Más de 125 años abanderando el deporte acuático de la capital guipuzcoana.

Sí, el club organizó regatas en los tiempos de antes de la Guerra Civil y la monarquía española. También coincidió que España no participó en la primera Guerra Mundial para que todas las burguesías se juntasen en Donostia para ver regatas. Por ese motivo, aquí se celebraron competiciones tanto de hombres como de mujeres, porque la reina también regateaba.

El Náutico de San Sebastián es un emblema de la ciudad.

Yo empecé a presidir el club en 2019 y cuando llegamos a la junta directiva creamos un plan estratégico para que el Náutico fuese el trampolín del deporte de la vela de la ciudad. Muchas veces la gente desconoce que el Náutico de San Sebastián es el que impulsa el entrenamiento de todos esos niños y niñas que salen al mar y que solemos llevar a competir por todo el Estado. En algún caso suelen viajar a Portugal o Francia.

Cerca de 50 personas participaron en los bautismos el pasado sábado ¿El primer contacto con la vela suele impresionar a los que salen al mar por primera vez?

Nosotros los pasos iniciales los tenemos perfectamente preparados, para que cualquiera que quiera probar este deporte pueda hacerlo sin problema. Sea socio o no del club. En esos primeros días nosotros ponemos el barco y la vela. También buscamos que las embarcaciones sean seguras, porque las primeras veces es cuando se le coge afición o se le coge pánico. Procuramos que los barcos sean más estables y los participantes vayan acompañados con neumática, minimizando los riesgos y, sobre todo, minimizando los miedos.

¿Qué papel juega el Náutico de San Sebastián en la organización de la Copa de España de Vela 420?

Primero nos postulamos ante la Federación de España para poder organizar esta regata. Ellos valoran la experiencia que tiene el club, los regatistas, las implicaciones y las participaciones. Cuando la Federación te concede la posibilidad de organizarlo, el club empieza a hacer instrucciones de regatas, empieza a hablar con otros clubes, busca jueces homologados, todos los voluntarios para las balizas, etc… Hay una infraestructura bastante fuerte que no se suele ver. También solemos prestar parte de nuestras embarcaciones a otros clubes. Si viene algún equipo canario, no trae su neumática.

¿La federación se hace cargo de los gastos?

Nosotros recibimos una concesión de la federación, y luego hay una presentación avalada por la Federación de Gipuzkoa y la de Euskadi. Ellos se hacen cargo de una parte de los presupuestos y el Ayuntamiento de Donostia colabora también en las actividades que hacemos. Los jóvenes que participan en la competición, suelen venir acompañados de sus familiares y eso crea riqueza para la ciudad. Eso le interesa al Ayuntamiento. Solemos recibir ayudas de la Diputación también, pero este año, con los presupuestos prorrogados, no hemos podido conseguir ese dinero. También colaboramos con EKP (Euskadiko Kirol Portua) y puertos del Estado, porque ellos nos dan la concesión del suelo.

El viento es el que rige las normas de este deporte. ¿No es así?

Es la clave. Hay momentos que organizas todo, involucras a muchísima gente y se da el caso de que no hay viento. Entonces se suelen pasar 4 horas balizando y buscando las nuevas por si hay alguna racha, porque el circuito de regateo tiene unas normas para que el regatista tenga que utilizar todas sus técnicas para ir de contra, ir de lado o a favor del viento.

La bahía de La Concha se quedará pequeña para acoger a 70 embarcaciones…

La bahía siempre tiene un problema y es que los vientos no son muy regulares para hacer una regata. El circuito se suele diseñar conforme a ello. Lo que pasa es que, como hay una isla en medio, edificios detrás y el monte Urgull, se suelen hacer remolinos e impide que pueda haber un viento constante. Por lo tanto, solemos salir fuera y en la inmensidad del Cantábrico, podemos diseñar el circuito que queramos y si hay muchas embarcaciones, solemos separarnos en dos.

¿En Gipuzkoa hay una gran afición por la Vela 420?

La modalidad 420 es una especialidad estratégica porque es la previa a la olímpica, que es la 470. En este deporte suelen competir a partir de los 14 años, que son los que salen del la modalidad Optimist, que son barcos más pequeños, y suelen estar regateando desde los 8 años a los 14. Después hay regatistas que optan por competir de manera individual o en pareja. Eso implica mayor esfuerzo, porque el barco tiene dos velas y se necesitan dos personas para moverlo, y tienen que saber coordinarse con el compañero. Uno gira a un lado y el compañero tiene que moverse al otro. La salida natural es el 420 y ahí se suele ver quiénes pueden tener un recorrido mayor. Luego se habla con las familias para que los jóvenes puedan competir. Hoy en día Hondarribia y el Abra (Bilbao) también tienen su propia flota y tenemos una liga que incentiva a que haya más jóvenes en la competición y anima a otros a dar el salto.

¿Las actividades previas han surtido efecto para generar una mayor afición de cara a la Copa?

El objetivo es que la gente en la ciudad, en vez de ver unos trapos blancos en el mar, pueda conectar con este deporte. Eso también crea afición, algunos deciden seguir o incluso apuntar a los hijos.

También han querido abordar diversos temas sociales...

Llevamos trabajando con diferentes asociaciones. Con Aspace, por ejemplo, ya colaboramos cuando cumplieron 50 años. Algunos de los miembros disfrutaron de una salida en barco. Es muy complicada la logística, pero lo más satisfactorio es verles la cara de disfrute, eso no tiene precio. Con la ONCE también hemos colaborado. Le damos mucha importancia a darle esa posibilidad a personas que habitualmente no pueden o ni imaginan disfrutar de este deporte. La Federación Española también dispone de barcos de vela adaptada. Me acuerdo cuando participamos en una jornada del Once del Once y planeamos unas salidas, pero llovió tanto que se hizo imposible. Fue un día de mala mar y no pudimos hacer nada.

¿Qué tipo de mar beneficia a que haya una mayor competitividad en la regata?

Personalmente, me gustaría que tuviéramos un viento de 12-14 nudos. Que haga un poco de aire y que haya pocas olas, para que puedan poner a prueba a los participantes. Sobre todo para que puedan ir en contra y coger más velocidad. Con cualquier tipo de viento la regata va a ser bonita.

¿Hay esperanzas para que alguno de los participantes del Club Náutico de San Sebastián se cuelgue alguna medalla?

Es la primera vez que nuestros deportistas compiten con los campeones del mundo y con la selección de Portugal, que quiere probarse para el Europeo. Es una buena oportunidad para que nuestros chicos y chicas que están empezando puedan aprender de los mejores. Yo les recomiendo que sean valientes en las salidas, porque quien no arriesga no aprende, y se queda atrás. En esta modalidad de 420, si la distancia con tus perseguidores es grande, es difícil remontar. Porque el que va delante vigila a los que van detrás, y replica sus maniobras.