Donostia. El responsable de una empresa de trabajos submarinos ha sido condenado a un año y medio de cárcel por la muerte de un buceador que falleció cuando se encontraba a 49 metros de profundidad colocando el emisario submarino en la zona de Mompás de Donostia.
La sentencia del caso establece que en este accidente se produjeron "graves deficiencias", ya que cuando el fallecido se sumergió "carecía de un segundo regulador", que es "obligatorio para los trabajos de buceo con equipo autónomo en medio hiperbárico". Además, "no se había efectuado el retimbrado a la botella de aire", que debía haberse realizado "tres años antes".
Los hechos ocurrieron sobre las 11.00 horas del 6 de diciembre del año 2000, cuando la víctima, que iba a cumplir 32 años, perdió el conocimiento por "narcosis, ansiedad, insuficiencia de aire o por un esfuerzo excesivo" que, finalmente, le ocasionó la muerte por "parada cardiorrespiratoria".
El documento judicial precisa que la empresa que empleaba al fallecido, casado y con una hija de corta edad, era una subcontrata que "tenía prohibido efectuar cualquier actividad relacionada con los trabajos" que se le había encomendado por carecer en aquellos momentos "de la documentación necesaria".