Donostia - El relevo generacional tendrá que esperar. Juan Martínez de Irujo repitió ayer ante Beñat Rezusta en el frontón Astelena de Eibar el mismo resultado que el sábado endosó Aimar Olaizola a Jokin Altuna en el frontón Labrit de Pamplona: 22-8. De esta forma, el delantero de Ibero aceptó el desafío que le lanzó el goizuetarra en la víspera y ambos protagonizarán dentro de dos semanas una apasionante semifinal del mano a mano que tiene pinta de que se jugará en el frontón Bizkaia de Bilbao. El escenario con mayor capacidad para el duelo que más pasiones levanta. Una reedición más, la 40ª, del clásico de la pelota a mano moderna.
“Parece que hay ganas de echarnos a un segundo plano, pero Aimar (Olaizola), Oinatz (Bengoetxea) y yo (Juan Martínez de Irujo) tenemos cuerda para rato”, señaló el delantero de Ibero al término del choque. Y es que los tres rebasan los 30 años y serán protagonistas de unas semifinales con un único veinteañero, el vizcaíno Mikel Urrutikoetxea, que, no obstante, se clasificó el sábado para la que será su tercera presencia consecutiva en la penúltima ronda del mano a mano.
Amenazaba Rezusta el estreno de Irujo en la competición con dos victorias convincentes: una ante Albisu y otra más desafiante ante Xala, delantero y campeón del torneo en 2011. Pero el delantero de Ibero despejó las dudas con un comienzo arrollador basado en la pegada. Gozó con el saque, con la izquierda y con la derecha y tardó bien poco en poner tierra de por medio (6-0).
Rezusta se defendía con dignidad, pero no encontraba la oportunidad para pasar a dominar a un campeón que saltó a la cancha furibundo. Solo un error de Irujo permitió al zaguero guipuzcoano, un zurdo cerrado, estrenar su casillero (6-1), pero cometió a continuación una falta de saque que le impidió seguir sumando y permitió que su oponente abriera una brecha aún más profunda (10-2 y 12-4).
El choque se quedaba sin historia, pero Rezusta, que nunca bajó los brazos, por profesionalidad y por el aliento que le insuflaron los centenares de aficionados que le animaron ayer desde la grada del Astelena, encontró un atisbo de esperanza en forma de cuatro tantos consecutivos (12-8) que le invitaron a soñar con dar guerra al defensor del título.
Fue un espejismo. Irujo volvió a la fórmula que tanto éxito le trajo en el arranque de la contienda y se marchó directo al cartón 22. Fue su forma de aceptar el desafío que un día antes le había lanzado Aimar. Los delanteros de Ibero y Goizueta se verán las caras en una semifinal que se presenta apasionante y a la que ambos llegan mejor que nunca.