donostia - Al mapamundi victorioso de Valverde se le acumulan las postales de triunfo. Colecciona 114. Un universo en sí mismo. De tanto vencer no hay lugar que se le resista a Valverde. Es entonces cuando vuelve sobre sus recuerdos, al rastro de sus pisadas de genio, para vencer otra vez. Está obligado a repetir el murciano como esos viajeros infatigables que no les quedan más rincones que plegar en su macuto. En Valverde todos los lugares son uno. La cartografía ciclista le pertenece o al menos la visita para que nunca se olviden de su pose victoriosa. Valverde, el omnipresente. En Valls alzó los brazos en 2015 y ayer los colgó nuevamente del cielo de la localidad catalana en otro sprint que resolvió con ese deje único, con ese acento que se asemeja a la inercia con la que caen las hojas ante el pasmo generalizado de sus rivales, que para cuando detectaron la presencia del murciano eterno, observaron su felicidad con una bicicleta de ventaja.

La segunda jornada de la Volta a Catalunya fue otro día en la oficina para Valverde, acostumbrado a ganar con las zapatillas de casa y la barba de tres día. Su formidable aparición dejó sin respuesta a Impey, McCarthy y Bernal, toda vez que el líder Hodeg empequeñeció en el ascenso al Coll de Lilla. Allí se evaporó, mordido por la pendiente y la caldera del Mitchelton. El festejo colocó a Valverde sobre la peana del liderato. Doblete. De trago. Irresistible por su capacidad para descifrar los códigos que enjaulan las victorias. No hay ganzúa como la de Valverde, que brotó con la primavera para vencer en un final tatuado en su memoria, trenzado para sus nuevas piernas. La terrible caída del Tour no derrotó a Valverde, que es aún más joven que cuando se reventó la rodilla en Düsseldorf. Sin óxido, el murciano se encaramó al liderato en un lugar que honra a Xavi Tondo, el compañero que falleció años atrás en un accidente. “La llegada picaba para arriba, la conozco muy bien y sé que me iba bien. Aquí en Valls he ganado de todas las formas posibles: al sprint, en solitario?”, expuso Valverde, en constate idilio con la sonrisa. “Siempre es bonito triunfar aquí y poder dedicárselo a nuestro amigo Xavi Tondo, al que siempre recordamos”, recordó Valverde antes del tríptico montañoso de la Volta, que arranca hoy con la amenaza del frío y el viento.

bizkarra y merino Camino de Valls el viento fue un púgil que zurró la cara de los ciclistas sin desmayo. Una tunda. A esos puñetazos de aire se enfrentaron Mikel Bizkarra (Euskadi-Murias), Igor Merino (Burgos-BH) y Antonio Molina (Caja Rural) con el espíritu indomable de quienes se saben vencidos pero no derrotados. Durante un buen puñado de kilómetros, los dos vizcainos y Molina combatieron con energía, con el entusiasmo alimentándoles una fuga que en las carreras WorldTour están guionizadas. Los jerarcas se pusieron serios y enarcaron la ceja. Esa es la señal. Cacería. Después de que los escapados se pararan a ver pasar el tren en una de esas imágenes cada vez menos comunes, Grivko se presentó para marcar territorio. Anulado el cuarteto, Cyril Barthe, compañero de Bizkarra, trató de progresar. En vano. El viento levantó un muro y la aceleración de Movistar, donde cohabita el trío compuesto por Valverde, Quintana y Soler, le apagó. La subida al Coll de Lilla estiró a todos y cortó la cuerda a Hodeg, fuera de la ecuación para el sprint, que se focalizó por el centro hasta que por el costado, con un chasquido, irrumpió el de siempre. Valverde bailó en otro Valls.

Segunda etapa

1. Alejandro Valverde (Movistar)4h41:50

2. Daryl Impey (Mitchelton)m.t.

3. Jay McCarthy (Bora)m.t.

4. Egan Bernal (Sky)m.t.

5. Matej Mohoric (Bahrain)m.t.

Clasificación general

1. Alejandro Valverde (Movistar)8h21:09

2. Jay McCarthy (Bora)a 4’’

3. Daryl Impey (Mitchelton)a 6’’

4. Nairo Quintana (Movistar)a 11’’

5. Matej Mohoric (Bahrain)a 12’’