donostia - Carlos Sainz (Mini) logró retener ayer el liderato ante la amenaza de los que a priori se erigen como sus principales amenazas de cara a la consecución de su tercer título del Dakar. El madrileño firmó la tercera posición en la cuarta etapa, con un trazado de 453 kilómetros que unió Neom y Al Ula. Fernando Alonso (Toyota), por su parte, fue incapaz de sostener el ritmo que la jornada previa le elevó a la quinta posición y cedió 26 minutos con Stéphane Peterhansel (Mini), vencedor ayer.

Transcurren los días y la carrera va estableciendo su criba. Sainz, que veía alejada a su máxima competencia, sintió ayer el aliento en el cogote en una jornada en la que abrió pista, con la desventaja que conlleva, pero que solventó protegiendo su condición de líder. No fue sencillo puesto que la etapa de ayer, especialmente el último sector, fue un escenario complejo incluso para un veterano como El Matador. "Era una zona con unas rocas tremendas. Pasar era muy complicado. Parecía imposible. He nacido pilotando lo más rápido posible por pistas de rallys y me he adaptado a los rallys raid lo mejor que he podido, pero pasar con un coche de estos por ahí parece de ciencia ficción", describió Sainz, que perdió 7:18 con Peterhansel, y que ahora goza de una ventaja de 3:03 sobre el vigente campeón, el catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota), quien ayer firmó el segundo puesto, a 2:26 del ganador francés, un Peterhansel que acusó los problemas de entendimiento con su copiloto en las primeras jornadas, pero que parece ya en consonancia con su ayudante. "En 21 ediciones del Dakar, nunca me he comunicado con el copiloto en inglés, así que habrá que acostumbrarse", decía Monsieur Dakar, con seis títulos de motos y siete de coches. Peterhansel está obligado a remontar once minutos y 42 segundos.

"Sabía que Stéphane y Nasser son los enemigos a batir", confesó Sainz sobre el piloto galo y el catarí, sobre quien tiene 3:03 de margen.

Alonso, que el martes, gracias a su quinta posición, mostró sus ganas de tratar de aprovechar la situación de salida, ayer se encontró con una realidad bien distinta. "Siempre quise salir adelante porque dicta el ritmo de la carrera, pero si sales con esos monstruos detrás (Peterhansel o Al-Attiyah), te van a hacer perder más tiempo, porque tienes que dejarles pasar y luego vuelves a su polvo", expresó.

Además, el bicampeón de Fórmula 1 sufrió tres pinchazos, lo que le obligó a completar los últimos 150 kilómetros sin ruedas de repuesto. "Se me hicieron interminables. Teníamos que ir despacito porque eran sitios de muchas rocas y complicados", declaró el ahora 20º, a 2h.59:27 de Sainz. En definitiva, Alonso resumió la aciaga jornada del siguiente modo: "Es como si en el ciclismo eres contrarrelojista y te toca montaña. Así que sabía que me tocaba perder un poco".

En motos se impuso el chileno José Ignacio Cornejo, aunque el estadounidense Ricky Brabec, quinto ayer, permanece líder, con 2:30 sobre el argentino Kevin Benavides, ayer a 35 segundo del ganador.