- Lucas Eguibar ya descansa en su casa. “Es lo que más necesitaba”, confiesa el snowboarder donostiarra, que hace una valoración positiva de su participación en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín pese a no haber logrado el objetivo con el que viajaba, que no era otro que conseguir su primera medalla olímpica.

“No ha sido ninguna decepción”, asegura. “Hice una buena carrera”, añade. “Hice cosas buenas, cometí errores, tuve suerte... Hubo de todo, pero estoy contento. Lógicamente, quería más, pero estoy contento”, reitera un Eguibar que todavía no ha visto la carrera de las semifinales. “Quería haberla visto, pero no ha habido tiempo. Ha sucedido todo muy rápido”, se sincera el rider donostiarra, que no quiere hablar de mala suerte pese a que por su lado del cuadro tuvo que enfrentarse a los que finalmente se colgaron el oro y la plata. “Sabía que iba ser muy difícil. En las semis me tocó con Haemmerle y Grondin, que durante todos los días de entrenamientos eran los dos más rápidos,semis estaban yendo a otro nivel. En ese circuito se adaptaron muy bien y a mí me costó más”, precisa. “Es cierto que en una carrera puede pasar de todo, pero ellos estaban a otro nivel”, confirma.

Después de cuatro años trabajando con el objetivo claro de lograr la medalla en Pekín, Lucas Eguibar no consiguió el premio esperado, pero es algo que no le desmotiva “porque sé que pueden pasar todas esas cosas”. De hecho, está “tranquilo”, más que nada porque “pensaba que iba a hacer una peor carrera porque, sinceramente, en la pista no terminaba de encontrarme muy cómodo, pero creo que estuve a la altura”. Terminados los Juegos Olímpicos, al donostiarra aún le quedan dos pruebas de la Copa del Mundo, el 10 de marzo en Austria y el 20 en Suiza. Todavía no sabe en qué estado de forma llegará a las mismas por culpa de esa lesión de espalda que le tiene un tanto intranquilo. “En la final me llevé un golpe y algo dolorido sí que estoy, pero es cierto que después de la infiltración estoy mejor. Valoraremos al final de temporada a ver qué se hace”, avanza Eguibar, que no descarta pasar por el quirófano. “Eso es lo que tenemos que ver. Hay que poner una solución porque las infiltraciones no lo son. Te quitan el dolor para competir, que es lo que queríamos, llegar a estos Juegos y ya está, pero no podemos seguir así”, considera el guipuzcoano, que presenta dos protusiones (L4-L5 y L5-S1) que le torturan desde hace tiempo y que son la antesala a una hernia discal. “Son muy dolorosas”, asegura. “Si no es por las infiltraciones, no podría seguir haciendo snowboard por el dolor”, reconoce.

Preguntado por los próximos Juegos Olímpicos, los de 2026, que se disputarán en Milan y Cortina d’Ampezzo, Eguibar estima que “todavía están muy lejos”. En su mente solo hay espacio “para encontrar una solución” a sus problemas de espalda. Eso sí, “si solucionamos lo de la espalda, sí me veo en los próximos Juegos”, deja claro. Y es que el sueño de conseguir la medalla todavía está muy latente.

Finalizada su participación en Pekín, Lucas Eguibar colgó en las redes sociales un vídeo muy emotivo, en el que mostraba su agradecimiento por el apoyo recibido y en el que admitía haber llorado mucho, “18 veces en dos horas”. “Tardé bastante en poner el mensaje. Cuando asimilas lo que ha pasado, es mejor. Quería valorar todo”, sostiene el rider, cuya valoración final es “buena” por todo lo que ha rodeado su participación. “Venía de una lesión muy fuerte de espalda. Allí estaba sin entrenador. Ha sido un año complicado y he estado a la altura pese a que hemos tenido muchos baches que afrontar”, destaca. Eso sí, “no quiero decir que ha ido todo en contra. No soy el único al que le pasan esas cosas. Todo el mundo tiene sus problemas. Yo los he tenido, pero como todo el mundo”.

“Si no es por las infiltraciones, no podría seguir haciendo snowboard por el dolor”

Lucas Eguibar

Rider donostiarra