HUERTAS y zonas deportivas en la área inundable, recuperar el espacio de debajo de la Variante para enlazar con Riberas y combinar espacios abiertos y de ocio con nuevas viviendas. Todo ello, manteniendo la identidad de Ciudad Jardín, en Loiola. Son algunas de las propuestas que han resultado del segundo concurso de ideas para regenerar esta zona organizado por el grupo de investigación Caviar (Calidad de Vida en Arquitectura) de la escuela de Arquitectura de la UPV, en colaboración, entre otros, con los vecinos de Loiola y el Ayuntamiento.
"Planteamos nuevas formas de intervenir en la ciudad: es importante dejar de construir y arreglar lo que ya hay construido desde un enfoque integral que implique a ciudadanos, instituciones y técnicos", explica Claudia Pennese, profesora de la escuela de Arquitectura de la UPV. Ni ella ni su compañera, Olatz Grijalba, quieren que sus planteamientos acerca del urbanismo con una perspectiva social y con implicación ciudadana se queden en un simple discurso. Por eso, hace dos años decidieron intentar llevarlos a la práctica en lugares reales de Donostia, con vecinos reales y problemas también reales. De momento, han abordado desde este punto de vista la regeneración de Herrera y la de Ciudad Jardín, en Loiola.
Pennese explica que en el inicio contaron con la colaboración de Hiria Kolektiboa y el profesor de Urbanismo Koldo Telleria, que ya había trabajado con anterioridad con la asociación de vecinos Herripe de Herrera. El barrio presenta varias zonas industriales degradadas en la actualidad y Herripe es una asociación activa, de ahí que consideraran que Herrera era un caso casi perfecto para intentar desarrollar su propuesta de regeneración y participación.
práctica
Primer concurso en Herrera
En colaboración con Herripe, definieron dos zonas concretas (el entorno de Harrobitxulo y las naves de Txingurri) y, tras una jornada teórica en torno al urbanismo desde una perspectiva social, convocaron el concurso de ideas para regenerar este entorno dirigido a jóvenes arquitectos, estudiantes y recién licenciados. El objetivo era que los participantes escucharan a los vecinos de Herrera y sus necesidades y, a partir de ahí, plantearan sus propuestas para regenerar estas zonas.
En ese primer concurso participaron seis equipos de arquitectos y la UPV recogió todas sus propuestas en una publicación. "No se trata solo de las propuestas concretas que se presentaron al concurso, de la publicación se pueden sacar las estrategias de intervención que planteamos", explica Pennese. Por su parte, los miembros de Herripe se plantean defender esas propuestas ante las instituciones para que algunas puedan materializarse.
Precisamente, la falta de colaboración o acuerdo previo con las instituciones competentes a la hora de abordar ese primer concurso en Herrera fue una de las carencias detectadas por Pennese y Grijalba. Sin esas instituciones, las propuestas continuarán quedándose solo en el papel. De ahí que decidieran que, antes de convocar el segundo concurso, era necesario implicar en el proyecto también al Ayuntamiento.
Y es que para que el tipo de urbanismo que plantea el colectivo Caviar sea real es fundamental, como incide Pennese, la colaboración de arquitectos, vecinos y también de la Administración: "Es imposible hacerlo bien si no colaboran ciudadanos, instituciones y técnicos". Así, fue en colaboración con el Consistorio donostiarra como eligieron el segundo ámbito de actuación que afrontarían: Ciudad Jardín. Aunque el resultado del concurso no sería vinculante para el Ayuntamiento, sí se comprometió a tener en cuenta las propuestas que salieran de este segundo certamen a la hora de diseñar el futuro de esta zona de Loiola que, de momento, sigue pendiente de un plan especial que concrete su futuro.
perfeccionando
Segundo paso en Ciudad Jardín
Tras la experiencia de Herrera también comprobaron que era necesario ahondar en la comunicación entre los vecinos y los arquitectos participantes para que sus propuestas respondieran realmente a las necesidades de los habitantes del entorno. De ahí que Pennese y Grijalba organizaran una serie de talleres en los que los participantes y los loiolatarras pudieron poner en común sus planteamientos para el futuro de Ciudad Jardín. En esta segunda edición del concurso de ideas participaron nueve equipos de jóvenes arquitectos y, entre ellos, había también algún sociólogo y abogado.
Pennese y Grijalba han enviado ya una memoria al Consistorio y preparan una nueva publicación con los proyectos presentados para regenerar Ciudad Jardín. De momento, esperan la lectura que el Ayuntamiento hará de las propuestas y, también, esperan volver a colaborar con el Gobierno municipal para definir un tercer ámbito que necesite regenerarse y poder abrir un tercer concurso de ideas el próximo curso.
"Nuestro objetivo, más allá de las propuestas concretas, es que se empiece a trabajar así, que interactúen los técnicos con los vecinos y las instituciones", insiste Pennese. La profesora añade que, además, este tipo de intervención urbanística no se trata en la enseñanza reglada habitual y por eso cree que este tipo de concursos y jornadas son válidas para que los estudiantes de Arquitectura y recién licenciados aprendan a trabajar en colaboración con los ciudadanos. Para Pennese, ese debe ser el urbanismo del futuro.