donostia - ¿Preparados para la batalla?

-Sí, sí. Estamos mentalizados y preparados para el partido. Somos conscientes de que, después del Córdoba, ya no hay nada más. No jugaremos más partidos. Y esta vez sí que nos la jugamos. Esta es la última batalla y hay que ganarla como sea.

Todo el mundo da por hecho el triunfo ante el Córdoba. ¿Cómo se toma eso la plantilla?

-El partido hay que jugarlo. Se hablan de muchas circunstancias: el Córdoba en Ipurua, el Deportivo en Barcelona, el Granada... Pero nosotros tenemos que centrarnos en lo nuestro. Nos enfrentamos a una plantilla profesional, compuesta por futbolistas que querrán jugar bien, ganar e irse de vacaciones con un buen sabor de boca. Lo que pasa es que nosotros nos estamos jugando el futuro y la historia del club. Estamos esperando el partido con cuchillo y tenedor.

Pero no es suficiente solo con ganar...

-No. Está claro que todo el mundo tendrá un ojo puesto en Granada y en Barcelona. Pero lo primero es lo de Ipurua. Y la gente lo sabe. Se han agotado las entradas y el público nos animará de principio a fin. Lo ha hecho durante toda la temporada, y en el último partido no nos fallará. Estoy seguro.

No me quiero imaginar lo que tiene que haber sido Garitano esta semana, insistiendo en el Córdoba y solo en el Córdoba.

-Él lo tiene muy claro. Con razón además. Nos está haciendo ver que las cosas son así, que tenemos que centrarnos en lo nuestro. Y esto consiste en pensar en el Córdoba, en las debilidades que ellos puedan tener y en ver cómo se les puede hacer daño.

¿Es un partido que toca ganar más por lo anímico que por lo táctico?

-Solo con lo anímico no lo vamos a ganar. Hay que exponer, hay que jugar al fútbol... Habrá que hacer muchas cosas bien para sumar los tres puntos. Únicamente con el corazón no lo vamos a sacar adelante. Habrá que jugar con el corazón caliente, de acuerdo. Pero con la cabeza bien fría. Hay que entender con qué Córdoba nos vamos a encontrar, qué van a querer ellos, cómo nos interesa comportarnos a nosotros... Pienso que debemos ser agresivos y verticales, intentar tener el balón, cuidar las acciones de estrategia y, sobre todo, transmitir a la grada desde el calentamiento que estamos enchufados y que queremos ganar el partido. Ipurua debe ser una olla a presión.

Toca mirar al futuro más que al pasado, pero se lo tengo que preguntar. ¿Qué le ha pasado al Eibar para llegar a esta situación?

-El mundo del fútbol tiene sus cosas. Y a nosotros, desgraciadamente, nos ha tocado vivir esto. Ya está. Hay que aprender de los errores cometidos. Hace unos meses, todos pensábamos que la situación en la última jornada iba a ser más sencilla. Pero la competición nos ha traído hasta aquí. Solo queda un partido. Debemos hacer borrón y cuenta nueva, y jugárnosla en 90 minutos. Este equipo ha jugado muchos partidos importantes durante las últimas temporadas, y estamos preparados para lo que nos espera mañana.

Hacia febrero y marzo hubo una racha de entre cuatro y seis partidos en la que el equipo estuvo muy bien y, sin embargo, solo sacó un punto, en Granada.

-Es cierto que vivimos una serie de partidos en los que hicimos méritos para, al menos, empatar. Recuerdo el de Elche, Rayo Vallecano, Levante... En aquel momento hasta despreciabas lo que podía suponer no ya ganarlos, sino empatarlos. El punto no te llamaba la atención. Pero, con varias igualadas de esas que pudimos merecer, hoy estaríamos salvados. Los errores puntuales y la mala suerte nos llevaron a aquellas derrotas. Sin embargo, no es momento de darle vueltas al asunto. Cuando hemos sido sólidos, hemos podido puntuar en cualquier partido. Así que somos plenamente capaces de ganar al Córdoba con solvencia.

¿Sienten que, tras el empate de Getafe, están en mejor posición que hace una semana?

