Donostia. El Ayuntamiento de Donostia acometerá en breve el arreglo del espigón de la isla de Santa Clara, que se encuentra en mal estado a consecuencia de los continuos embates del mar. La decisión, de la que informó ayer el Consistorio mediante una nota, dará comienzo en cuanto las condiciones marítimas lo permitan, ya que en la intervención deben actuar buzos y se necesita que no haya oleaje.
El espigón de la isla ha sufrido en los últimos años el efecto de numerosos temporales por lo que el Ayuntamiento encargó meses atrás un estudio para conocer cómo se hallaba. El informe dio como resultado que el dique presentaba fuertes socavones y grietas, lo que hacía "temer por su integridad", por lo que el Ayuntamiento tomó la decisión de repararlo. Antes de ello, encargó a la empresa de ingeniería Eraiki la redacción de un proyecto de arreglo, que consiste en recalzar los socavones y reparar las grietas del embarcadero.
Una vez que la administración local contó con el proyecto, que prevé un gasto de 58.759 euros, se adjudicó la obra a principios de junio. Sin embargo, el permiso de obra, que depende de la dirección de Costas, se ha retrasado hasta el 29 de agosto. Ahora sólo falta que se suavice el oleaje, muy fuerte en las últimas jornadas.
Una vez que puedan arrancar los trabajos, varios buzos trabajarán en la parte más baja del espigón, de donde retirarán la arena y otros sedimentos depositados para, después, colocar sacos de cemento que refuercen la estructura. Una vez reparado, el espigón será rematado. En total, la obra durará unas tres semanas, según el calendario previsto.
La fortaleza del espigón de la isla es importante ya que es el único punto de llegada y salida de los visitantes que acceden a ella. Una hipotética rotura del dique impediría el acceso a la isla de Santa Clara.
El pasado mes de diciembre, el puerto de Donostia fue escenario de una obra similar, aunque de mayores dimensiones. El muelle sur, oficialmente denominado Mollaberria, recibió 14.200 toneladas de piedra para reforzar su escollera, ya que los sucesivos temporales habían atacado su estructura. Entonces, buzos y topógrafos fueron creando un mapa, que indicaba dónde debían ubicarse los grandes bloques de piedra procedentes de las canteras de Lastur y de Markina, similares a las piedras que conformaban la antigua escollera. Esta había dejado de proteger adecuadamente el dique ya que el mar había movido los bloques.
En aquella obra, que se alargó durante varios meses, trabajó una grúa de grandes dimensiones, que fue depositando las piedras en el lugar adecuado, según el mapa elaborado previamente.
A diferencia de los trabajos que se ejecutarán en la isla y que corren a cargo del Consistorio el refuerzo de la escollera del muelle sur de Donostia fue sufragado por el departamento de Puertos de Gobierno Vasco y costó 735.000 euros.