BENIDORM Roberto Rodríguez; Mario López (8, 3p), Lignieres, Borja Méndez, Parker (2), Folqués (7, 2p) y Porras (4) -equipo inicial- Tercariol (ps), Rivero, Spiljak (3, de p.), José Oliver, Emil Feuchtmann (1), Grau, Nolasco, Iván Rodríguez (2) y Nikcevic.

BIDASOA-IRUN Sierra; Kauldi Odriozola (3), Rodrigo Salinas (5, 1p), Tesoriere, Bonanno , Aginagalde (9, 4p) y Crowley (1) -equipo inicial- Xoan Ledo (ps), Cavero (1), Racotea (1), Zabala (1), Iker Serrano, De la Salud (2, 1p), Azkue (5), Matheus Da Silva y Gorka Nieto.

Marcador 3-2, 3-6, 7-8, 9-10, 12-13, 12-15 (descanso); 14-17, 17-20, 19-22, 21-24, 23-26 y 27-28.

Árbitros Bustamante López y Álvarez Mata. Exclusiones de Oliver, Grau e Iván Rodriguez, por los alicantinos; y Racotea, Julen Aginagalde, Tesoriere, Matheus y Bonanno, por los irundarras.

Incidencias Wizink Center de Madrid. Presencia de aficionados en las gradas, pese a la hora en la que se disputó el partido. El meta José Manuel Sierra fue elegido MVP del encuentro.

El Bidasoa disputará hoy (16.30 horas) una de las semifinales de la Copa del Rey. Se enfrenta al Ademar, después de superar al Benidorm en la eliminatoria de cuartos de final en la que medían fuerzas. Lo hizo por la mínima y por el camino más difícil. A falta de dos minutos para la conclusión disponía de una renta cómoda (25-28) pero se lo complicó y a punto estuvo de irse a la prórroga. Felizmente, para sus objetivos, el meta Sierra detuvo el balón con el que Mario López buscaba la igualada. Primer objetivo cumplido, pese a que un buen número de jugadores del equipo está cogido con pinzas. Basta ver cómo celebraron la victoria para entender que el equipo no lo está pasando bien y sufre. A día de hoy pone sobre la cancha hasta donde le llegan las fuerzas. El meta Sierra bajo palos y Julen Aginagalde, en el pivote, lideraron a sus compañeros con sendas actuaciones de mucho valor.

En la última edición de Copa, el Benidorm llegaba como un tapado. Al primero que sorprendió fue al Bidasoa, dejándole descompuesto. Ya en semifinales, apagó las luces del Cuenca y se presentó en la final ante el Barça. Casi que le daba igual, porque aseguraba su presencia en competición europea. No estaba mal para un debutante en la competición. Esta misma semana, el técnico Fernando Latorre, al referirse al partido de ayer indicaba que aquel factor sorpresa había desaparecido y que seguramente les habían estudiado a fondo. El único referente de esta temporada correspondía al partido de Artaleku en el que los locales salvaron los puntos en un partido complicado (30-26) el pasado diciembre.

Sucede que los encuentros se juegan con dos equipos que corresponden a dos mundos bien diferentes. El actual Bidasoa anda a su paso. El último lo dio torcido en Huesca hace unos días. En la primera cita de esta edición de la Copa, los oscenses perdían ante el Ademar con mucha holgura (40-28) por lo que aún aumentaba el nivel de las dudas sobre el real estado del plantel irundarra. Cuétara se llevó a todos los jugadores, pero no todos estaban en el mejor estado de forma. Con esas incógnitas por despejar afrontó el encuentro ante los alicantinos.

En general, dispuso de ventajas más o menos cómodas con las que pudo gestionar el paso del tiempo y el desgaste de fuerzas. Hoy por hoy, el equipo cuenta con más gente para defender que para atacar. Aquí el asunto está en manos de unos pocos. Recuperado de sus dolores de espalda, la mejor versión de Julen Aginagalde está al servicio del juego ofensivo. Los pases a su posición y los aclarados para los que vienen de la primera línea son determinantes. El pivote anotó nueve goles. Jon Azkue y Rodrigo Salinas, cinco cada uno, siguen siendo dos jugadores fundamentales que arriesgan todo lo posible para llevar el balón a las redes contrarias. Mientras pisaron cancha, Kauldi Odriozola y Sergio de la Salud ofrecieron un plus. Son dos de los afectados por las recientes lesiones.

Los alicantinos se comportaron como se esperaba. El técnico no salió con el meta Tercariol en el equipo inicial y esperó unos diez minutos para que se incorporara al juego. Quizás buscando una sorpresa con la que crear dudas en el rival o guardarse una bala para cuando el partido entrara en calor. Los benidormenses no disponen de mucha envergadura en la primera línea y tratan de terminar en la segunda. En ese sentido, el partido fue un calco del que les enfrentó en Irun hace tres meses. Los extremos se hinchan de terminar jugadas con acierto. Los ocho de Mario López y los siete de Folqués mantuvieron vivo a su equipo. Tampoco desperdiciaron los pases al pivote Gonzalo Porras. Todo se acrecentó en esa dirección cuando se lesionó el central Borja Méndez y el cuadro de Fernando Latorre perdió para el resto del encuentro al director del juego. Pese a las dificultades, aguantaron hasta el final y no bajaron la guardia en ningún momento. Cambiaron su defensa varias veces, tratando de evitar el juego de los lanzadores contrarios. Desde el 3-2-2 al 4-2, Benidorm utilizó todos los recursos con el objetivo de repetir la hazaña de la pasada edición. Como el Bidasoa no terminaba de cerrar el encuentro tiraron del capítulo heroico. Con 25-28 un gol del pivote Porras dejó en dos la diferencia a favor de los amarillos que perdieron el siguiente balón. El contraataque subió al marcador tras remate de Mario López.

Restan menos de dos minutos por jugarse. Jacobo Cuétara solicita un tiempo muerto. El balón llega a Iker Serrano, pero su lanzamiento lo detiene Tercariol con una gran parada. Medio minuto por delante y llegará el final. Esta vez el minuto lo pide Fernando Latorre. La estrategia terminaba en el extremo derecho. Mario López engancha el balón. Crowley no quiere forzar la opción de un penalti en contra. Sierra aguanta y evita el empate a falta de nueve segundos. La tensión se cortaba con cuchillos, pero las semifinales se conquistaban. La historia de hoy será diferente y más compleja si cabe, pero sigue habiendo vida.