A Luis Ángel Maté la Vuelta a España le ha dejado con las ganas. Los 3.417 kilómetros recorridos no han sido suficientes para decidir tomarse un merecido descanso. El corredor del Euskaltel-Euskadi, el mejor clasificado de la formación naranja en la tercera grande de la temporada con su trigésima posición (a 1 hora 48 minutos y 17 segundos del campeón, Primoz Roglic), ha decidido embarcarse en su particular Vuelta. El marbellí de 37 años ha emprendido un viaje de regreso a casa pedaleando. Es decir, una vez finalizada la carrera en Santiago de Compostela ha puesto rumbo a Marbella para completar una distancia de 991 kilómetros divididos en seis etapas con un desnivel acumulado de 11.400 metros. El reto es sinónimo de pasión.
El mismo lunes, un día después de concluir una Vuelta en la que Euskaltel-Euskadi ha sido el mejor clasificado de los equipos invitados, Maté puso rumbo al sur de la península. “Parece que se ha quedado con ganas de más. Tras 21 etapas disputadas de la Vuelta ha decidido que ya era de volver a casa, ¡y qué mejor forma de hacerlo que en bici!”, publicaban desde la estructura vasca en las redes sociales, con un sonriente emoticono. Es “la vuelta de la Vuelta”, como ha comentado el propio corredor.
El reto de Maté no es baladí teniendo en cuenta la exigencia a la que ha sido sometido el equipo en la carrera española, donde con hasta siete corredores ha logrado ser protagonista en las fugas de 16 de la 19 etapas celebradas en línea. El grupo que dirige Jorge Azanza finalizó en la undécima posición de la clasificación general por equipos, siendo el primer equipo ProTour y dejando a su estela a nueve formaciones WorldTour.
El ciclista andaluz, que ha completado su décima participación en la Vuelta, ha comentado que eta aventura es un “periodo de descompresión”. “Todavía tengo ganas de más y me he montado otra fuga entre Santiago de Compostela y Marbella de casi 1.000 km. Pero los voy a recorrer de otro modo, sin prisas, al ritmo que me pida el cuerpo y a lo largo de seis día en una aventura de bikepacking tranquilo. Será mi periodo de descompresión en el que tendré tiempo para tomar perspectiva de muchas cosas, tanto para no pensar en nada como para pensar en muchas de las cosas conseguidas estos días”, ha relatado Maté para la publicación Rouleur.
Y es que el veterano corredor acaba de concluir, como asegura, una de las mejores experiencias que le ha brindado el ciclismo. “Seguramente se me dibujará de nuevo una gran sonrisa en la cara al recordar todo lo que hemos vivido estas tres semanas con el Euskaltel-Euskadi, el que ha sido mi nuevo equipo este 2021. El haber vivido su regreso a una gran competición por etapas de la máxima categoría ha sido una de las cosas más bonitas que me ha pasado en mi carrera”, ha manifestado.
Maté explica esta decisión, que evoca a la que tomaron Thomas De Gendt y Tim Willims en 2018, cuando decidieron regresar pedaleando a su país, Bélgica, tras concluir en Italia el Giro de Lombardia -completaron unos 1.200 kilómetros-, aludiendo a su manera de entender el deporte que practica y su enriquecimiento personal.
“Cuando vi que La Vuelta terminaba en Santiago de Compostela me rondó inmediatamente por la cabeza hacer una aventura de este tipo, inspirándome en lo que significa el Camino de Santiago para el mundo del cicloturismo. Creo que ya lo he dicho muchas veces, pero el ciclismo para mí es más de un deporte o que mi trabajo, es una forma de entender la vida y también de saber quién soy”, ha expresado. Desde luego, en el corazón de Maté existe el amor al arte. Perdura a sus 37 años.