l Bidasoa Irun consiguió su segundo subcampeonato desde su vuelta a la elite y jugará en Europa por tercera temporada consecutiva. Los irundarras siguen demostrando que volvieron para quedarse y, de momento, solo les supera el poderoso Barcelona.

Aunque la temporada 2020/21 haya sido probablemente la más difícil y extraña, los resultados han seguido siendo buenos. El planteamiento de la campaña bañada por las dificultades del covid-19 no fue sencillo, pero la entidad guipuzcoana ha sacado incluso buenos resultados de esas complicaciones. Además de estos logros, ha dado pie a que varios de sus canteranos debuten en la máxima competición española.

Los pupilos de Jacobo Cuétara han vuelto a ser uno de los equipos a batir por entrar en la lucha de las plazas europeas hasta la última jornada, pero una de ellas tenía su nombre. Y a pesar de las lesiones que ha sufrido, la regularidad les ha hecho mantenerse en lo más alto de la clasificación -obviando el liderato del FC Barcelona-. Construyendo su balonmano desde la defensa, y con un ataque muy ordenado tácticamente, el Bidasoa Irun se ha convertido en un equipo imbatible para muchos.

Y como todo no son números, el gran trabajo que realizan con la cantera también ha comenzado a dar sus frutos: Gorka Nieto, Martín Santano, Tao Gey, Julen Urruzola y Eneko Furundarena han contado con minutos en algún encuentro esta temporada. Todos ellos han dado la talla y han demostrado tener calidad para complementar las cualidades de otros conocidos jugadores como Rodrigo Salinas o Jon Azkue, dos pilares fundamentales para el equipo amarillo.

Además del gran nivel de juego que ha vuelto a mostrar el conjunto bidasotarra en la pista, la clave del éxito del equipo de Jacobo Cuétara también ha estado en la capacidad de sufrir. Cuando las lesiones han golpeado con fuerza la integridad física del equipo, el instinto competitivo lo ha mantenido en lo más alto. El subcampeonato de los guipuzcoanos de debe en gran medida a ello.

A diferencia de otros clubes, el Bidasoa Irun ha sufrido bajas importantes como la de Kauldi Odriozola por lesión, y desde ese momento todos los partidos se convirtieron en finales. Siendo fiel a su estilo, pero con menos capacidad de rotación en el banquillo, los de Jacobo Cuetara han continuado cosechando buenos resultados. Quizás han sufrido más de lo esperado, pero ya han aprendido a sufrir.