De frotar en la tabla a la lavadora
Planchas, lavadoras, tostadoras o radios. Desde las primeras versiones hasta modelos más elaborados. La colección Ganbara de Altzako Historia Mintegia ha reunido más de 350 objetos industriales que han marcado la evolución de la vida cotidiana en los hogares de Altza.
"ESTO era lo que ahora se llama I+D. Queremos reflejar los cambios que trajeron algunos inventos industriales a los hogares altzatarras hasta los años 60". Así resume Javier Cantera, miembro de Altzako Historia Mintegia, el objetivo del grupo de personas que se embarcó en el proyecto Ganbara hace ya doce años. Empezaron con unas donaciones de particulares y, año tras año, ya han logrado reunir una colección de 350 objetos que van desde antiguas tostadoras y estufas hasta elementos de coleccionista como una lavadora Otsein, una de las primeras que llegaron al mercado.
Estos días, con la excusa de un reportaje que les hizo un equipo de TVE, han sacado la mayoría de los objetos y los muestran en la casa de cultura de Altza, en Larratxo. Aunque los miembros de Ganbara lamentan que, el resto del tiempo, estos pequeños tesoros cotidianos viven en cajas apiladas en un pequeño almacén colectivo del centro cultural. De ahí que demanden un espacio propio. Eso les permitiría mantener en mejores condiciones sus objetos y mostrarlos de manera continua al público, dar a conocer su proyecto a sus vecinos y atraer, así, más donaciones que completaran la colección. Además, también podrían tener un lugar en el que limpiar y restaurar algunos objetos que les llegan dañados.
"No conozco ningún proyecto similar", insiste Cantera, que explica que no se trata de recopilar artículos de coleccionista, sino objetos industriales cotidianos que cambiaron y condicionaron la vida de centenares de hogares altzatarras. Además, casi sin querer, confiesa que están reuniendo bastantes aparatos producidos por fábricas guipuzcoanas, muchas de ellas ya desaparecidas.
Jon Serrano, otro de los miembros de la iniciativa Ganbara, insiste en que las veces que han montado una exposición con su colección o han llevado sus objetos a algún colegio la respuesta de niños y adultos ha sido muy buena. "Los chavales no se creen que se lavara la ropa en estas tablas", comentan los dos mientras enseñan un ejemplar. Por eso creen que sería interesante poder contar con una exposición permanente en un espacio fijo.
Evolución
Planchas, calefacción y vírgenes
En las mesas en las que muestran estos días parte de su colección hay planchas, estufas, ventiladores, tostadoras, molinillos de café, tocadiscos, secadores, cuadernos de niños... Y hasta una colección de vírgenes. Por ejemplo, Cantera muestra la imagen de una virgen producida en la fábrica catalana de Olot. Es una producción industrial, sacada de un molde, y habrá miles repartidas por un montón de ciudades. "Esto no interesaría a ningún coleccionista, no es un artículo único, sino en serie. Pero a nosotros sí", señala. Y es que Cantera explica que, precisamente, la producción en serie de esa fábrica catalana fue la que introdujo ese tipo de imágenes en los hogares guipuzcoanos.
En otra mesa, un poco más allá, muestra varias planchas de hierro. Unas se utilizaban con brasas, otras se calentaban en la cocina y también hay varios de los primeros modelos de planchas eléctricas. "Nos interesa mostrar la evolución de estos objetos", incide Cantera, que explica que tratan de mostrar cómo esos artilugios fueron cambiando, a su vez, la vida cotidiana de los donostiarras.
En otra mesa muestran uno de los primeros tocadiscos portátiles ("así empezaron los guateques", comenta Cantero), junto al primer modelo de reproductor de cassettes de Philips. También tienen un vídeo Beta y un televisor en blanco y negro. Incluso, de una de las estanterías del almacén en el que guardan sus tesoros asoma una cámara fotográfica rusa, algo bastante inusual en una Donostia bajo la dictadura franquista. "Se la intercambió algún marinero a un trabajador del puerto de Pasajes", señala Cantero.
En sólo un par de días los 350 objetos volverán a las cajas del almacén para dejar paso a los cursillos habituales que acoge el centro cívico de Larratxo. Los miembros de Ganbara esperan volver a sacarlos el próximo año, con el 25 aniversario de Altzako Historia Mintegia. Mientras, seguirán buscando y reuniendo nuevos tesoros para una colección que, esperan, pueda seguir creciendo.
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