El Gipuzkoa Basket empieza a vislumbrar ya la salvación -el objetivo que se marcó a principio de temporada- después del importantísimo triunfo logrado en la cancha del Morabanc Andorra por 77-88. La victoria tiene un valor enorme para el equipo de Jaume Ponsarnau. Se podría decir que vale hasta triple, ya que ganar ayer supone que no lo haga un rival directo como es el Andorra y tener a favor el average particular, lo que puede valer su peso en oro en un hipotético empate a final de temporada. Un paso de gigante, que permite al GBC contar con dos triunfos más el citado average de renta sobre el Andorra y tres victorias sobre el Fuenlabrada y el Sevilla, los dos equipos en zona de descenso, a falta de que ambos jueguen hoy sus respectivos partidos. Una situación hasta confortable y que cualquiera hubiera firmado en la 20ª jornada liguera.
El conjunto guipuzcoano afrontaba la cita después de tres derrotas consecutivas tras actuaciones flojas, y por momentos preocupantes, y con un calendario por delante de máxima dificultad: Unicaja y Barcelona. Es decir, el partido de ayer estaba marcado en rojo por muchísimos motivos y el Gipuzkoa Basket dio la talla cuando tenía que darla, a la hora de la verdad, en uno de esos días que marcan la diferencia entre salvarse o perder la categoría, así de claro. Todo es opinable en el deporte, pero hay una cosa que no se le puede discutir al grupo liderado por Ponsarnau: su fiabilidad ante los rivales directos. Ha ganado los dos duelos al Andorra y en la primera vuelta superó a Manresa, Fuenlabrada y Sevilla. Es decir, cinco de las siete victorias que figuran en su cuenta las ha logrado contra los cuatro equipos que tiene por debajo en la tabla. La dura y agónica lucha por la permanencia en la ACB depende muy mucho de los duelos directos y este GBC lo ha entendido perfectamente.
El triunfo de ayer tuvo un destacadísimo protagonista, Dani Díez. El alero cedido por el Real Madrid hizo el mejor partido de su incipiente y prometedora carrera deportiva con unos números de escándalo: 32 puntos con seis triples de siete intentos, siete rebotes, cinco faltas recibidas y 36 de valoración que le pueden valer para ser el MVP de la jornada y que sobre todo sirvieron para que su equipo sumara un triunfo clave. Díez fue con diferencia el mejor, pero estuvo bien acompañado por Taquan Dean y Hanley (16 puntos por cabeza) y Jared Jordan (ocho asistencias). Esta vez importó menos que el banquillo aportara poco o que Doblas no esté en su mejor momento. Con la colosal actuación de Dani Díez y la aportación puntual de los citados jugadores fue suficiente para tumbar al Andorra.
El GBC dominó el encuentro con gran comodidad desde el inicio y arrolló a su rival con rentas de hasta 26 puntos en el tercer cuarto (38-64). El Andorra trató de reaccionar en el último acto, en el que metió 34 puntos debido a la relajación visitante, pero la victoria no corrió peligro y, aunque queda mucho, la salvación ya parece encarrilada.