casino -hoy Ayuntamiento- construido en 1882 y al Victoria Eugenia, de 1912.

En la ordenación del entorno del Boulevard, entre ese arbolado y esos jardines, se decidió en 1907 construir mediante concurso público la infraestructura reservada para la banda de música de la ciudad. En las manos del arquitecto aragonés Ricardo Magdalena recayó la responsabilidad de edificar el quiosco, que se inauguró el 1 de junio de 1907 y que ha sobrevivido hasta la actualidad.

La equipación se construyó utilizando la base de un quiosco anterior, construido en madera en 1895. Sobre esa base "se alzan doce columnas cilíndricas de fundición coronadas por una exuberante decoración proporcionadas por la fábrica Pascual González Construcciones de Hierro y Acero", describe Uriarte en un documento remitido a los medios, al tiempo que añade que las columnas están "enlazadas por una elegante barandilla y en la parte superior están arriostradas por un perímetro de arcadas metálicas con las bases ovaladas muy decoradas con paneles acristalados de bellísima composición y colorido en total sintonía con el Art Nouveau y de enorme expresividad, realizados por la acreditada empresa Maumesean".

cambios El propio quiosco no ha permanecido inalterable durante más de un siglo. El arquitecto Uriarte recuerda que, al principio, el suelo de la construcción fue de madera, "al igual que el interior de la cubierta", mientras que en la actualidad el suelo es de mármol. Asimismo, antes se encontraba en el centro del Boulevard, pero fue desplazado tras las obras del aparcamiento subterráneo y se colocó en un "extremo". "No obstante, el quiosco, con su notable presencia, calidad artística y valor arquitectónico, se impone sobre su alterado entorno original", apunta.

Uriarte expone que el quiosco ha perdido su "tradicional función" dado que Donostia ya no cuenta "inexplicablemente" con una banda de música municipal, "a pesar de que sea utilizado en otro tipo de actuaciones artísticas y como púlpito reivindicativo, lo que al menos ha garantizado su conservación". Pero no se muestra pesimista y sentencia lo siguiente: "El quiosco es una arquitectura que aún en la soledad de su silencio armoniza un lugar".