El primer partido de fútbol que se retransmitió en directo en España fue un Real Madrid-FC Barcelona en 1959. Todo un acontecimiento que hizo que en la Ciudad Condal se vendieran hasta 6.000 televisores, según algunos cálculos de la época. La anécdota se puede leer en el libro También nos roban el fútbol, escrito por Ángel Cappa y su hija, María Cappa, y sirve para ilustrar el poder del deporte rey, su capacidad para movilizar a la gente, algo que percibió enseguida el capitalismo, cuya influencia cada vez mayor sobre el fútbol, convirtiéndolo en negocio, ha hecho que este pierda su identidad. “El capitalismo ha logrado robarnos el fútbol. El capitalismo convierte en negocio cualquier cosa y no podía dejar pasar la oportunidad de apoderarse del deporte que tiene enamoradas a millones de personas”, comentaba Ángel Cappa en la charla que dio el miércoles por la noche en Donostia, organizada por RealSocialismo! y que contó también con la presencia de Bixio Gorriz y de la periodista Ruth Pérez de Anucita.

“La intromisión del dinero en el juego nos han quitado el placer de jugar y ese sentido de la pertenencia que antes nos daban un club y una camiseta, y lo ha transformado en otra cosas. El dinero pone todo patas arriba, también el fútbol. ¿Quién nos ha robado el significado del fútbol? El poder económico. El fútbol pertenece a los hinchas”, expuso Ángel Cappa, que aprovechó la presencia de Gorriz para poner un ejemplo: “Esa Real de Gorriz, Zamora, Arconada... formaba parte de la gente, la diferencia es que los jugadores sabían jugar muy bien y los aficionados no tanto, pero todos sentían lo mismo. Un equipo integra el patrimonio emocional de cualquiera”. Gorriz ahondó en esa idea: “En Atocha, al acabar los partidos, íbamos al bar Moderno. Charlábamos del partido con los aficionados, teníamos una relación muy directa. El fútbol ha cambiado. Creo que he vivido la mejor época”.

Se supone que son los futbolistas y los aficionados los protagonistas del fútbol. El libro de los Cappa lo desmiente. “Vale, Messi cobra muchos millones, puede llegar a 50 al año cuando renueve, pero según un estudio hecho el año pasado sobre la realidad de los futbolistas en el mundo, solo el 2% de los futbolistas cobra más de 750.000 euros anuales”, revela María Cappa. Situación que se puede extender a los entrenadores, algo que ha vivido su padre, Ángel, en primera persona. “He trabajado más en Sudamérica que en España. Cada vez que me llamaba un equipo sudamericano, lo comentaba con mi mujer y ella me decía: Si no nos sale muy caro...”. Una realidad disfrazada de anécdota. Entonces, ¿quién se queda el 84% restante de ese dinero que genera el fútbol? “Principalmente se lo llevan las multinacionales, que fabrican sus productos pagando salarios escasísimos y ganan mucho dinero, y las televisiones, que son las que imponen su criterio. Además, el fútbol genera en hoteles, viajes...”, comenta el entrenador.

Se podría decir que las televisiones se han convertido en el enemigo de futbolistas y aficionados: “Es normal que intervenga el dinero, lo que no es normal es que imponga los horarios. Los jugadores no dicen nada, y deberían hacerlo. No saben lo que supone para un jugador ir de Europa a Sudamérica, jugar un miércoles, volver y jugar el sábado... Es una explotación que no tiene sentido y redunda en el espectáculo”. Y los horarios de las teles perjudican la afluencia de aficionados al campo: “No puede ser que en España haya partidos a las diez de la noche. Un padre no puede llevar a su hijo, primero porque le sale carísimo y luego porque al día siguiente tiene que levantarse temprano”. “Los horarios son criminales”, añade Bixio Gorriz: “Hay que atraer a los jóvenes con unos precios más asequibles y unos horarios mejores. A veces voy al campo y tengo la sensación de que voy al teatro, es un poco frío, se ha perdido ese calor de antes...”.

El papel del periodismo Tanto Ángel como María Cappa criticaron también la labor de los medios de comunicación en esta pérdida de la esencia del fútbol: “Se trata de promocionar el producto para venderlo. El análisis del juego tiene cada vez menos importancia. Realzan los detalles de alrededor, es difícil encontrar un análisis sereno porque el que gana tiene razón y el que pierde, no. El periodismo trata de infantilizar al consumidor”. Y pone un ejemplo: “Un día Cristiano Ronaldo dijo que estaba triste. No deja de ser una idiotez que no importa a nadie, pero se habló de ello durante meses, se debatía en las tertulias a ver quién era el culpable. ¿Pero cómo es posible? Había hinchas realmente preocupados. Hasta que un día Cristiano dijo que ya no estaba triste y todo fue una ola de tranquilidad”.

El entrenador argentino está también en desacuerdo con las estadísticas que rodean al fútbol: “Ahora está la moda en el periodismo de hacer todo con números. Por ejemplo, tal jugador falló siete pases o corrió diez kilómetros. A mí eso no me dice nada. ¿Para dónde corrió? Igual corrió para atrás porque había perdido la pelota. Tratan de objetivar el fútbol, de hacerlo numérico. Pero el talento no es medible. Estas cosas te alejan de lo que es el juego. Es como decir que una novela es mejor que otra por la cantidad de palabras. Al final nos queda la emoción de las cosas, no los números. No sé cuántos goles hizo López Ufarte, pero sí me han quedado en la memoria algunas jugadas que hizo”.

Ángel Cappa piensa también que “el esfuerzo está sobrevalorado”, frase que atribuye al técnico guipuzcoano Juanma Lillo. “El futbolista se acomoda en el esfuerzo, los medios de comunicación y los aficionados valoran el esfuerzo. Me contaba Chendo que antes en el Bernabéu las vallas publicitarias eran de chapa y que, cuando no llegaba a un balón, se tiraba para chocar contra la valla y hacer ruido. La gente le aplaudía. Yo no le pido a un jugador que sea como Messi, solo que trate de darle la pelota a un compañero”. Una idea, la de disfrutar del juego, que hoy en día parece ponerse en duda en favor del músculo y el esfuerzo. Una frase de Robert Pires, exjugador del Arsenal, resume esta sensación: “Disfrutar se relaciona con la irresponsabilidad”. Y es que, tal y como defienden padre e hija en También nos roban el fútbol, “se está perdiendo la alegría del fútbol por el culto a la eficiencia”.

también nos roban el fútbol

Título: También nos roban el fútbol.

Autores. Ángel y María Cappa.

Editorial: Akal

Páginas: 272.