los amantes de la naturaleza y los curiosos en general no daban crédito a lo que han visto sus ojos durante la última mitad del invierno en las inmediaciones de Artikutza, un entorno natural propiedad del Ayuntamiento de Donostia, pero enclavado en Navarra, y establecido en la muga de localidades como Goizueta, Lesaka, Arantza o Zubieta. Una multitud de pájaros, "incontables, miles y miles" según los observadores, pasaban todas las mañanas desde ese enclave hacia el este, en dirección al señorío de Bertiz, mientras que al atardecer regresaban hacia el oeste. Un espectáculo increíble, "que nunca antes se había visto por aquí", según referían los observadores del cielo.

No encontraban una explicación a este fenómeno, al que aporta un poco de luz Jon Martínez, a la sazón observador de la Sociedad de Ciencias Naturales Gorosti, que realiza actualmente un censo de las rapaces y córvidos de la zona, siempre con su cámara fotográfica y unas fichas de campo que se encarga de rellenar. "Esa multitud de pajarillos que hemos visto en nuestro entorno -señala el ornitólogo aficionado- de aquí para allá son pinzones reales, que han encontrado su dormidero para este invierno en Artikutza, en la falda del monte Bianditz".

Normalmente suelen invernar en el centro de Europa, en Francia, Holanda o incluso en la mitad norte de la península ibérica, pero Martínez afirma que "nunca antes se había visto tal cantidad en esta zona, ni en toda Euskal Herria". Y es que estamos hablando de alrededor de un millón y medio de ejemplares, según han calculado los expertos utilizando sus sistemas de medición. "Es difícil dar una cifra exacta", comenta Martínez, que explica que la cantidad de pájaros se debe a la abundante "comida que han podido encontrar en la comarca. Al pinzón real le gustan mucho los hayucos y las primeras semillas, y en Artikutza y Bertiz hay cantidad de hayedos".

A finales de enero también se vislumbró un bando excepcional de pinzones reales en la zona de Barazar, en Bizkaia, y parece ser el mismo que se instaló a principios de febrero en Artikutza "porque es difícil que haya dos bandos de tal magnitud tan próximos". El propio Martínez y Héctor González, de la asociación Itsas Txoriak, acudieron a Artiku-tza en febrero y contemplaron un espectáculo sobrecogedor: "Es increíble cuando alzan todas el vuelo, prácticamente al unísono. Se movían de día en busca de comida y luego volvían a pernoctar. Primero se posaban en las hayas, que les servían de pista de aterrizaje, y luego en los pinos negros para dormir".

Con la llegada de la primavera, el pinzón real ha alzado el vuelo, camino a latitudes más septentrionales como Finlandia y Polonia, pero los aficionados a la ornitología y amantes de la naturaleza en general no pierden la esperanza de volver a verlos el próximo invierno por aquí.