- El día nació torcido para Egan Bernal, que se tachó del Dauphiné por los dolores de espalda. Retorcido, el colombiano optó por la retirada. Salida de emergencia. Por esa misma puerta tuvieron que abandonar Kruijswijk, con el hombro dislocado, y Buchmann, que era el tercero en la general. Ambos, víctimas de una caída. Mordía el asfalto, que también agarró a Primoz Roglic, el líder imperturbable. Su cuerpo se raspó en el suelo. El esloveno pensó en dejarlo todo y ponerse a salvo. Se montó en el coche de equipo, pero le convencieron para que siguiera. Una vez recuperado del susto, con la parte izquierda de su armadura abollada, se sostuvo sobre los brazos de Dumoulin.

El neerlandés fue su guardaespaldas en la ascensión a Bisanne. A Mikel Landa le cosquilleaban las piernas. Pello Bilbao, Vals y Caruso tensaron en el puerto para que el alavés, a apenas 26 segundos de Roglic y a solo dos del podio tras la retirada de Buchmann, se lanzara a por su deseo. Landa bailó la bicicleta, pero Dumoulin, enérgico, le desenchufó el ánimo. Protegido el líder por el gigante neerlandés y el liviano pero eficaz Kuss, el juego de la etapa se lo adjudicó el novicio Kämna.

Cuarta etapa

General

Mikel Landa