Aguante de campeón

pamplona - Jokin Altuna lo tiene todo de un campeón. El juego, el poso, las maneras, y también el aguante. Ayer demostró esta última faceta suya en un gran partido, en el que supo resistir el impresionante y veloz inicio de Oinatz Bengoetxea, que logró ponerse 2-9 en el marcador.

Sin embargo, el vigente campeón no dejó que el leitzarra continuase imponiendo su ritmo, y le endosó un parcial de 20-7 para clasificarse a su segunda final del acotado consecutiva, que se disputará en dos semanas en el Navarra Arena, donde defenderá la txapela conseguida el año pasado, algo complicado de imaginar hace apenas un mes.

El amezketarra, lesionado con una rotura de fibras en el brazo izquierdo en la final de San Mateo, tuvo que hacer una prueba la misma semana del primer partido para saber si estaba en condiciones de disputar los cuartos de final. Jugó el primer partido sin entrenar, y ganó. Para el segundo solo pudo ensayar una vez, y perdió. Y en el tercero, donde se jugaba todo, venció sin convencer demasiado sobre el estado de su brazo izquierdo.

Pero ayer se despejaron todas las dudas. Bengoetxea comenzó arrollador, arriesgándose en cada tanto, a la mínima ocasión. Buscó el ancho, el rincón, el ras de la chapa. Todo le salió bien, y se puso con un 2-9 en el marcador.

Altuna permanecía impotente, sin poder hacer nada ante semejante vendaval. Pero una paradita de Oinatz a la chapa cambió el signo del partido. Las pelotas se fueron desgastando, ya no eran tan rápidas como necesitaba el leitzarra, y la zurda de Altuna comenzó a funcionar.

El de Amezketa se alió con los remates, y consiguió darle la vuelta hasta el 10-9. En uno de los cuatro partidos que se jugó dentro del mismo, el encuentro entró en un tramo igualado, un toma y daca en el que los dos contendientes alternaron sus mejores golpes para regocijo de un Labrit que volvió a mostrar el ambiente de las grandes tardes tras una fase de cuartos de final de floja entrada.

Con el 12-14, Jokin volvió a coger la manija del encuentro, y enlazó siete tantos consecutivos ante un Oinatz que se fue fundiendo con el paso de los pelotazos, y que no pudo aguantar el exigente ritmo del partido. No obstante, consciente de la importancia del encuentro, el navarro tiró de casta y, en sus últimos coletazos, se jugó el todo por el todo- Con un increíble resto de saque dibujando un gancho y un dos paredes levantó de nuevo al público del Labrit, pero en dos ocasiones consecutivas la chapa le privó de una posible reacción a tiempo. Con un gancho fuera a la desesperada, Bengoetxea solo pudo aplaudir y felicitar a Altuna por su victoria y clasificación. Y por su aguante.