asada la resaca de la medalla de plata de Maialen Chourraut, los Juegos Paralímpicos cogen el testigo de la llama, además de sus restricciones, sus normativas y sus gradas vacías. El pebetero volverá a encenderse mañana -la ceremonia inaugural comenzará a las 13.00 horas (RTVE)- e iluminará la villa hasta el próximo 5 de septiembre, cuando ya se hayan repartido todas las medallas. De hecho, hacerse con alguna de estas preseas es el objetivo con el que acude la representación vasca. Serán un total de 16 euskaldunes los que lucharán por subirse a un podio que premie el ciclo olímpico más largo de la historia. Ocho mujeres y ocho hombres serán los protagonistas de una edición que bate el récord de participación femenina (40,5%). Asimismo, los deportistas vascos competirán en nueve de las 22 disciplinas que componen el programa paralímpico, siendo el baloncesto en silla de ruedas, con cuatro componentes; y el remo y la natación, con tres, los más representados.
La mayoría de los vascos se encuentran ya en Tokio. La capital de Japón es, hasta el momento, la única localidad que ha acogido los Juegos Paralímpicos en dos ocasiones, su debut fue en la edición de 1964; y ahora los deportistas vascos regresan con el objetivo de llegar lo más lejos posible. De hecho, aunque el éxito olímpico se mide en medallas, para muchos de ellos su mera presencia en los Juegos es ya un triunfo. Así pues, de los 16 atletas, tan solo cuatro figuran en las quinielas para llevarse el laurel: los jugadores de baloncesto en silla de ruedas Asier García y David Mouriz, el nadador donostiarra Iñigo Llopis y la remera Perle Bouge. Los dos primeros son la punta de lanza del equipo de Basque Team. Piezas indiscutibles en la selección estatal y primordiales en la plata conseguida en los Juegos de Río 2016, cuando cayeron en la final ante Estados Unidos. Ahora, con la ambición por bandera, ambos jugadores reconocen que el oro es complicado, pero el objetivo para poner el broche dorado a unas carreras redondas. En categoría femenina, Agurtzane Egiluz, también de la Fundación, y Beatriz Zudaire ya han superado las expectativas tras conseguir que el combinado estatal regresara a unos Juegos en los que no participaba desde Barcelona 92. Por ello, ambas acuden a Tokio con el propósito de seguir haciendo historia.
En natación, los guipuzcoanos Iñigo Llopis y Nahia Zudaire (ambos de Basque Team), además de Iván Salguero, llegan a la capital nipona con objetivos diferentes. Y es que mientras que los hombres participarán en sus segundos Juegos Paralímpicos -ya estuvieron en Río -con el propósito de subirse al podio, la nadadora de Zubieta debutará en Japón como la deportista más joven de la delegación estatal con 17 años y con el único fin de probarse y disfrutar. En cuanto al remo, el bilbaino Jorge Pineda, de la Fundación, se ganó un puesto en la embarcación de cuatro con timonel que fue invitada a los Juegos; al igual que la iruindarra Estibaliz Armendariz, que también fue convidada a Tokio en calidad de timonel. Sin embargo, todas las miradas estarán puestas en Perle Bouge. La remera del Aviron Bayonnais es la más condecorada de la delegación vasca. Su plata en Londres y su bronce en Río así lo demuestran, por lo que se planta en Tokio con la mente puesta en la única medalla que le queda: la dorada.
Respecto al resto de participantes, Basque Team completa su equipo con el piragüista Higinio Rivero, la triatleta Rakel Mateo, octava en Río, e Iker Sastre, de tenis de mesa. Asimismo, la representación vasca también contará con la participación de la atleta Izaskun Oses, bronce en los 1.500 metros T13 de los pasados Juegos; la tiradora con arco Mari Carmen Rubio, que a sus 59 años se erige como la más veterana de la delegación estatal; y el ciclista Eduardo Santas, que también fue bronce en Río en la modalidad de velocidad por equipos y que, a pesar de haber nacido en Aragón, participa con la beca Miguel Indurain y, por lo tanto, el Comité Paralímpico Español lo incluye en la lista de navarros.