Jared, el pasador
liga acb un consejo paterno marcó desde pequeño la mentalidad baloncestística del base estadounidense del gipuzkoa basket, líder en asistencias de la acb con 6,39 por partido: “si sabes pasar el balón, todos querrán jugar contigo”
donostia - En una ACB con bases de la talla de Sergio Rodríguez, Marcelinho Huertas, Quino Colom, Raúl López, Pedro Llompart, Albert Oliver o Javi Salgado, por citar solo algunos, el mejor pasador es Jared Jordan, un jugador de escaso físico (apenas 1,85 de altura) y que disputa su primer año en la Liga, pero que ve el juego como nadie y cuya especialidad es asistir. Tanto, que el director de juego del Gipuzkoa Basket promedia en las 18 primeras jornadas 6,39 pases, solo detrás de Thomas Heurtel -que a finales de diciembre se fue a Turquía-, así que es el líder entre los jugadores que siguen compitiendo en la ACB. Una media muy alta, que en caso de mantener durante el resto de la campaña le serviría para ser el mejor asistente desde el curso 2005-06, cuando Pablo Prigioni lideró este apartado estadístico con 6,8 asistencias por encuentro.
En la cabeza de Jordan están siempre los cuatro compañeros con los que comparte cancha en cada momento. “Primero miro los posibles pases que hay. Quizás debería tirar más, no sé, pero es mi juego desde siempre”, reconoce el jugador nacido el 14 de octubre de 1984 en Hartford (Estados Unidos) un par de días después de haber dado nueve asistencias ante el Estudiantes. Números ya habituales en él, que esta campaña ha dado ocho o más pases en seis partidos. “Para mí es algo natural”, comenta. Casi de nacimiento, se podría decir, porque un consejo paterno marcó su filosofía baloncestística: “Empecé a jugar con cinco años o seis. Mi padre jugó en la universidad. Me solía decir: Si puedes pasar el balón la gente querrá jugar contigo. Es lo que he hecho desde que comencé y lo que me permite seguir en el baloncesto profesional. Siempre me he fijado en Steve Nash, me fijaba mucho en él cuando yo estaba en la universidad, ha tenido unos años increíbles en la NBA”.
Contrasta el consejo con el que recibió en su momento Jimmy Baron, a quien su padre, entrenador universitario, le vino a decir: “Si eres capaz de anotar, siempre habrá algún equipo que te querrá”. Incluso muchos bases hoy en día son más anotadores que pasadores. “Es verdad que desde hace tiempo hay una corriente de bases que anotan mucho. Yo no soy así, desde luego. Igual estoy equivocado, pero es mi estilo. Igual también soy así porque ya desde el instituto no era ni el más alto ni el más fuerte, y me tenía que buscar la vida”, explica Jordan. La mítica frase pronunciada por Toni Kukoc -una canasta hace feliz a una persona, una asistencia a dos- se adapta a la manera de jugar del americano del GBC: “Sí, me gusta esa frase. Disfruto dando asistencias y jugando así”.
El estilo de Jordan recuerda en cierta manera al del anterior base titular en Illunbe, Javi Salgado. “En baloncesto no todo es fuerza y físico, también se puede jugar con inteligencia”, ha comentado alguna vez el base vizcaino. Algo que se puede aplicar perfectamente a Jordan, que en físico no puede competir contra casi ningún base rival -suele tener problemas en los uno contra uno en defensa- pero que impresiona por su forma de ver el juego, capaz siempre de encontrar un compañero en buena posición, ya sea bajo el aro o fuera esperando para lanzar de tres. “¿El secreto? No sé. Ya te he comentado que para mí es algo natural. Hay que ver el campo lo más amplio posible, estar concentrado y atento, reaccionar rápido, conocer a tus compañeros...”.
histórico en la universidad Jordan comenzó a destacar como jugador en el instituto y fichó por la Universidad de Marist, de la primera división de la NCAA. “Me pareció una buena opción porque estaba cerca de casa y a nivel deportivo estaba en la máxima categoría, aunque no era de las mejores de Estados Unidos”. Allí, como no podía ser de otra manera, sobresalió gracias a su capacidad para dirigir el juego. Hasta el punto de liderar el ranking de asistencias de todo el país durante su tercer y cuarto años universitarios (2006 y 2007) con promedios de 8,5 y 8,7 asistencias por partido. Allí era conocido como El Mago. “Bueno, empezaron a llamarme así en el instituto, pero no me gusta”, dice.
