Donostia. El próximo lunes comenzarán las reparaciones de las aceras hundidas del barrio Riberas de Loiola. Los trabajos, con un presupuesto de 200.000 euros, se llevarán a cabo en dos fases y la primera compete a los tramos más cercanos a Amara, de modo que se adecuarán las tres primeras manzanas de cada lado de la avenida Barcelona.

La rotura y levantamiento de los azulejos, las grietas entre las viviendas y las aceras, así como la aparición de tuberías de desagüe desencajadas hicieron saltar las alarmas hace tiempo entre los residentes de la zona, especialmente tras repetidas caídas de niños y ancianos. Por eso, la asociación de vecinos logró en 2009 llegar a un pacto con el Ayuntamiento en el que éste se comprometía a buscar una solución para el evidente problema.

Por lo visto, el subsuelo de Riberas de Loiola está compuesto por una capa de lodos que se comprimen con el peso. El Consistorio ya previó este posible contratiempo y, para evitar males mayores, expuso los terrenos, aún sin urbanizar, a un proceso de precarga para asentar la tierra antes de empezar a construir sobre ella.

Pero durante la segunda consolidación del suelo, que tiene lugar entre los siete y diez años siguientes a la construcción y en la que se encuentra el barrio ahora, han surgido pequeños hundimientos de dos o tres centímetros de profundidad, provocando las actuales roturas de baldosas. Dichas grietas son perfectamente visibles en los puntos en los que la acera entra en contacto con los edificios, ya que éstos están fijados en roca y no se mueven.

Esto fue lo que explicó el Ayuntamiento el martes de la semana pasada a los vecinos. Y según han comentado los residentes, saber que los hundimientos son habituales en las construcciones de nuevos barrios en Donostia -tal y como ocurrió anteriormente en Benta Berri-, así como escuchar que dichos fenómenos acostumbran a coincidir con su inauguración, "tranquiliza".

Para solucionar el problema, se sustituirán las baldosas partidas y se salvará el desnivel entre las viviendas y las aceras. Poco más de un mes necesitarán para finalizar esta primera fase, pero habrá que esperar otros cinco, como mínimo, para que empiecen con la segunda en el resto del barrio.

Desde la asociación de Riberas de Loiola declaran estar "muy contentos, porque es un proyecto importante" y celebran sentirse escuchados. Consideran un éxito las mejoras que están consiguiendo para el barrio y se sienten satisfechos con la atención recibida por el Consistorio.