Son entre 900 y 1.000 las personas que han concertado entrevistas de trabajo con las 34 empresas que participan en la VII Feria de Empleo de Donostia, que se celebra entre ayer y hoy en el centro Cemei de Igara. En este encuentro se ofrecen un total de 275 puestos para los que se han acordado hasta 1.200 contactos, según anunció ayer el concejal de Desarrollo Económico, Enrique Ramos.
"Se trata de conciliar las necesidades de las empresas con las de las personas que están en situación de desempleo", explicó el edil, quien reconocía ayer que esta feria "no es la panacea", aunque sí contribuye a la creación de "una bolsa de empleo que en estos momentos es absolutamente imprescindible".
Carlos Valencia, ingeniero técnico de 41 años, esperaba ayer por la mañana, en la cuarta planta del Cemei, a que llegara la hora de su cita. Detrás de él, media docena de personas aguardan su turno para entrar en la sala en la que se sucedían las entrevistas. Carlos lleva más un año buscando un empleo.
Desde que se desplomó el sector de la construcción "no hay trabajo" en lo suyo, por eso trata de "reciclarse" para conseguirlo en otra área, una labor que se presenta "complicada".
"En cuanto ven mi titulación me descartan porque creen que tengo demasiada cualificación o les da miedo que encuentre algo de lo mío y deje el trabajo", dice. Ni en Euskadi, ni en Madrid ni en Barcelona ha logrado colocarse, después de intentarlo como arquitecto técnico y como camarero, entre otras muchas especialidades. Pronto sabrá si cuentan con él para desempeñar el puesto de jefe de almacén que solicitó en esta feria. "De momento me han llamado para hacer una entrevista, cosa que hace tiempo que no hacían", confiesa.
Al otro lado del pasillo, Vanesa Aizpurua, técnico de laboratorio de 27 años, espera con la ilusión de que le contraten como asesora de seguros. Hace seis meses decidió abandonar su trabajo en Barcelona para "estar más cerca de casa", pero se ha encontrado con que "aquí no hay nada decente".
Aizpurua valora esta iniciativa de Fomento, "por lo menos aquí te dan una oportunidad más", reconoce con un atisbo de satisfacción. Y es que en los últimos meses "he perdido las esperanzas", admite. "He estado buscado trabajo y he encontrado, pero no de lo mío. Son cosas que no te llenan o que no sabes hacer bien, así que la feria está bien, pero habrá que esperar...", lamenta.
Frente a los candidatos, los representantes de las empresas tratan de encontrar a profesionales que se ajusten a sus necesidades.
"Buscamos investigadores, personas recién tituladas o con experiencia, ingenieros superiores, licenciados o doctores para investigación", apunta Ander Etxeberria, del centro tecnológico Ikerlan-IK4. Su empresa quiere cubrir seis puestos y para ello ha programado diez entrevistas en la feria donostiarra, "pero creemos que vendrá gente en el último momento. Y puede que sean apropiados para nosotros".
Etxeberria explica que hasta el momento se habían presentado varios recién licenciados, "también gente que acaba de terminar un doctorado y que no ha conseguido un trabajo por la crisis". Cuando concluya las entrevistas, esta empresa analizará las candidaturas para fijar "la entrevista definitiva".
Perfiles
Gente animada
El objetivo de Iratxe Casado, de la empresa Askora, es "conocer profesionales para incluirlos en nuestra bolsa de empleo", ya que "no venimos con una oferta concreta". Dedicada a prestar servicios de catering, limpieza o cuidado infantil para colegios, empresas, residencias y distintos colectivos, Askora pedía "sobre todo experiencia, formación específica para algunos puestos, y también gente a la que le guste su trabajo, que esté animada".
Este año, la feria ha crecido en número de candidaturas para cada puesto y también se aprecia "una mayor demanda de perfiles más altos" que en ocasiones anteriores, aunque hasta dentro de unos días los candidatos no sabrán si de sus citas surgirá una oportunidad real de trabajo.