Irribarria y Zabaleta arrollan a Berasaluze y Larunbe

Duración: 42 minutos de juego.

Saques: 3 de Irribarria (tantos 3, 8 y 11) y 2 de Berasaluze II (tantos 2 y 11).

Pelotazos: 286 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 12 de Irribarria, 5 de Berasaluze II y 1 de Larunbe

Errores: 4 de Zabaleta, 3 de Berasaluze II y 4 de Larunbe.

Marcador: 1-0, 5-1, 6-2, 6-3, 7-4, 12-5, 13-7, 17-8, 18-8, 18-9, 19-12 y 22-12.

Incidencias: Semifinales del Torneo de Sanantolines disputado en el frontón Santi Brouard de Lekeitio. Cerca de 1.000 espectadores.

Lekeitio - No encontraron respuesta Pablo Berasaluze y Mikel Larunbe ante el bombardeo que se les vino encima. Iker Irribarria y José Javier Zabaleta son pura potencia y cuando a ello le suman el control se convierten en un binómio prácticamente imparable. Sus pelotazos son dinamita y el zaguero de Galdakao lo vivió en primera persona. Su trabajo consistió en aguantar hasta que el tanto caía del lado colorado. La pareja de Aspe tuvo su día y nada pudieron hacer los vizcainos. No les dio para contrarrestar los innumerables zarpazos de sus adversarios. Al final, Irribarria y Zabaleta reflejaron su dominio con un 22-12 en el marcador y Berasaluze vivió una despedida amarga de los Sanantolines de Lekeitio al quedarse fuera en las semifinales.

El delantero vizcaino apenas participó en el juego y solo se pudieron ver pequeños destellos de su inmensa clase. Irribarria siempre estuvo un paso por delante de él gracias a su pegada con las dos manos. El delantero de Arama se las ingenió para evitar al mago de Berriz y cuando tuvo que defender siempre estuvo en el lugar adecuado, capaz de sacar su mano derecha para salvar más de una jugada comprometida.

Aunque el verdadero culpable de la tortícolis de Berasaluze fue Zabaleta. El zaguero de Etxarren sigue de dulce. La pelota sale con brillo de sus manos y ha entrado en una racha de dominar los partidos uno tras otro con mano de hierro. De menos a más. Cogiendo sensaciones poco a poco, el navarro va haciéndose con el control del partido y al final a los rivales no les queda más remedio que rendirse a la evidencia.

La estrategia de Irribarria y Zabaleta fue clara desde el primer pelotazo. Berasaluze es un demonio desde los primeros cuadros y no necesita nada para sumar cartones a su botín. Así, los pelotaris de Aspe decidieron exprimir al máximo su mejor arma, la larga y poderosa pegada, y fijaron su punto de mira en Larunbe.

El zaguero de Galdakao contestó a lo que pudo, pero el campeón del Manomanista encontró mucha pelota a favor y se limitó a repetir la jugada una y otra vez hasta que dio sus frutos. No había necesidad de enredarse en los cuadros alegres. Pegar y esperar. No hubo más para los colorados, que también trasladaron su superioridad al marcador al ponerse con una ventaja de 5-0 en pocos pelotazos.

Con todo en contra, la pareja vizcaina decidió tirar hacia delante y no tirar la toalla pese a que el martillo colorado no paraba de golpearse. Los remates de Berasaluze y una buena fase de juego de Larunbe permitieron que el marcador se estrechara.

El público empezó a creer en una remontada de sus paisanos y el berriztarra tuvo en su mano dar otra estocada más, pero entonces el suelo del frontón le jugó una mala pasada, resbaló y su remate se fue por debajo de la chapa. Ya no hubo más victoria azul. Irribarria y Zabaleta se lanzaron directos al 22 y el lunes se enfrentarán en la final al ganador del encuentro de hoy entre Olaizola II-Albisu y Altuna III-Rezusta. - J.V.L.