OIARTZUN ? Jokin Altuna (Amezketa,1996) es un pelotari diferente. El delantero de Aspe está inmerso en uncarrusel de estelares desde que completó su erupción en el campo profesional, poco después de haber dadoel salto desde aficionados con apenas18 años. Cinco cursos y unos meseshan pasado desde que se estrenara enSan Juan y acumula ya dos txapelas(la del Cuatro y Medio de 2017 y la delManomanista de 2018) en cuatro finales (fue subcampeón en la jaula de2016 y 2018), pero posee un aura deestrella, cimentada en la regularidady la espectacularidad de su juego. ElNavarra Arena será el testigo de suquinta cita por una txapela el domingo.

El domingo disputa su cuarta finaldel Cuatro y Medio de manera consecutiva. Lo hará en el Navarra Arena de Iruñea frente a Joseba Ezkurdia. Reeditarán la pelea del cursopasado, que fue muy distinto parausted. Sufrió mucho. Sin embargo,ahora está disfrutando.

?Es cierto. El año pasado llegué alCuatro y Medio sin entrenar y conmuchas dudas. En el primer partidosolo pensaba si iba a terminarlo. Envez de estar plenamente mentalizadopara los encuentros, casi todos los díasiba al fisioterapeuta. Fue algo diferente para mí. Algo nuevo. Al terminar,hice otra valoración: aprendí muchísimo. Cuando estás bien, todo es másfácil y disfrutas mucho más. Para mítiene el doble de mérito lo de 2018.Cuando hay dificultades, todo es máscomplicado. Al perder la final, mivaloración no fue buena, porque siempre quiero ganar, pero ahora sí. Esteaño estoy disfrutando, pero todavíame queda dar el último paso y es unrival muy difícil.

Tal y como usted mismo dice, losmalos momentos hacen a uno másfuerte. ¿Qué le enseñó específicamente el Cuatro y Medio del cursopasado?

?Me lesioné en San Mateo y este añoya he dicho que estoy conociendocada vez mejor mi cuerpo. El veranode 2018 tuve muchos partidos y combinaciones muy exigentes. En todoslos partidos iba con la mentalidad deque era el campeón y tenía que ganaro ganar. Salía a muerte. Ahora, siempre salgo a ganar, pero mentalmentelo llevo de otra manera. Estaba saturado. Llegué delgado y con muchapaliza. Cuando necesitaba desconexión, además, me llegó la lesión. Así,no descansas, no preparas bien. Todofue un cúmulo de circunstancias quellegué a acusar hasta la primera vuelta del Parejas. He aprendido a tomarlas cosas de otro modo. Este veranosalí a disfrutar y lo he terminado másentero, pese a tener una cantidad similar de compromisos.

La camiseta colorada de campeóndel Manomanista pesa (la consiguióel verano de 2018).

?Sí. Más que nada porque era la primera vez. Nunca sabes lo que te viene. Yo mismo me ponía una exigencia que no me tenía que poner. Sobretodo, en verano. Quería seguir en laola. Hay momentos en los que tienesque ver que si no ganas, tampoco pasanada. Aprendes de todo ello. Después,he visto que aunque no lleve la camiseta colorada me siguen exigiendoigual. Y yo también me exijo igual. No me gusta nada perder, pero lo tomode manera distinta. Eso se aprendetambién a gestionar.

Usted mismo habla de la exigenciaque se siente. Apenas lleva cincoaños en la élite y muchos le consideran el número uno y tiene queresponder como tal. ¿Cómo llevaeso?

?Siento el cambio en que, cuandoencadenas dos o tres derrotas seguidas, notas que hablan más de ti. Exigen ganar, no solo jugar bien. Eso senota. Ahora mismo me siento bien,pero sé que llegarán rachas peores.Dispongo ya de esa experiencia suficiente para saber que pronto puedevolver la buena. El año pasado estuveun poco bloqueado y saturado psicológicamente. Por otro lado, tomo laexigencia como algo bueno, porquequiere decir que he hecho las cosasbien. Sé que el camino es trabajar,estar centrado y hay que tenermomentos para desconectar.

Hay que ser realistas y comprenderque todo no es pelota, que hay vidamás allá para el pelotari.

?Sin duda. Lo he hablado con mifamilia y mis amigos. Recuerdo queen el Parejas del año pasado, en el queperdimos cinco partidos seguidos,sacarme de casa a cenar era casiimposible. Después, puedes hacertodo de otra manera y salir bien. Unacosa no tiene nada que ver con la otra.Puedes intentar cambiar cosas. Lacuestión es que estoy conociendo micuerpo cada vez mejor y hay que tenerclaro que, cuando tienes un partidoimportante, también puedes cenarfuera de casa y volver a descansar. Noes bueno obsesionarse y limitar tuvida personal o social.

Aún tiene 23 años y, aunque pareceque lleva mucho un montón detiempo en Aspe, le queda un camino largo en el profesionalismo, ¿no?

?Cada año me están sucediendocosas buenas, pero no me debo acostumbrar. Hay que pensar que tienemucho mérito. Esto no es el pan decada día y ya vendrán mal dadas. Séque tengo mucho que mejorar. Loimportante para mí es seguir trabajando y la pelota me gusta mucho.

Siempre alude a toda la gente quele apoya. ¿Jokin Altuna es un equipo?

?Bueno, no lo sé, pero sí que me gusta hablar mucho de pelota y de micarrera con la gente cercana: mi familia, mis mejores amigos o mis entrenadores, que me ayudan muchísimo.Ellos saben que me gusta hablar lascosas. Quizás no lo hago en elmomento en el que sufro una derrota dura, pero sí que me gusta charlarsobre mi situación y cómo me ven. Noles pregunto, pero saben que siempreestoy atento para escuchar. Me conocen como persona. Soy bastante negativo y me enfado cuando recibo unaderrota, pero eso también es buenopara el deportista. Me gusta hablar demi situación. Soy bastante analítico.