-Puntuar en el Coliseum supuso, para empezar, cortar una racha negativa, de varias derrotas. Y además, desde el punto de vista moral, nos hizo bien comprobar que estábamos cómodos sobre el césped, y que el Getafe no nos creaba excesivo peligro. Aún y todo, somos conscientes de que esas buenas sensaciones no sirven de nada contra el Córdoba. Ya no se trata de la interpretación buena o mala que puedas hacer de un resultado o de una actuación concreta. Es que esto es una final, y solo nos vale ganar.

¿Es partidario de los transistores? Imaginemos que le toca ser suplente. ¿Se pondrá la radio en el banquillo?

-Si no juego, lo primero será apoyar a los titulares, y dejarme la vida después si me corresponde jugar veinte, diez o cinco minutos. A partir de ahí... ¿Transistores? Yo creo que ya habrá bastantes en la grada de Ipurua, y nos iremos enterando de todo puntualmente. Serán 90 minutos de muchísima tensión, y tenemos que estar preparados para escuchar ruidos y celebraciones paralelas al encuentro.

Porque, si toca ser titular y estar sobre el césped, uno se entera de todo, ¿verdad?

-Sí . El domingo en Getafe, por ejemplo, te enterabas de todo, principalmente cuando se acercaba el final del partido. Fuimos sabiendo sobre la marcha, por citarte un encuentro, que el Sevilla le estaba remontando al Almería.

Y que el Granada goleaba en Anoeta...

-Es que se jugaban la vida. Y la Real no. Esa fue la diferencia entre un equipo y otro. La importancia que el partido tenía para el Granada era mil veces superior a la que tenía para la Real. Ganaron 0-3 y no hay nada más que decir. Nada que objetar. Nosotros estamos ahí abajo por nuestra propia culpa, no por la de la Real, que tiene hechos sus deberes y puede afrontar los partidos como quiera. El Eibar no está completando una buena segunda vuelta, y tampoco puede estar esperando a que otros equipos le ayuden o le dejen de ayudar.

Supongo que su respuesta se basa en la experiencia que acumula sobre los terrenos de juego. Así que dígame otra cosa. ¿Qué debería pasar en el Camp Nou entre un Barça campeón y un Deportivo con la salvación en juego?

-Pues que, en teoría, el Barcelona tiene que demostrar que es superior al Deportivo. Pero no ya porque se haya proclamado campeón, sino porque ahora afronta las finales de Copa y de Champions, y supongo que querrá llegar rodado y con buenas sensaciones. Encima tiene a Messi, que buscará terminar Pichichi, Bota de Oro o lo que sea... (risas).

En circunstancias similares, el Eibar le ganó al Lugo el año pasado.

-Por ejemplo, por ejemplo. Y después, en la última jornada, fuimos a Soria y empatamos contra el Numancia. El nivel de competición nunca lo pierdes. Cuando salgo al terreno de juego siempre pienso en ganar, y nunca en regalar nada a nadie. El Barcelona o el Atlético de Madrid en Granada, me imagino, se comportarán igual. Son plantillas profesionales y ambiciosas. No tengo la menor duda de que lo darán todo.

¿Pero en Granada no puede pesar más la necesidad local que la tercera plaza que busca el Atlético?

-No lo sé. El Atlético también tiene cosas por las que motivarse. La tercera plaza te ahorra una previa de Champions dura, que marca tu verano y que te pude dejar incluso sin algún día adicional de vacaciones. Además, creo que entrar en la Champions es, hoy en día, una responsabilidad muy alta para ese club. Mañana tienen una oportunidad de clasificarse directamente para la fase de grupos, y supongo que querrán aprovecharla.

¿Jon Errasti ha visualizado el éxito esta semana? Ipurua de fiesta, la salvación en el bolsillo...

-En mi cabeza no cabe otra cosa que no sea estar celebrando, mañana a las ocho y cuarto, la permanencia en Primera División.

¿Lo ha soñado? ¿O cuesta conciliar el sueño?

-Poco a poco vamos durmiendo mejor durante estos últimos días. Pero después del partido de Getafe, el domingo y el lunes, una vez que estaba clara la situación de cara a la última jornada, costó conciliar el sueño, pensando en las distintas situaciones y combinaciones. Estamos todos deseando que llegue el partido. Que llegue ya.