Donostia - La espera ha merecido la pena y Garbiñe Muguruza ha vuelto por sus fueros. La tenista de origen guipuzcoano se ha subido a la ola en el Abierto de Australia y no quiere bajarse. Su camino empezó mal, con un 6-0 en contra en el primer set del torneo ante Shelby Rogers, pero repuesta de aquel brote de gripe va de menos a más y, de momento, ya se ha colocado en cuartos de final, algo que no conseguía en un Grand Slam desde Roland Garros de 2018. Su victoria de ayer ante Kiki Bertens, décima cabeza de serie, supone además su segundo triunfo consecutivo ante jugadoras del Top 10 mundial desde el torneo de Cincinnati de 2017 que acabó ganando.

Muguruza cedió el primer juego del duelo de octavos de final con su servicio, pero en su cabeza ahora mismo no hay dudas, reaccionó de inmediato y ejecutó su estrategia de camino a un resultado incontestable de 6-3 y 6-3 en solo 68 minutos. "Estoy superconcentrada y he notado que mi cuerpo mejoraba con el paso de los días", comentó tras un partido en el que no dio opción a la holandesa con mucha movilidad en las piernas para repartir golpes de un lado a otro y mucha determinación para cerrar los puntos importantes. Pese a esa rotura inicial, logró un 90% de los puntos con su primer servicio, acabó en la red en cuanto tuvo oportunidades y sumó 19 golpes ganadores. Metió mucha presión, rompió el saque de Bertens en cinco ocasiones y eso le permitió llevar siempre la iniciativa en el marcador.

La de Caracas dijo no estar sorprendida por su nivel de juego, sino simplemente "contenta de volver a estar en una situación especial", ni se considera favorita al título en Melbourne, donde los cuartos de final son su techo, porque "queda mucho torneo. Solo tengo que pensar en el próximo partido". Eso sí, Muguruza explicó que de la mano de Conchita Martínez ha aprendido a no desesperarse. "Para nada. Al final, el trabajo ha estado ahí, simplemente hay que ser paciente. No hay tantas jugadoras que hagan cada año finales y semifinales, así que tengo que esperar mi momento", apuntó.

Precisamente, en cuartos de final le espera un partido con morbo ya que tendrá delante a Anastasija Pavlyuchenkova, que repite presencia en esta ronda tras vencer a Angelique Kerber por 6-7, 7-6 y 6-2. A la rusa la dirige ahora Sam Sumyk, el entrenador de Garbiñe Muguruza durante cuatro años y hasta septiembre del año pasado. "Simplemente, pensé que había acabado un ciclo y que necesitaba una voz diferente. Pensé que Conchita me entendería muy rápido y, aunque no garantiza nada, estoy feliz de tenerla conmigo", aclaró la doble campeona de Grand Slam.

En esta parte del cuadro, el último choque de cuartos de final medirá a Simona Halep, que se impuso a Elise Mertens (6-4 y 6-4), y Annet Kontaveit, ganadora ante Iga Swiatek. en un partido muy duro (6-7, 7-5 y 7-5) La rumana, que no ha perdido un set en cuatro partidos, va también como un tiro en busca de su tercer Grand Slam, mientras que para la estonia es su primera presencia entre las ocho mejores en un grande.

brillo guipuzcoano en juniors En el torneo junior femenino, también hubo buenas noticias para el tenis vasco, ya que la guipuzcoana de 16 años Ane Mintegi avanzó a la tercera ronda, tras imponerse a la australiana Talia Gibson por 6-2 y 7-5, en la que se medirá a la checa Darja Vidmanova. La tenista de Idiazabal en la ronda anterior había ganado a la uruguaya Guillermina Grant por 6-1 y 6-4.