Donostia. Los sindicatos ELA y Erne del Ayuntamiento de Donostia han rechazado públicamente que los guardias municipales que asistieron el 24 de septiembre al aviso de ocupación de una casa en la Parte Vieja comparezcan hoy ante la junta de portavoces para explicar la situación y ayudar a los distintos grupos políticos a esclarecerla.

El sindicato ELA, primera fuerza sindical en el Consistorio, envió ayer una carta al alcalde, Juan Karlos Izagirre, en la que considera que la presencia de empleados públicos en la Junta de Portavoces no es adecuada y añade que entre las atribuciones del órgano político no se encuentra este tipo de actuación. Asimismo, añade que si el gobierno desea que se esclarezcan los hechos deberá convocar "la comisión oportuna", con presencia de representantes sindicales.

Por su parte, Erne, fuerza exclusiva de la policía local -que se ha mantenido en silencio hasta el momento- recalca que "la Guardia Municipal es un cuerpo jerarquizado" y rechaza que los convocados sean agentes de la escala básica. Pide también al alcalde que "deje sin efecto el requerimiento" a los guardias para que comparezcan, ya que no es el foro adecuado para "interrogarlos".

La petición de explicaciones a los guardias fue acordada en una reunión la pasada semana, en la que el alcalde y los portavoces de la oposición trataron la actuación policial en este edificio privado, que no impidió su ocupación. Los portavoces de la oposición anunciaron que pedirían una comisión de investigación si no quedaban satisfechos con las explicaciones. Sin embargo, como no están obligados a ello, existe la posibilidad de que los guardias no acudan a la reunión, tal y como aconsejan los sindicatos, lo que podría llevar a la oposición a reclamar la citada comisión de investigación.

versiones El suceso que ha motivado la polémica tuvo lugar cuando un grupo de jóvenes ocuparon el edificio de la calle Gaztelubide 5 y asistió una patrulla de la Guardia Municipal para identificarlos. Mientras estaban los agentes se presentó el secretario del alcalde, el exconcejal de HB de Donostia, Josetxo Ibazeta. Según el gobierno municipal, Ibazeta medió entre los jóvenes y los agentes municipales para evitar problemas. Sin embargo, el primer informe elaborado por los guardias implicados señalaba que el secretario del alcalde se había hecho "responsable del movimiento", tras lo que los jóvenes siguieron en el edificio acondicionándolo para convertirlo en gaztetxe, ya bautizado como Uxotegi.

El abogado de la dueña del edificio, que denunció la ocupación en la Guardia Municipal y en la Ertzain-tza, se encuentra a la espera de que el juzgado ordene el desalojo. Niega que el edificio esté abandonado ya que ha sufrido obras como, por ejemplo, la sustitución del tejado.