- Sobre el adoquín, encapsulados entre fachadas blancas y sencillas, esas que respiran de la brasa del sol al caer la tarde, se cruzaron las vidas de Jesús Herrada y Luis León Sánchez. "Todo lo que termina, termina mal, poco a poco", cantaba Calamaro. Ese estribillo taladró la derrota profunda e hiriente de Herrada, que era de lo más feliz y en menos de lo que dura una canción pop acabó siendo un desdichado. Su capitulación resultó cruel y conmovedora. Cuando restaba un kilómetro era campeón de España, a falta de 300 metros, plata, y al final, no era más que un paria; un tipo que entraba a pie en meta. Una avería mecánica le hizo preso de la desesperación. Frustrado, encadenado al destino burlón, Herrada se quedó pedaleando en la nada, garabateando las piernas en el aire. Clavado en una escena tragicómica, Herrada asistió al ritual de Luis León Sánchez, su cruz dibujada en el pecho y sus dedos señalando al cielo.

"¡Finalmente lo conseguí!", exclamó el murciano, exultante a los 36 años. "Uno va teniendo una edad y piensas que es un triunfo que no te va a llegar, estoy muy contento", analizó el nuevo campeón. El de Luis León Sánchez fue un triunfo para la memoria de su hermano fallecido León. Siempre en el recuerdo, siempre en la victoria. Gorka Izagirre, segundo, festejó el logro de su compañero de equipo. El de Ormaiztegi se bañó en plata. Izagirre, bronce el viernes en la crono, cerró el fin de semana con otra gran actuación antes de presentarse en Niza para disputar el Tour. Herrada, con aspecto de turista accidental, también vio pasar al guipuzcoano en su deambular hasta la meta. Caminaba Herrada con ese andar extraño que provocan los tacos. Un pingüino en Jaén. Una visión lisérgica.

Antes de aquello, Herrada era un hombre libre que pensaba en el oropel, en su tercer maillot de campeón de España tras el de 2013 y 2017. En la subida a Mazuecos, la cumbre que vigilaba Baeza y servía de paso fronterizo hacia la resolución de la carrera, anestesió a Fernando Barceló, la bala del Cofidis que se había deshecho de Vicente García Mateos, finalmente tercero. La de Herrada, líder de la escuadra, tenía un deje dorado. La carrera, bajo ese sol de aluminio que ametralla la piel, entraba en la zona más caliente tras el clásico vaivén de las pruebas de un día que valen para todo un año. El despunte de Herrada puso en pie la persecución del Astana. Gorka Izagirre, un batallador, llamó a la lucha. El de Ormaiztegi, que con anterioridad se había aliado con Óscar Rodríguez, subió a hombros a Luis León para lanzarle. "Gorka ha hecho un trabajo muy bonito para mí, sabía que tenía que esperar al final y que Herrada también lo intentaría", apuntó el corredor murciano.

Herrada, aunque fatigado, estaba dispuesto a pelear cada pulgada de gloria con Luis León Sánchez, que después de ser bronce y plata en el estatal de ruta en 2013 y 2019, respectivamente, deseaba el oro. Hacia allí le encaminó Gorka Izagirre. El aliento apenas le alcanzaba para respirar a Herrada, agobiado por la presencia del veterano murciano, que perseguía un sueño. "Había estado en varias ocasiones muy cerca del triunfo, pero no lo había conseguido", dijo el campeón. Luis León Sánchez bufaba colgado de la percha de Herrada, ya en un callejón sin salida. Luisle estaba en el día exacto y en el lugar indicado. "Sabíamos que podía ser un buen día para nosotros. Hemos salido con mentalidad para intentar ganar", expuso Luis León. Agarrado a Herrada, el de Muela le hincó el diente. Soltó una dentellada tremenda y Herrada se instaló en la agonía. Al fin rugió Luis León.

Cuatro ciclistas del Ineos que iban a participar en el Campeonato de Italia tuvieron que ser apartados después de que Leonardo Basso diera positivo por coronavirus . Él y sus compañeros Ganna, Puccio y Moscon deberán aislarse catorce días. El título italiano se lo adjudicó Giacomo Nizzolo. El de Francia lo acaparó Arnaud Démare. Marcel Maisen venció en Alemania.

Clasificación general

Gorka Izagirre

. Euskaltel Euskadi