¿Suele ver sus partidos? ¿Cómo seve en sus compromisos antiguos?

?Veo los míos y los de pelotaris comoMartínez de Irujo o Aimar. Cuandoestoy aburrido, me pongo partidos depelota en YouTube. Me gusta sabercómo está la pelota, cómo estuvo y lasdiferencias del juego entre las distintas épocas. Era muy niño cuandoempecé, ya que tenía 18 años, y aprendes mucho cuando vives tantas cosas,la mayoría buenas, no me puedo queja. Estoy disfrutando de la pelota.

¿Le ha tocado madurar muy rápido?

?Sí. Hubo un momento bastante clave en mi carrera, que fue cuando JuanMartínez de Irujo tuvo que dejar dejugar. Hice click. Fíjese, en Baiko hayun pelotari como Aimar, que ha llevado la presión de la empresa. Eso viene bien a los jóvenes, porque no sehabla tanto de ti. A nosotros nos tocómeternos ahí, también porque estábamos haciendo méritos. Es algo queno es fácil, pero que a la larga es positivo. Hay momentos buenos y malos,porque es difícil de asimilar.

¿Qué es lo que más cuesta asimilar?

?No noto que alguien me haya estado presionando. Desde Aspe siempreme he sentido valorado. Muchas vecestodo depende de cómo te encuentrestú mismo. Cuando peor lo pasé fuecuando me metía presión yo mismo.Estaba obsesionado con ganar, ganary ganar. Hay cosas más importantesque eso. Por ejemplo, sentirte a gustoen el frontón y ser feliz con lo quehaces en cada entrenamiento. Creoque he aprendido a valorar todo esoy a sentirme un privilegiado, no solopor salir cada fin de semana a jugar,sino por poder compartir muchotiempo con mis amigos. En Aspesomos una gran familia y tenemosuna relación muy buena entre nosotros y con los manistas de Baiko. Todoeso me hace un privilegiado. Llevodesde niño peleando por alcanzar unsueño y ahora que lo estoy viviendoquiero disfrutar de cada momento.

De labios de una persona tan competitiva como usted, la afirmaciónde que hay cosas más importantesque ganar impacta un poco.

?Pues es lo que pienso. A mí me gusta ganar a todo, pero la gente cercanasabe que las primeras horas despuésde una derrota dura estoy más callado. A eso también he aprendido, yaque con 18 o 19 años estaba quemadoun día o dos. Si perdía un sábado, notenía ganas ni de ver a los amigos. Hecambiado. Soy consciente de que hay que dar la vuelta a ese tipo de situaciones lo antes posible. Lo negativoque tienes dentro pasa factura.

Es mal copiloto después de unaderrota.

?Bastante malo, sí. Y también un conductor peligroso (risas).

Volviendo a la final del domingo, sereencuentra con Ezkurdia en el mismo escenario que el año pasado. Sinembargo, la situación es distinta.

?El desenlace final no lo podemossaber, pero el Cuatro y Medio me hasalido redondo. Joseba quizás ha sufrido más de la cuenta en dos partidos.Queda todavía un mundo.

¿Quién es el favorito?

?Creo que él es el campeón del añopasado y viene con esa inercia. Esovale mucho. Ganó a Bengoetxea VI enLekunberri (8-22) y todos decían queera el favorito número uno. Después,todo cambia y me dicen que lo soy yo.No hago caso a eso. No soy el más adecuado para decir quién es el favorito.

Joseba es un pelotari enorme, queda miedo.

?Da miedo, sin duda. Es un pelotarique hay que ganar. La clave de mi juego estará en no regalar. Ezkurdia tiene poso y experiencia suficiente.

Por la amistad que le une a ErikJaka, aunque Ezkurdia sea tambiénde su empresa, supongo quehubiera querido verle en la final delCuatro y Medio.

?Claro. Tuve sensaciones contrapuestas. Por un lado, quería verle ganar;pero, por el otro, sabía que no hubieran sido dos semanas fáciles, porqueentrenamos todos los días juntos. AJoseba le veo como el adversario alcien por cien y a él le pasa lo mismoconmigo, pero no ha sucedido igualcon Erik como finalista. De hecho, elencuentro de cuartos contra Jaka fuediferente para mí, ya que pasamostoda la semana juntos y nunca habíadisputado un compromiso importante contra él. Le ves como un amigo,aunque sea un rival. Es diferente. Detodos modos, a pesar de que es unapena que Erik no entrara, Ezkurdiaha hecho méritos y ha trabajadomucho por llegar al lugar al que hallegado.

En su carrera ha logrado una granregularidad, cuestión complicadacon su edad.

?Es una de las cosas que más valoro.Muchos de los que están cerca meestaban hablando de la final y ponenobjetivos importantes. La primera vezpuede hacer más ilusión porque parece un boom, pero llegar cuatro vecesseguidas es muy complicado. Eso mehace más ilusión. Entran en juegomuchas circunstancias.

Patxi Eugi, Juan Martínez de Irujo,Aimar Olaizola y usted han sido losúnicos en repetir final cuatro añosseguidos.

?Es algo muy bonito, muy especial.No le doy importancia a lo que hehecho, sino a lo que me queda porhacer. Únicamente pienso en eldomingo.

¿Es el nuevo capo del Cuatro yMedio?

?No le doy importancia a esoscomentarios. Me siento a gusto,pero todo depende de los resultados que tengo. Quizás esta sea miúltima final, pero no se sabe. Cuando lo deje, haré mi balance. Me centro en lo que viene.