na llamada de teléfono recibida hace tres meses cambió la vida de Mikel Lasa (Legorreta, 1971). La propuesta era entrenar al Futuro Kings, un equipo de Guinea Ecuatorial. El protagonista de esta historia pidió tiempo para consensuarlo con su familia. Pocos días después, el que fuera jugador de la Real ponía rumbo a Mongomo, ciudad ecuatoguineana de unos 5.000 habitantes, fronteriza con Gabón, que es donde reside en estos momentos, y donde le está tocando pasar las navidades porque el presidente de Guinea, Obiang Nguema, ha prohibido todos los viajes internacionales. "Me había hecho ilusiones de regresar a casa y pasar unos días con mi familia, pero ahora es imposible. No hay nada que hacer", lamenta Mikel Lasa.

A pesar del duro contratiempo que supone pasar estas fechas lejos de los suyos, el de Legorreta afirma que está "bien, atareado, trabajando mucho e intentando hacer las cosas lo mejor posible". Su objetivo, como el de todo buen entrenador que se precie, es que "el equipo vaya mejorando, creciendo y que cada día sea un poquito mejor".

Rubén Gallego, entrenador en su día del Malabo Kings, equipo femenino de Guinea Ecuatorial que participó en la primera edición de la Champions League femenina africana, fue el que le abrió las puertas de esta oportunidad. "Me llamó Rubén, un amigo que conocí en China, y me dijo que había un equipo buscando entrenador; me preguntó que si estaría dispuesto a ir. Le pedí unos días para pensarlo y al final le dije que sí y aquí estoy", sostiene Mikel Lasa, quien se ha encontrado un "país distinto, con una mentalidad distinta". Pese a todo, "el fútbol tiene un idioma universal, que al que le gusta es fácil de entender y en ello estoy", enfatiza.

En su opinión, el africano "es un fútbol bastante físico en el que quizá los equipos tácticamente y estratégicamente no están muy bien trabajados, pero eso viene porque desde pequeños no les han enseñado. Es más un problema de base", asegura el ex de la Real, que, a su llegada, tuvo un recibimiento "muy bueno". El trato también lo es, aunque "algún problemilla" ya le ha tocado vivir: "A veces se refieren a mí como blanquito, pero que no ha ido a más". Para Mikel, "lo más importante es que con mis jugadores tengo una relación muy buena. Yo les aprecio mucho y sé que ellos me aprecian también a mí".

Deportivamente hablando, no le van nada mal las cosas. Para Mikel, el Futuro Kings, "es el mejor equipo de Guinea", afirma. Y para seguir siéndolo, "hay que seguir trabajando duro", entiende. "De momento, vamos primeros en la Liga, a pesar de haber tenido un inicio complicado. Pero a partir de la segunda jornada, hemos ganado todos los partidos". Pero lo que le hace ser optimista es que "este equipo tiene margen de mejora", analiza un entrenador que, como en todos los equipos punteros, siente presión. "En todos los equipos que son fuertes siempre hay presión por ganar, pero al fin y al cabo, sin quitarle méritos, la liga de Guinea Ecuatorial no es tan fuerte como las ligas europeas". Pese a todo, es consciente de que "si pierdes, el primero que se va a marchar va a ser el entrenador".

Cree que el nivel futbolístico de la liga "es muy mejorable", como las instalaciones y los campos de fútbol. Un dato que explica el flojo nivel de la competición ecuatoguineana es que "en la selección, el 90% de los jugadores que lo componen son jugadores que juegan en España". En la actualidad, solo hay dos futbolistas del Futuro Kings que van de una manera habitual como son el portero Sapunga y el lateral derecho Miguel Ángel Mayé, el capitán.

Uno de los problemas con los que se ha encontrado Lasa, como no podía ser de otra manera, es el idioma y eso que "tengo la suerte de que casi todos hablan en castellano. Si no, hablan en fang, el idioma autóctono de aquí. Y ese ya se me hace más complicado", sostiene entre risas. "Me expreso en castellano y la mayoría me entienden, pero otros no porque tengo bastantes jugadores de Camerún, que no hablan castellano. Lo hacen en suidioma y en francés. Es entonces cuando tengo que echar mano de un traductor", reconoce. "Que un jugador no te entienda lo que realmente quieres expresar es complicado, porque el que lo traduce no lo va a traducir como tú lo quieres transmitir. Es más difícil, pero es lo que hay, y no se puede hacer otra cosa".

"Lo peor" de su estancia en Mongomo es la soledad. "Echo mucho de menos a mi familia", asegura. Su vida es muy tranquila, de casa al campo y del campo a casa. "No hay mucho dónde ir y tampoco hay mucho que hacer", se resigna un Mikel Lasa que, diariamente, se despierta a las seis de la mañana. "Preparo los últimos detalles del entrenamiento y salgo de casa sobre las ocho para entrenar a las nueve. Tras el entrenamiento regreso a casa. Si tengo que hacer compra, la hago; y por la tarde, tranquilidad, veo vídeos, fútbol y poco más". Ese el día a día en la vida de Mikel Lasa, que tiene contrato firmado hasta el próximo mes de abril, salvo cuando hay partido fuera de casa. Entonces, el Futuro Kings se desplaza hasta otra ciudad, Bata, a unos 200 kilómetros de Mongomo, que es donde juegan el resto de equipos de la liga. "Viajamos en autobús y tardamos unas dos horas y cuarto", informa el ex de la Real. En los partidos "sí hay ambiente, hay afición, pero necesitan un empujón por parte del equipo para que se animen".

Después de su aventura en China, la de Guinea Ecuatorial es la segunda experiencia exótica en la carrera profesional de Mikel Lasa, un entrenador, como él mismo reconoce, al que "le gustan los retos y hacer cosas diferentes".