donostia - Dani Pérez (L’Hospitalet de Llobregat, 1990) es uno de esos jugadores que ha estado toda su trayectoria entre la LEB Oro y la ACB. Siempre ha sido considerado uno de los mejores bases de la segunda división del basket estatal, pero no había llegado a hacerse un hueco continuado en la máxima categoría. Estuvo dos años, de 2013 a 2015, en Fuenlabrada (la mitad del segundo se lo pasó lesionado) y dos meses -abril y mayo de 2016- en Tenerife. Entre medias jugó con el Palencia, logrando un ascenso a la ACB que no se culminó en los despachos, lo mismo que le había sucedido en 2012 con el Menorca. Curiosamente, en ambas ocasiones compartió vestuario con el guipuzcoano Urko Otegui. La imposibilidad de subir para los equipos de la LEB por las inasumibles condiciones económicas que exigía la ACB se convirtió en un laberinto no solo para los clubes, también para jugadores como Dani Pérez.

“Cuando estás en una liga en la que no tienes objetivos, porque en mi caso había subido dos veces para nada... pues es verdad que el verano pasado, después de jugar con el Oviedo, era el momento para mí de pararme y pensar qué hacía”, reflexiona el base catalán, formado en las categorías inferiores del FC Barcelona antes de dar el salto en 2008 al Cornellá de LEB Plata. “Por suerte, me salió la opción del GBC con Porfi, que es un entrenador que me conoce y confía en mí”.

Y es aquí, en Donostia, en el Delteco GBC, donde Dani Pérez se ha hecho con un hueco de verdad en la ACB. Titular en doce partidos, juega 23 minutos por jornada, promedia 6,3 puntos y 4,1 asistencias y, sobre todo, se ha convertido en el líder del equipo en la cancha. Juega y hace jugar. Además de esa “confianza” que le da el entrenador, la clave quizás sea la mentalidad con la que está afrontando el reto: “Ya había jugado en la ACB con el Fuenlabrada y el Tenerife, así que no me cogía de nuevo, no siento esa necesidad de agradar, sino simplemente de jugar bien y ayudar al equipo. Aunque es verdad que tenía la espinita de mi segundo año en Fuenlabrada, que tuve una lesión importante en el tobillo”.

El catalán admite que “sí hay diferencia” entre la LEB y la ACB. “Quien diga que no, miente. Aquí hay tíos como Norel y Clark de 2,10 que anotan y taponan. Pero al final es baloncesto, cuando te adaptas también subes tu nivel. También es verdad que en mi posición el cambio físico no es tan grande. Yo creo que todos los jugadores de la LEB y la ACB saben jugar, pero la confianza es importante. Un jugador puede hacerlo muy bien un año en un equipo y al siguiente, mal en otro. Porfi tiene confianza en mi juego, sabe lo que puedo hacer y lo que no, y me deja jugar”.

El catalán es uno de esos bases de la vieja escuela, que mira antes a sus compañeros que el aro contrario: “Es mi juego y, cuando tienes compañeros tan buenos, es más fácil. Prefiero dar diez asistencias que meter diez puntos. Si en algún partido me toca lanzar más a canasta lo hago, pero no es algo que me preocupe”.

El nivel que está exhibiendo Dani Pérez, superior al que se esperaba, se puede aplicar a muchos de sus compañeros y al equipo en general: “Tanto todos los compañeros como yo nos estamos reivindicando. Cuando empezó la liga, toda la gente decía que íbamos a descender en la primera vuelta. Nadie hubiera dicho que llevaríamos ocho victorias ya, pero la dinámica es positiva, poco a poco nos lo hemos ido creyendo y las sensaciones son buenísimas”.

objetivo, “doce victorias” Pese a la óptima situación clasificatoria -cuatro victorias sobre el descenso y a solo dos de la octava posición que daría el pase al play-off- el GBC no cambia el discurso: “Hay que ser coherentes. Tenemos un objetivo claro, que es llegar a doce victorias, que tal y como está la liga te daría la salvación. Estamos en el mejor momento de la temporada, porque de los últimos seis hemos ganado cuatro y solo hemos perdido contra el Barcelona y el Madrid. Cuando lleguemos a doce, que ojalá sea lo antes posible, ya miraremos si se puede algo más”.

El director de juego catalán considera que el GBC “va a más” según avanza el curso porque “se está creando un buen feeling con los compañeros y los técnicos” y destaca la labor de equipo por encima de las individualidades: “En Sevilla Norel estuvo bien defendido y aparecieron Clark y Chery. Pero si no llegan a ser ellos, hubieran aparecido otros. Lo bueno es que el grupo está por encima de las individualidades, que además son muy buenas”.

El siguiente reto es alargar esta dinámica positiva el domingo frente al Gran Canaria en Illunbe (12.30 horas): “Es un equipazo. Será muy complicado. Sobre el papel son superiores, pero jugamos en casa, estamos en un buen momento y por qué no vamos a ganar. Nuestros dos próximos partidos son en Illunbe -después vendrá el Zaragoza- y sería fabuloso poder sacar los dos”.