la chica que aprovecha el soleado día en Donostia y pasea tranquilamente por la Playa de la Zurriola con su perrito Kookiz es la misma que menos de dos días antes se había zafado de la defensa de dos internacionales de la talla de Laia Palau y Marta Xargay en una magistral jugada personal para dar la victoria al IDK Gipuzkoa en la cancha del líder de la Liga Femenina, el Girona. Y es que Joyce Cousseins-Smith transmite calma y tranquilidad tanto dentro como fuera de la cancha. Es la misma tranquilidad -rozando el despiste- que le hizo olvidarse de la camiseta azul y le obligó a jugar en Fontajau con la camiseta de entrenamiento y su número hecho con esparadrapo. La calma que tan bien le ha venido a un equipo que antes de su llegada necesitaba como el comer una jugadora de su perfil: una base directora, una líder, una jugadora capaz de decidir en los numerosos finales ajustados que suele haber en la Liga Femenina.

"Veo que los partidos igualados son lo habitual aquí", dice la jugadora francesa de 31 años, de apenas 165 centímetros de altura pero que se crece cuando quedan pocos segundos y el partido puede caer de cualquier lado. En el derbi contra el Gernika fue decisiva en el último cuarto, hace diez días metió cuatro de los ocho últimos puntos del IDK para superar al CB Al Qázeres y este pasado domingo asumió la responsabilidad en Girona. Quedaban seis segundos y ocho décimas y el marcador estaba igualado. "La jugada era para mí o para las interiores, pero vi el hueco y me decidí a penetrar", cuenta: "Estoy muy contenta de que entrara y pudiéramos ganar. Lo más importante es la victoria, no mi canasta. Creo que merecíamos algo así, estamos trabajando duro y nos sentimos mejor".

Cousseins-Smith dice que no siente presión en situaciones en las que el balón habitualmente quema a las jugadoras. Al revés. "Me gusta. Jugamos a basket para estos momentos, cuando ganas de 20 no es emocionante. Cuando el partido está igualado al final me encanta, sobre todo para una base es el momento de demostrar lo que puede hacer. Me gustan estos momentos. Esto es un juego, así que lo primero que quiero es disfrutar. Me quito la presión. A veces no es fácil, pero cuando tu pasión es tu profesión, disfrutas".

Su llegada a mediados de noviembre trajo consigo una evidente mejoría en el juego del IDK. "Al llegar hablé con Azu. No esperaban empezar así la liga, el equipo había tenido cambios y necesitaban sentirse más cómodas en la cancha. Habían perdido la confianza y yo he tratado de ayudar ahí. Como base, intento hacer jugar mejor a mis compañeras. Con las últimas victorias la confianza de todas ha mejorado y así todo es más fácil".

La del IDK es su primera experiencia fuera de la liga francesa, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. "Tuve oportunidades antes, pero he jugado Eurocup y Euroliga en mi país, así que no vi razones para irme. Pero ahora es un buen momento, me apetecía un nuevo reto, ir a una liga en la que no me conocen. Uno de los motivos para venir aquí es Laura García, jugamos dos años juntas y somos amigas. El club me insistió mucho y estoy contenta de estar aquí. Todo el mundo es genial, es como una familia y para mí era muy importante sentirme bien". Eso sí, reconoce que le ha "costado" adaptarse a la Liga Femenina: "Estoy sorprendida con la intensidad con la que se juega".

surf y solidaridad La playa de La Zurriola es su lugar preferido en Donostia. No en vano, el surf es la otra gran pasión de Cousseins-Smith, aunque durante la temporada no surfea: "Me centro en el baloncesto y aprovecho el verano para hacer surf y viajar, que también me encanta". De hecho, la francesa está construyendo un bed and breakfast (el Lagoa Beach House) en Portugal. "Está cerca de Nazaré, donde la ola gigante. Pero yo no me meto en el agua cuando hay olas tan grandes, ¿eh?", aclara. La construcción de este alojamiento fue el motivo de que a inicios de esta temporada decidiera no jugar en ningún equipo: "Era importante para mí estar presente en las obras. Cuando mis padres vinieron a ayudarme, pude venir al IDK. Espero que esté listo ya para verano".

Por si ocupar el tiempo con el basket y su negocio fuera poco, tiene una asociación en Francia (Le Ballon du Bonheur) con la que ayuda a niños "en países pobres en Sudamérica y África. Ayudamos a colegios, damos ropa para deporte... entre una cosa y otra no me aburro".