No cabe duda de que detrás de cada participante de la Ehumilak se esconde siempre una historia única. En la de María Paula Paricio Ruiz los ingredientes más importantes son la determinación y el cuidado de la mente.
Valenciana afincada en Oiartzun desde hace dos décadas, Paricio comenzó a correr hace apenas ocho años, y cada reto al que se enfrentaba y que completaba le fue llevando a apostar por uno mayor. “Empecé haciendo carreras de cinco kilómetros, de ahí pasé a diez, de diez a quince y al final terminé haciendo una maratón”, recuerda ahora.
Aquellos 42 kilómetros le ayudaron a tomar conciencia de su gusto por las largas distancias, por lo que decidió ir un paso más y entrenar para la Hiru Haundiak, la carrera de 101 kilómetros que completó en 2021. “No fue fácil, se me saltaron dos uñas de los pies en el kilómetro 60 (de 100) pero, a pesar del dolor, la acabé entre las 20 primeras”, relata.
La dureza de aquella prueba no le restó fuerzas para su siguiente propósito. “Cuando estaba preparando la Hiru Haundiak ya tenía la vista puesta en la Ehunmilak”, asegura a pocos días de enfrentarse a este nuevo reto.
Contratiempos
El entrenamiento para esta carrera no ha estado exento de contratiempos. “Hace unos meses me rompí la muñeca, pero no he parado de entrenar, yendo al gimnasio, corriendo en la piscina…”, asegura.
Y es que para Paricio lo más importante reside en la mente. “Es fundamental para que en los momentos más adversos puedas sacar la parte más positiva de todo. Yo, por ejemplo, cuando me dolían tanto las uñas me enfoqué en todo el entrenamiento que había hecho para llegar hasta ahí”.
Por lo tanto, además de trabajar la fuerza y de salir a correr a menudo, realizando en ocasiones largas distancias a un ritmo bajo, para Paricio una de las claves en la preparación para la Ehunmilak ha sido entrenar la cabeza: “Trabajo mucho la mente, porque la motivación no siempre te acompaña, pero en cualquier carrera la disciplina y la constancia van a ser tus mejores amigas”. Para ello, Paricio trata de obtener beneficios de cualquier entrenamiento. “Yo siempre digo que si un entrenamiento no te ha salido como tú querías, es entrenamiento mental; y si te ha salido como querías, es entrenamiento físico”, cuenta.
“(La mente) es fundamental para que en los momentos más adversos puedas sacar la parte más positiva de todo. Yo, por ejemplo, cuando me dolían tanto las uñas me enfoqué en todo el entrenamiento que había hecho para llegar hasta ahí"
Además, la valenciana recomienda indagar dentro de uno mismo. “Debes conocer tus miedos, lo que haces menos bien y lo que haces muy bien, para entrenar lo primero y potenciar lo segundo. Tienes que entenderte, comprenderte, respetarte y hablarte bien, y trabajar la autoestima y la valentía”, comenta. Como ejemplo, recurre de nuevo a su experiencia en la Hiru Haundiak: “Yo no soy una corredora profesional, ni tengo unas aptitudes físicas increíbles, pero lo que yo sabía era todo lo que había entrenado para estar ahí, y no lo iba a dejar por un dolor de uñas”.
Aquella prueba le marcó tanto que incluso ha publicado un libro, Correr para ser: llegando donde la mente niega, en el que recoge las claves que le han servido de ayuda para superarse día a día.
El mayor temor: la subida al Aizkorri
De cara a la Ehunmilak, Paricio confiesa que su mayor temor es la subida a Aizkorri: “Ya llevaré 140 kilómetros en las piernas y tendré que subir 1.000 de desnivel. Creo que es la zona más complicada, por los kilómetros acumulados, el sueño, el cansancio… Y porque es muy pedregoso”, dice.
"Lo más importante es el cambio que se genera en ti misma cuando llegas. Independientemente de los kilómetros que hagas, te transformas en una persona mucho mejor”
Por el contrario, el momento que más espera es la llegada a meta. “Me voy a pegar una llorera de alucinar”, adelanta, y explica que para ella la meta constituye “un objetivo tangible”, pero que lo importante es “el cambio que se genera en ti misma cuando llegas. Independientemente de los kilómetros que hagas, te transformas en una persona mucho mejor”.
En cuanto a objetivos de tiempos y marcas, la corredora no quiere generar expectativas, porque es consciente de que en una carrera de estas características, “poco importa lo que hayas entrenado, puede pasar de todo”. Además, recuerda que en la Hiru Handiak sí tenía un propósito y no lo alcanzó, un hecho que le generó mucha impotencia. “Ahora tengo la frustración mucho más trabajada, pero aquella vez me costó mucho darle la vuelta, así que prefiero guardármelo para mí”. Lo que sí tiene claro es que el próximo 12 de julio seguirá el consejo que le han dado todas aquellas personas que conoce que ya han realizado la Ehunmilak: disfrutar de cada kilómetro.