Donostia. El viejo Puente de Hierro de Donostia, por donde el ferrocarril cruzaba el río desde 1864, se ha reconvertido ahora en una pasarela peatonal en pendiente que comunica la zona viaria de Riberas de Loiola con el renovado paseo fluvial del Urumea. La estructura fue reinaugurada ayer no muy lejos de su anterior ubicación, en el nuevo tramo del paseo que discurre por el borde del río hacia Loiola.
Antes de llegar a esta localización, entre el puente de la Real Sociedad y la pasarela Mikel Laboa, la férrea infraestructura fue desmantelada, dividida por piezas, tratada, restaurada, soldada y repintada.
Al margen de sus cualidades estéticas y de su nuevo uso, la parte del puente conservada cumple un objetivo: el de recordar a los donostiarras el papel que desempeñó durante casi un siglo y medio de historia en la ciudad.
Con una menor longitud que hace unos años, la estructura alberga un pavimento instalado a un nivel más elevado que el original para disminuir la altura de las paredes de hierro, que impedían a los peatones tener una visión del entorno y podían además dar cierta sensación de enclaustramiento e inseguridad.
La intervención en el ámbito del río se ha completado con la colocación de bancos, papeleras y alumbrado público, y la creación de un talud ajardinado.
El coste del conjunto de las obras del tramo fluvial, incluido el refuerzo del muro de costa, ha ascendido a casi 660.000 euros, del II Fondo Estatal de Inversión Local.
Asimismo, el Ayuntamiento comunicó ayer la posibilidad de realizar próximamente un dragado para eliminar los fangos acumulados en esa zona del río.
Durante el acto inaugural, el alcalde Donostia, Odón Elorza (PSE-EE), cortó ayer la cinta frente al paseo mejorado y ante la pasarela, en compañía de concejales de todos los grupos políticos del Ayuntamiento (PP, PNV, Aralar-Alternatiba, EA y Hamaikabat).