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Markel Irizar un clásico

el oñatiarra analiza desde su experiencia, a través de anécdotas, la temporada primaveral de carreras de un día que comienza hoy con la omloop het nieuwsblad, antigua het volk

Markel Irizar un clásicoRuben Plaza

oñati - Los aperitivos de Australia, Valencia, Andalucía, Dubái o Abu Dabi, cita esta última que no concluye hasta mañana, sirven año tras año para inaugurar una temporada ciclista cuyo arranque real, según los puristas, no tiene lugar hasta que asoma el adoquín en el horizonte. El frío y la lluvia no nos han dejado aún. Pero los días empiezan a alargarse. Tarda más en oscurecer. Y en esas llega la prueba definitiva de que la primavera se encuentra a la vuelta de la esquina: las clásicas. La Omloop Het Nieuwsblad belga, antigua Het Volk, abre hoy el fuego (15.30 horas, Eurosport 2) con 196 exigentes kilómetros y la recuperación del antiguo tramo final del Tour de Flandes. Comienzan así dos meses de actividad frenética cuya guinda llegará el 22 de abril con la Lieja-Bastogne-Lieja.

En el actual pelotón guipuzcoano, hablar de clásicas es hablar de Markel Irizar. El ormaiztegiarra Ion Izagirre y su notable papel el año pasado en las Ardenas apuntan a significar un relevo de categoría. Pero, de momento, la dilatada experiencia del de Oñati convierte a este en el principal referente si de lo que se trata es de analizar la temporada que se avecina. Su calendario en 2018 le va a llevar por otros derroteros. Pero ha corrido once veces el Tour de Flandes, diez París-Roubaix, cuatro Strade Bianche, dos Flechas Valonas, dos Liejas, una Amstel Gold Race y otra Milán-San Remo, entre otras muchas carreras de menor caché como las que se disputan hoy y mañana, la mencionada Omloop y la Kuurne-Burselas-Kuurne. “Me voy a sentar a verlas delante del televisor, y va a tocar pasar envidia. La cultura ciclista belga forma parte de mi carrera profesional”, asegura Irizar en vísperas de estas “preparatorias para Flandes, la madre del cordero”.

Quince días en Italia

La elite de las clásicas hace un paréntesis transalpino durante la primera quincena de marzo y cambia Bélgica por Italia. El sábado que viene se disputa en Siena la “preciosa” Strade Bianche. “Yo siempre digo que el Tour de Flandes es la carrera más bonita que hay. Pero si la Strade Bianche tuviera su ambiente...”, explica el ciclista oñatiarra, enamorado de los caminos de tierra de la Toscana. “Terminar en la plaza de Siena, abarrotada, es algo exagerado”, agrega Markel, quien echa en falta más público durante el recorrido y lamenta su “mala suerte” en una prueba a lo largo de la que se ha solido “encontrar bien”. “En 2015 iba en el grupo delantero y Cancellara pinchó de atrás. Le di mi rueda y a los pocos segundos volvió a pararse. Había pinchado la delantera. Corrí 150 metros a tope, con las calas, para entregarle la mía también”, recuerda Markel, quien un año después repetiría infortunio. “Todo iba perfecto. Solo quedábamos 40 en cabeza. Y hubo un momento en el que me dije: Qué bien. Ando de puta madre. Me va a salir un carrerón. Pero fue pensarlo y, en cuestión de centésimas, se me acercó Jasper Stuyven: Sorry, Markel. I have a flat tyre. Give me your wheel(Lo siento Markel. He pinchado. Dame tu rueda)”.

El sterrato de Italia “poco tiene que ver” con el adoquín de Roubaix según Irizar, pese a que muchos comparan ambas citas. “En la Strade Bianche puedes correr con tubulares de 25 milímetros y en torno a seis bares de presión en las ruedas. En Roubaix, mientras, necesitas cubiertas de 28, y a mí me gusta salir con menos de cinco bares en los neumáticos. De lo contrario, es imposible avanzar. Te quedas clavado en el adoquín, siempre que no seas Cancellara. Fabian ponía las piedras del pavé mirando a Murcia. Un animal. No he visto nunca nada que se le parezca”, reflexiona el ciclista oñatiarra, a quien la Milán-San Remo, que disputó en 2012, no terminó de seducir. “Tiene la épica del kilometraje, casi 300. Se trata de la carrera más larga de la temporada. Y en Italia la viven muchísimo. Pero no es una prueba que vaya a ir a ver en el futuro con mi mujer y con mis hijos. A la Strade Bianche y a Flandes, en cambio, sí que les llevaré”.

