De volar sobre laderas vascas o los Pirineos, a participar en una de las pruebas deportivas más duras del mundo. Mattin Iñiguez fue uno de los 35 participantes de la última edición de la Red Bull X-Alps y aguantó once días en la lucha por la victoria. La carrera une el parapente y el alpinismo en un recorrido de 16 puntos repartidos por Austria, Francia, Alemania, Italia y Suiza. Tras once días, Iñiguez cayó eliminado a las puertas de la fase final.
“El comienzo no fue fácil” para el de Zegama, ya que, a pesar de empezar de buena manera la etapa de estreno, tuvo que recorrer 1.000 kilómetros más al atravesar una tormenta eléctrica en el último tramo. “Un rayo impactó al lado mío y rompió todos los aparatos electrónicos que llevaba”. Iñiguez se quedó incomunicado y cerró la etapa en las últimas posiciones, lo que hizo que los siguientes días fuesen “más intensos todavía”.
Tras una “compleja” segunda etapa marcada por las fuertes rachas de viento, el de Zegama decidió activar el comodín del que disponía en el tercer día para poder seguir avanzando en el recorrido una vez terminada la hora establecida. “Tenía a los perseguidores muy cerca”, e Iñiguez decidió hacer una “gaupasa” para seguir vivo en la carrera. Dos kilómetros de diferencia aseguraron su continuidad en la prueba. “Estuve sin dormir y con alergia. Fue el día más duro”, detalla Iñiguez, que no se rindió y aseguró su estancia en la prueba al menos para cuatro días más. “Cada vez que hacía una gran mañana, a la tarde pasaba algo inesperado”, explica.
El guipuzcoano no olvidará algunas de las experiencias vividas, y la etapa en la que fue desde el monte Disentis a Niesen, en Suiza, fue para él “la más bonita”. “Fue un vuelo muy técnico pero recorrí valles preciosos”, detalla. Desde Col du Petit Saint-Bernard hasta Domodossola. De Francia a Italia rodeando la parte sur del Mont Blanc y recorriendo montes emblemáticos como el Cervino. “En mi penúltima etapa volé a gran altitud y lo recordaré para siempre”, afirma.
“Un rayo impactó al lado mío el segundo día y rompió todos los aparatos electrónicos que llevaba”
Satisfecho
A pesar de quedarse a las puertas de la fase final de la prueba, Iñiguez lo tiene claro: “He hecho grandes vuelos, he peleado hasta el último día y no quiero olvidar que he luchado con los mejores atletas del mundo”. Asimismo, “agradece” a todo el equipo que le acompañó durante los once días su trabajo a la hora de planificar la carrera y también su atención cuando la necesitó. Durante su aventura, el zegamarra estuvo acompañado de Felipe Tudela (costurero), Aner Bueno (sherpa), Bittor Rubio (supporter), Nerea Beltran de Heredia (cocinera) y Jon Arruti (prensa).
“Nos quedamos fuera en la última etapa, así que la valoración es muy positiva”, asegura, mientras explica que “a pesar de haber vivido días muy tensos, hemos disfrutado muchísimo”. Ahora, volverá a casa con la experiencia de haber participado en una de las pruebas deportivas más duras del mundo: “Es una experiencia que se queda en mi mochila, con el parapente, y si me vuelven a invitar para participar, no descartaría volver a intentarlo”.