“Pensaba que iba a tener una muerte bastante triste”
el urnietarra jokin lizeaga fue rescatado tras caer a una sima de 20 metros y sufrir policontusiones e hipotermia en una carrera en asturias
donostia - El urnietarra Jokin Lizeaga sufrió en una carrera de montaña en Asturias -la Maratón de los Pastores de Portudera, de 40 kilómetros y que discurre por la Sierra de Portudera- un accidente que a punto estuvo de resultar fatal. El conocido corredor guipuzcoano, de 39 años, cayó por una sima de 20 metros y fue rescatado varias horas después por el Grupo de Rescate de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), presentando “policontusiones, luxación de hombro e hipotermia”, según comunicó el propio SEPA, que evacuó a Lizeaga al hospital de Arriondas.
En plena carrera, cerca de Cabrales, Jokin Lizeaga cayó por una sima -que se puede apreciar en la foto de la parte superior de esta página- que estaba cubierta por una capa de nieve que cedió al pisarla el corredor urnietarra. Según la nota de prensa de la SEPA, el Centro de Coordinación de Emergencias recibió una llamada de otro corredor y envió a un equipo de rescate a la zona a bordo de una aeronave medicalizada. En una “dificultosa operación de rescate”, un bombero accedió por la sima hasta donde estaba situado Lizeaga, que había conseguido subir diez metros hasta una repisa. El bombero le colocó un arnés y, con un sistema de cuerdas, el resto de componentes del grupo de rescate -entre los que figuraban varios corredores- fueron izando al guipuzcoano, que presentaba hipotermia y politraumatismos, por lo que fue trasladado al hospital de Arriondas.
Varias horas después, Jokin Lizeaga contó en el programa Hiru Erregeen Mahaia, de Euskadi Irratia, la terrible experiencia que había vivido: “En una zona nevada se ha roto la nieve y me he caído en una sima de unos 20 metros. He pasado un miedo terrible. Allí abajo estaba todo oscuro, hacía frío. Se me han pasado muchas cosas por la cabeza. Ahora ya estoy en el hospital”, relataba el urnietarra, que sufrió una durísima caída: “Está claro que tengo roto el hombro, después de la caída se me ha quedado colgando. Tengo un gran golpe en la tibia y no es una fractura total, pero estoy pendiente de una resonancia? El tobillo también lo tengo muy dolorido, un golpe en la cabeza que me tienen que hacer un escáner? golpes terribles”.
Lizeaga vivió durante varias horas una agonía, tal y como relataba él mismo: “Llevaba siete u ocho minutos de ventaja. Pedía socorro una y otra vez, tampoco quería malgastar las fuerzas porque no sé cuánto aguanta el cuerpo en esa situación de frío sin perder la consciencia? Visto que nadie me escuchaba, he decidido coger altura. Medio escalando y medio apoyándome entre dos paredes con el culo he conseguido subir unos diez metros y me he puesto a gritar otra vez”.
Llamar la atención de los demás corredores le salvó la vida: “Uno me ha oído, ha frenado a otros y por teléfono han llamado al helicóptero. Tras un rescate de tres horas, con los arneses, me han sacado de allí. No era fácil. He aparecido arriba e increíblemente feliz”. Lizeaga pensó en lo peor: “Se me ha pasado por la cabeza que iba a tener una muerte bastante triste. Pensaba que me iba a entrar la hipotermia en cuestión de tiempo, tenía algo para comer, dos o tres barritas y geles energéticos. He pensado ¿Qué iban a ser, dos horas, tres, cuatro, hasta perder la consciencia? Estaba tan abajo que era difícil que me escucharan, así que tenía que tirar algo para arriba”, explicó el urnietarra, que agradeció la ayuda a los corredores vascos Javi Domínguez y Sergio Aramendia, “que han estado ahí tres horas tratando de ayudarme”.