Recuerdos imborrables

“Es la hostia”, suelta Markel cuando se le pregunta por la gran clásica del adoquín belga. Le sale de dentro. Y retrocede a la edición de 2013 para evocar “las mejores sensaciones” de toda su carrera. “Nos jugábamos el espónsor. Trek entraba a patrocinarnos si ganábamos. Y lo hicimos con Cancellara. En una semana se llevó Flandes, Harelbeke y Roubaix. No es solo que salváramos nuestros contratos. Es que ocurrió lo mismo con los de todos los integrantes del equipo: auxiliares, mecánicos, fisioterapeutas... Fue la leche”, expresa Irizar, quien antes de la habitual salida en Brujas vivía momentos de tensión “incomparables” con los previos a otras citas del calendario. “Luca Guercilena (el mánager del equipo) nos daba golpes en el pecho a lo Carlos Aimar, aquel entrenador del Logroñés, cuando bajábamos del autobús. Salías motivadísimo. Pero también responsabilizado. Mi misión consistía en evitar que se formara una escapada muy grande de inicio. Y pienso que siempre lo logramos”.

Cancellara ganó en Flandes en 2013. Y repitió triunfo en 2014, una victoria que Markel también recuerda. “Fabian se quedó sin geles. Yo le ofrecí uno, pero él no lo quería. Lo pedía de un sabor concreto y se puso muy cabezón. Al final, casi a la fuerza, le metí el mío en el bolsillo trasero. Después de la carrera, viendo en diferido los kilómetros finales, comprobé que se palpó el maillot a seis de meta y sacó algo... ¡Era mi gel! Decía que le salvó la carrera, aunque tan cerca de la llegada ya da igual lo que comas”, relata Irizar, cuyas experiencias con el Espartaco suizo dan para escribir un libro.

Durante el mencionado 2013, el de la incertidumbre sobre la inversión de Trek, “Cancellara llegó súper nervioso a la Roubaix. Todo lo que no fuera ganar, para él suponía una cagada”. A Irizar se le pone la carne de gallina cuando recuerda lo que se siente al escuchar a través del pinganillo “a un tío de 84 kilos” gritando como si no hubiera un mañana. “Nos decía: ¡Guys! ¡I need you all! (¡Chicos! ¡Os necesito a todos!). Imagínate. Vas tirando en un tramo de adoquín con esa banda sonora... Menuda motivación”. La historia tuvo final feliz. Victoria del suizo. Pero a Irizar se le complicó la carrera. “Faltaban 80 para meta y se acercó Fabian. A mí me hablaba en italiano: ¡Giovane! La tua borraccia (¡Joven! Tu bidón). Se había quedado sin agua. Tan lejos de meta se hace difícil llegar sin beber, así que me preparé para morir de camino a Roubaix”, bromea el oñatiarra.

Otro ciclismo

Tras el arranque belga de hoy, las citas italianas y las dos grandes del adoquín, llegará a mediados de abril el tríptico de las Ardenas: Amstel, Flecha y Lieja. “Valverde se está mostrando tan superior que el espectáculo se complica”, bromea Markel con tono de admiración sobre una fase del calendario en la que se ha prodigado menos y que no le dice tanto como el adoquín. “Es otra cosa, para otro tipo de corredor”. Así, espera Irizar que Sagan y Van Avermaet, “los más fuertes” de cara a Flandes y Roubaix, terminen cediendo protagonismo al murciano, para poner punto final a una campaña primaveral apasionante. Hoy empieza lo bueno.

Sáb. 24/2 Omloop Het Nieuwsblad

Dom. 25/2Kuurne-Bruselas-Kuurne

Sáb. 3/3Strade Bianche

Sáb. 17/3Milán-San Remo

Vie. 23/3E3 Harelbeke

Dom. 25/3Gente-Wegelvem

Mié. 28/3A Través de Flandes

Dom. 1/4Tour de Flandes

Mié. 4/4Scheldeprijs

Dom. 8/4París-Roubaix

Mié. 11/4Flecha Brabanzona

Dom. 15/4Amstel Gold Race

Mié. 18/4Flecha Valona

Dom. 22/4Lieja-Bastogne-Lieja

196

Con 196 kilómetros entre Gante y Ninove, donde la organización recupera el antiguo tramo final del Tour de Flandes, Greg Van Avermaet es el gran favorito hoy en una Omloop Het Nieuwsblad que ya venció en 2016 y 2017.