Llegar a la cuarentena suele suponer para muchos deportistas dar un paso atrás en su carrera. Acercarse a la retirada con sigilo y elegancia y dejar paso a nuevas promesas. Más jóvenes, más fuertes y más vitales. Pero Iker Pou (Gasteiz, 1977) no está hecho para seguir los convencionalismos y, por eso, a punto de cumplir 42, ha dado un paso al frente. No ha tocado a la puerta de la elite de la escalada deportiva, sino que la ha tirado a patadas; porque cuando parecía demasiado mayor para estar entre los mejores, el vasco ha sorprendido con “la vía más difícil que he hecho nunca”. Se trata de Artaburu, un encadenamiento en Margalef, Tarragona, de un techo que apenas llega a los 25 metros, pero que conlleva una dureza extrema. Y es que cuenta con unos agarres ínfimos, de apenas uno o dos dedos, y de, como explica el propio Pou, “unos pies resbaladizos, lo que obliga a volarlos”. Es decir, completar Artaburu implica estar gran parte del tiempo suspendido en el aire con la única sujeción de un dedo. Sin apenas reposos, es toda una exigencia física y mental que sorprende ver en alguien de casi 42 años: “Conseguir mi vía más dura a esta edad me da mucho que pensar, pero aparte del físico influye mucho la experiencia y la cabeza. A mi parecer, la cabeza es más del 50% en la escalada y, de hecho, podría decir que se trata del músculo más importante del cuerpo”.

El menor de los hermanos Pou no oculta que este proyecto le ha llevado más tiempo del esperado. Seis años han sido los testigos de los avances y las frustraciones del gasteiztarra por el techo catalán, pero el propio escalador reconoce que “la dedicación no ha sido plena porque también he tenido muchas expediciones y viajes, así que se me ha hecho duro mantener la motivación durante tanto tiempo”. Sin embargo, también admite que Artaburu hace honor a su nombre: “Me desquicié, cuando creé la vía no era capaz de dar más de tres pasos seguidos. Fueron muchos intentos y me costó bastante sacar la secuencia correcta de pies y manos. Cada día que la probaba, me vaciaba tanto que al día siguiente no era capaz de moverme del sofá. Es la vía que más me ha costado”. Y es que el mismo Iker equipó la vía allá por el mes de noviembre de 2012 y, desde entonces, fue alternando sus proyectos con los viajes a Margalef, donde la pesada Artaburu le esperaba desafiante.

En cuanto al grado mínimo de la vía, Pou prefiere ser cauto. Reconoce que es el encadenamiento más complicado que ha hecho en su vida, y en su carrera figuran éxitos como Demencia Senil, Nit de Bruixes y Big Men, todas catalogadas como 9a+. Además, sus más allegados debaten sobre una dificultad de 9b+, pero el gasteiztarra, sabiendo que no existen árbitros que regulen los grados, sino que estos se alcanzan por consenso, prefiere esperar a que sean otros escaladores los que puntúen su más exigente proyecto: “La vía me ha costado mucho, infinitamente más que mis 9a+ anteriores, pero prefiero que sean las repeticiones futuras quienes fijen un grado concreto. Solo puedo decir que la ruta es muy buena y que será un referente de dificultad en los próximos años”.

Con todo, Pou quiere alejar Artaburu de las comparaciones con Silence, la ruta de escalada que abrió el checo Adam Ondra en Flatanger (Noruega) y que tiene una calificación propuesta de 9c, la mayor puntuación jamás conseguida en la escalada deportiva. “Esta vía es durísima, pero nada como Silence, es otro nivel. Aunque para encadenar Artaburu te tiene que gustar mucho la escalada sobre agujeros y estar acostumbrado a ella”.

Nuevos proyectos Tras cerrar el año 2018 “como uno de nuestros mejores años en cuanto a escalada deportiva”, los hermanos Pou están en plena preparación para una nueva temporada que les llevará primero a la Patagonia argentina para después hincar el diente al plato fuerte de la campaña: finiquitar su proyecto The North Face 4 elementos. Desde 2017, escalar cuatro paredes relacionadas con el viento, el agua, el fuego y la tierra es su gran objetivo y, tras haber conseguido ya los tres primeros elementos, Iker y Eneko esperan poder poner la guinda a esta gran aventura con tierra.