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“Esta es una regata con corazón y cabeza”

La Regata Munilla, que tendrá lugar este fin de semana en Donostia, es una de las citas de vela más importantes del calendario del Cantábrico y del verano en Gipuzkoa

“Esta es una regata con corazón y cabeza”N.G.

Donostia - La 18ª edición de la Regata Internacional Ciudad de San Sebastián-Memorial Vicente Munilla tendrá lugar este fin de semana. La primera etapa será mañana de Hondarribia a Donostia; y el domingo se cerrará la competición con la segunda etapa en la bahía de La Concha. Será un fin de semana bonito y emotivo para los regatistas que, además de competir, traerán a la memoria la figura de Vicente Munilla, un apasionado de este deporte que en dos ocasiones fue subcampeón de Europa en la modalidad 470. Hoy en día, su hijo Iñigo es uno de los organizadores de la prueba, y cuenta cómo será un fin de semana especial en el que Donostia acoge “una regata con corazón y cabeza”.

En esta edición la regata cumple 18 años, la mayoría de edad. ¿Qué valoración hace de todos estos años?

-La valoración es muy buena. Son 18 años, una larga trayectoria desde los inicios. Hoy en día, es una regata muy consolidada en el Cantábrico, con una participación muy estable. Cada vez la organización es más fácil y sencilla.

¿Diría que se han cumplido los objetivos iniciales a largo plazo?

-Sí, totalmente. Siempre eres ambicioso. En todos los proyectos que te embarcas buscas lo mejor, lo máximo. Aquí hay un componente doble: el homenaje a nuestro padre (Vicente Munilla) y dar a San Sebastián una regata internacional que no había antes del año 2000. Simplemente con esos dos objetivos estamos muy contentos. Que haya habido esa transición a una regata internacional y que la memoria de nuestro padre siga año a año en la mente de las 50 embarcaciones que van a salir a navegar el sábado. En base a esos dos objetivos estamos muy satisfechos tanto la familia como el Real Club Náutico de San Sebastián.

Sobre el propósito de dar a la ciudad una regata internacional, ¿cómo afecta a Donostia?

-Le afecta en el sentido de que está en un calendario de regatas que se establece desde la Federación Vasca, por lo que estamos ya inmersos en el calendario de las regatas del Cantábrico. Para San Sebastián supone que barcos de origen francés y de fuera de la ciudad (de Zumaia, Orio, Getaria, Bilbao o Santander) vengan a disfrutar un fin de semana de regata. Todo ello con la fuerza de los patrocinadores e instituciones públicas, que año a año nos están ayudando a seguir manteniendo esta competición.

¿La gente conoce la regata y la sigue cuando llega el fin de semana?

-Lo que ocurre con la vela es que no es como con las traineras o el ciclismo, por poner dos ejemplos. Es un deporte que llega sobre todo al mundo náutico, a la gente que vive más el día a día de las regatas. Es verdad que animamos a familias, amigos, regatistas, gente del sector náutico y con la fuerza de los medios tratamos de llegar para que la ciudadanía tenga la oportunidad de ver la llegada de esos barcos a la isla Santa Clara, que es una entrada muy bonita. Pero no lo voy a negar, cuesta llegar a un gran público.

¿Cuánta participación esperan?

-La participación es muy estable los últimos años. Algún año ha podido bajar un poquito debido a la crisis, porque la náutica requiere un coste (barco, tripulación...), pero confiamos en que el sábado (por mañana) estén en la salida entre 40 y 50 barcos.

¿Participarán campeones de anteriores ediciones?

-Sí, es una flota muy estable. Los barcos de Hondarribia de siempre, los cuatro o cinco franceses, los de Bilbao... y nunca fallan los que tienen opciones de ganar el domingo.

La competición consta de dos etapas. ¿Qué recorrido tiene cada una de ellas?

-El itinerario del fin de semana empieza el sábado por la mañana. Nos reunimos con todos los regatistas en el Club Náutico de Hondarribia y la salida ronda las doce de la mañana, aunque dependerá un poco de las condiciones del viento. Salimos y una baliza marca las dos millas de Hondarribia, que hay que bordear, y luego se trata de una travesía hasta Donostia. Los barcos pueden llegar a meta sobre las tres de la tarde, más o menos. Tenemos el descanso del fin de semana entre etapa y etapa, que es en el Palacio de Miramar, con un cóctel con amigos, regatistas, asistentes y demás; nos juntamos casi 200 personas. El domingo se sale de la bahía donostiarra y se hace una regata que es un barlovento y sotavento, es decir una regata más técnica. Cuando finaliza la segunda etapa, se hace la entrega de premios en el Club Náutico de San Sebastián. Hay gente que viene por la parte náutica, que, además de profesional, es familiar. La gente se queda mucho con el hecho de que son dos etapas y se quedan a dormir, algunos en los barcos y otros en hoteles. Eso hace que tenga un poco de magia porque llegan el sábado de la primera etapa y saben que van al Palacio Miramar.

¿Siguen colaborando con la Fundación Why Not?

-Sí, desde 2010 la Fundación Why Not? es la gran colaboración que tiene la regata. Es una fundación que pone el foco en desestigmatizar las enfermedades mentales. Para ello, busca distintas actividades de ocio, talleres varios... para mejorar la calidad de vida de las personas con estas enfermedades. Para nosotros es el gran aliado de la regata porque tiene, a su vez, un componente social, y en el evento del Palacio de Miramar destinamos parte de los recursos para esta bonita causa.

Mencionaba que recordar la memoria de Vicente Munilla era el otro objetivo de la regata. ¿A pesar de todos los años que han pasado, ese objetivo sigue teniendo fuerza?

-Para nosotros es el fin de semana de Toti -así le llamaban a Vicente-, de Sagartxo, su embarcación de toda la vida. Para nosotros, la respuesta es que sí, que sigue teniendo fuerza y que no se olvida, que permanece en la memoria. No todo el mundo puede pensar como yo, y es muy loable y justo, porque han pasado muchos años. Eso nos anima a enfatizar en esta ocasión en la figura del aita, como lo hacemos todos los años. Subyace todavía, hay mucha fuerza y energía y pretendemos que no decaiga, y que haya un equilibrio entre esos dos objetivos principales.