BIDASOA IRUN Xoan Ledo; Iñaki Cavero (3,1p), Dan Racotea, Mikel Zabala (6), Rodrigo Salinas (2,1p), Tesoriere (1,de p), Bonanno (5) -equipo inicial- J.M. Sierra (ps), Crowley (2), Julen Aginagalde (2), Iker Serrano (3), Jon Azkue (3) y Matheus da Silva (2).

CISNE Jorge Villamarín; Álvaro Preciado (2), Carlos Pombo (2), Gonzalo Carro (1), G. Valadao (1), Carlos Álvarez, Mateo Arias-equipo inicial- Juan José Novas (ps), Chan (4, p), Pablo Picallo, Ivan Calvo, Pablo Gayoso (2), Daniel Ramos (1), O. Nekrushets, Daniel López (1), Alejandro Conde.

Parciales 1-1, 3-2, 3-4, 6-5, 10-5, 14-5 (descanso), 16-7, 19-7, 20-9, 23-11, 26-12 y 29-14.

Árbitros Escoda Pérez y Sánchez Bordetas (Comité catalán). Exclusiones de Racotea, Matheus, por los irundarras; Carro, por los gallegos.

Incidencias Polideportivo Artaleku, sin presencia de aficionados.

- Las últimas jornadas del campeonato complican mucho las cosas a los equipos. La mayoría se juega algo. En el caso del Bidasoa, el subcampeonato. Después de casi dos semanas sin competir, afronta dos partidos ante equipos descendidos, o casi. Ayer recibía en cancha propia al Cisne y este fin de semana visita al Villa de Aranda. La teoría dice que eres mejor y debes ganar, pero hay que demostrarlo. Cuatro puntos en juego frente a dos conjuntos peligrosos por la situación con la que conviven. Los dos primeros ya están en la caja fuerte, porque los irundarras impusieron su ley ante el conjunto gallego al que derrotaron (29-14). Los de Javier Fernández Jabato se jugaban la categoría. Prácticamente, pocas alternativas, ganar o descender.

"La intensidad es innegociable" aseguraba el entrenador visitante en las declaraciones previas al partido. Obviamente, jugándose el ser o no ser en la categoría, quien más, quien menos, podía intuir el tipo de partido que se disputaba en Artaleku. Los primeros quince minutos se convirtieron en un contagio de errores. Los visitantes, como colistas, se estrellaban con el 6-0 defensivo o en su caso con las acciones de Xoan Ledo. En el área contraria sucedía algo parecido, aunque en este caso era el meta Villamarín quien lucía. Después de un cuarto de hora (3-4), los números del tanteador eran elocuentes. El partido era flojete y no pasaba a la galería de las grandes obras de arte.

El Bidasoa, que afrontó el encuentro con 13 jugadores al sumarse la baja de Sergio de la Salud, comenzó a carburar más y mejor, en tanto que los pontevedreses perdían ese punto de entusiasmo que les mantenía vivos en el encuentro. Cuando Álvaro Preciado marcó el quinto tanto de su equipo, era impensable que no lograsen ninguno más hasta el descanso. Un parcial de 10-0 llevaba al Bidasoa a sentenciar el partido antes de lo esperado. Del 4-5 a favor de los gallegos, al 14-5 del intermedio, después de que Iker Serrano rematara la faena en un contraataque, tras otro error en la acción ofensiva visitante. En los minutos precedentes, el argentino Nico Bonanno encontraba, por envergadura y acierto, la portería gallega. Lograba cuatro dianas, cifra que no había alcanzado en ningún encuentro a lo largo del campeonato.

Con nueve goles de colchón y a la vista de lo que el primer periodo dio de sí, el segundo tiempo sonaba a trámite. Adrián Crowley y Rodrigo Salinas, que no lo habían hecho en el primer periodo, se estrenaron como goleadores en el segundo. En los primeros compases, tras la reanudación, los de Cuétara ampliaron la ventaja (19-8) hasta once goles, por lo que si alguien creyó que algo podía cambiar vio diluirse tal posibilidad. Los dos equipos siguieron su marcha sin mayores sobresaltos, porque la diferencia de nivel entre ambos planteles es elocuente y en balonmano, normalmente, eso se confirma sobre el parqué. La única dificultad estriba en el modo de jugar. El técnico local trató de compensar esfuerzos utilizando páginas poco habituales del manual. Unas veces con los dos pivotes en ataque; otras, dando minutos a los habituales defensores. Sin embargo, lo más llamativo fue otorgar la dirección del juego de ataque a Mikel Zabala. El eibarrés llevó la manija con acierto y se convirtió en el mejor anotador de su equipo. Los cambios de posición de Crowley o Matheus, salpimentaron el tramo final de la contienda.

Los irundarras suman dos nuevos puntos y se acercan más al objetivo. La derrota del Logroño en su feudo ante el Ademar frena la acometida de los riojanos en la lucha por el subcampeonato. El partido del domingo al mediodía se convierte en trascendental. Una victoria en Aranda de Duero prácticamente les otorga el subcampeonato. Los burgaleses también coquetean con el descenso, pero eso, jugando en casa, les convierte en más peligrosos.