BIDASOA IRUN J.M. Sierra; Iñaki Cavero (4, 2p), Mikel Zabala (1), Rodrigo Salinas (6), Tom Tesoriere, Matheus da Silva y Víctor Rodríguez (2) -siete inicial- Xoan Ledo (ps), Julen Aginagalde (3), Adrián Fernández (5, 2p), Ander Ugarte (3), Kauldi Odriozola (3), Dariel García (1), Gorka Nieto (2), Eneko Furundarena y Leo Renaud (1).

BM LOGROÑO LA RIOJA Jorge Pérez; Ángel Rivero (3), Agustín Casado (3), Alex Rubiño (6), A. Serradilla (1), Tomas Moreira (1) y David Cadarso (2) -siete inicial- Markelau (ps), Leo Dutra (5, 1p), Mario Dorado, Oleg Kisselev (2), El Korchi (1), Javi Rodríguez (1), Edu Ortiz, Edu Cadarso (4) y Ernesto Goñi.

Marcador cada cinco minutos 3-2, 7-3, 12-7, 13-12, 15-15, 18-17 (descanso), 22-19, 24-20, 26-21, 29-24, 30-25 y 31-29.

Árbitros Fernández Molina y Molina Castro (colegio andaluz). Exclusiones locales de Tesoriere (2), Zabala, Matheus (2), Dariel; Tomás Moreira, por los visitantes.

Incidencias Partido disputado en el polideportivo Artaleku con presencia de 1.286 espectadores. En el primer tiempo se detuvo el juego unos minutos, porque un espectador se sintió indispuesto y debió ser atendido en la grada por los servicios médicos presentes en el pabellón.

- Artaleku lució anoche sus mejores galas. Por fin, después de un montón de meses, el público pudo entrar al pabellón con plena libertad y ocupar los asientos para asistir a uno de los grandes partidos de la competición. Bidasoa y BM Logroño se jugaban dos puntos que servían para apuntalar proyectos en lo más alto de la tabla y coger aire para todo lo que les viene de frente. Los irundarras salen reforzados tras la victoria apretada y exigida (31-29). Ambos aspiran a lo mismo, entre ellos anida una vieja rivalidad y disputan idéntica competición europea y son dos de los mejores de la liga Asobal.

Tampoco esta vez, Jacobo Cuétara pudo disponer de todo su plantel. Después de siete jornadas, le sigue faltando gente. Esta vez Jon Azkue, afectado por un problema febril, debió ver el partido desde la grada. Saliendo con dificultades de una lesión de muñeca que le persigue desde la pretemporada, no pudo recuperarse a tiempo para una cita tan importante. La primera de las premisas era conocer cómo se recuperaba el conjunto bidasotarra del varapalo sufrido en León hace siete días, en donde después de un buen comienzo fue perdiendo el oremus hasta deshilacharse. El de ayer se pareció poco al de la semana pasada. Más allá del resultado final, tocaba mostrarse como un equipo competitivo, coriáceo y resolutivo.

Lo fue el Bidasoa del primer tiempo. Cobró dos goles de ventaja en los compases iniciales y luego supo llevar el peso del encuentro hasta alcanzar unas ventajas inesperadas por la holgura (9-5, 11-6, 12-7) que los riojanos recortaron aprovechándose, entre otras cosas, de las exclusiones en el bando local. Tesoriere acumulaba dos antes del cuarto de hora y tres de sus compañeros se fueron al banquillo antes del descanso, mientras que los visitantes no sufrían ninguna. Así se entiende que el signo del partido cambiase bruscamente. Un parcial de 1-8 para los de Miguel Ángel Velasco llevó al marcador un signo desfavorable para los intereses irundarras (13-15).

Fue entonces cuando Jacobo Cuétara solicitó un segundo tiempo muerto, tratando de que las cosas no siguieran ese camino. Alex Rubiño terminaba muchas jugadas por su extremo. Aparecieron los brazos de Dutra y Rivero y la sensación de que el conjunto logroñés estaba muy entero. El Bidasoa también, porque llegó al vestuario con ventaja, gracias a unas buenas acciones combinativas que supo terminar Ander Ugarte, lo mismo que Rodrigo Salinas y Adrián Fernández. Para entonces también, el Bidasoa cambió su defensa adelantando en el avanzado del 5-1 a Kauldi Odriozola que volvía después de tres semanas de ausencia.

Tras el descanso, el zumaiarra encontró portería, lo mismo que Julen Aginagalde. Entre ambos, cuatro goles y de nuevo una ventaja local nada desdeñable (21-18, 24-20, 26-21). Quedaba mucho por delante. El técnico visitante recurrió al meta Markelau, tratando de que su equipo reaccionara desde la defensa. A favor de corriente, sin fisuras ni concesiones, el Bidasoa siguió el buen camino y mantuvo las diferencias hasta que llegó el momento de la verdad. Quedaban por disputarse diez minutos (29-25) y aunque la ventaja era sustancial en estos partidos debes seguir alerta hasta el pitido final. Los irundarras no se despistaron, ni perdieron el nivel de concentración necesario, de tal manera que, con cinco minutos por delante (30-25), las cosas estaban encarriladas, pero no decisivas. BM Logroño jugó un poco a la desesperada, dándole mucha profundidad a su defensa (4-2), aún a costa de dejar al descubierto la zona de pivote en la que Bidasoa sabe sacar réditos. Dos tantos seguidos de Dutra y Edu Cadarso apretaron el tanteo y Cuétara recurrió al último tiempo muerto que le quedaba con el objetivo e resetear a los suyos y evitar un sobresalto final. Estuvo a punto de producirse, porque una pérdida de balón permitió el contraataque visitante y el momento estelar de José Manuel Sierra que salva los muebles en el último instante con una parada imponente a Ismael El Korchi. Finalmente, el Bidasoa llevó la nave a buen puerto y coge aire para todo lo que le viene por delante. Para empezar, a la vuelta de la esquina, el debut en la Europa League ante el Tatran Presov.