Su buen rendimiento no le valió para tener hueco en la NBA: “Es algo que todos los jugadores de allí queremos, jugar en la NBA. Hice lo posible, pero no lo logré. Es una liga muy difícil, con jugadores buenos, fuertes y altos”. Así que decidió hacer las maletas y venir a Europa, concretamente al Lietuvos Rytas lituano que disputaba la Euroliga. “Jugar, no jugué mucho, más bien veía el juego desde el banquillo”, dice con una sonrisa. “Fue difícil para mí. Primer año fuera de Estados Unidos, no jugaba mucho... me culpaba a mí mismo, pero seguí trabajando y con el tiempo lo veo como una experiencia que me hizo fuerte porque lo pasé mal. Fue duro, la verdad”.
Esta experiencia negativa le hizo regresar a Estados Unidos, donde entrenó con los Hornets antes de fichar por el Rio Grande Valley Vipers de la D-League americana. “Pensé en darme otra oportunidad en Estados Unidos para intentar llegar a la NBA, y por eso me uní a los Vipers. No funcionó porque después de esa temporada tampoco tuve hueco en la NBA, así que a partir de entonces ya me centré en Europa”, explica el base, que por supuesto dejó su sello en la D-League, promediando 8,8 pases de canasta y dando en un partido 21 asistencias.
alemania y grecia En 2009, Jordan fichó por el Telekom Bonn, un año después recaló en el Kolossos Rodas griego y en 2011 volvió a Bonn, donde jugó dos temporadas y media antes de fichar en febrero de 2014 por el Bamberg, su último equipo antes de venir a Donostia. “En Bonn me sentía muy bien. Es un gran sitio para vivir y para jugar. A mitad de la pasada temporada fiché por el Bamberg, que pagó mi contrato, pero me lesioné, estuve un tiempo fuera de las canchas y no lo hicimos tan bien como se esperaba. Estaba cómodo en Bonn, pero a veces tienes que cambiar de aires e intentar algo nuevo”, explica Jordan, que dejó un óptimo recuerdo tanto en Grecia (líder en asistencias con 5,5 por partido) como en Alemania, donde era conocido como El mago de Bonn y fue el mejor asistente del campeonato en los cursos 2011-12 (promedio de 8,2) y 2012-13 (7,6). También fue el mejor pasador en la Eurochallenge, la tercera competición europea en importancia, con 8,8 pases por encuentro en la campaña 2011-12. Cifras impresionantes que adornó con un día especialmente inspirado en el que repartió 18 asistencias. “Creo que es el récord de la Liga Alemana empatado con otro jugador”, recuerda. “Son partidos en los que estás muy inspirado y te sale casi todo, como las 21 asistencias en la D-League”.
“quería probar en la acb” Ese mal epílogo a sus cuatro años en tierras germanas hizo a Jordan plantearse la posibilidad de cambiar de aires y se puso como objetivo jugar en la Liga ACB, donde encontró la oferta del Gipuzkoa Basket. “La ACB está vista desde fuera como una competición top y quería probar, lo tenía claro. Además, fuera del basket tanto mi mujer como yo queríamos conocer otra ciudad, otro país, tener distintas experiencias. La vida de un jugador dura un número determinado de años y no quería dejarlo sin haber jugado en la ACB. La verdad es que fue una buena decisión, porque estoy disfrutando bastante aquí”.
Hasta llegar al GBC, Jordan estaba acostumbrado a competir en Europa. Con el Lietuvos disputó la Euroliga, con el Bonn la Eurochallenge y con el Bamberg la Eurocup. Aquí las semanas se le hacen “demasiado largas”. “Estaba acostumbrado a otro ritmo. Aquí son muchos entrenamientos y pocos partidos, pero es lo que hay. Creo que cualquier jugador te diría que prefiere competir a entrenar. Compensa el hecho de que la ACB es muy competitiva y siempre vas a tener un rival duro”.
“hay grandes bases enfrente” Tras ser el mejor asistente en Grecia y en Alemania, Jordan puede completar su particular triplete logrando lo mismo en la ACB. Por ahora, y dejando a un lado a Thomas Heurtel, lidera la clasificación individual con un promedio de 6,39 asistencias por jornada. Le siguen Jayson Granger (5,47), Quino Colom (5,39), Marcelinho Huertas (5,28) y Sergio Rodríguez (5,13). “¿Líder de asistencias en la ACB? A ver, queda media temporada. Mi manera de jugar es así, pasar el balón y facilitar las canastas. Hay grandes bases en esta Liga, algunos de máximo nivel europeo. Siento un gran respeto por todos”.
Por ahora, Jordan ha sido incluido en varias ocasiones en el quinteto ideal de la jornada destacando su generosidad: “No sé si soy generoso, es que siempre he jugado así. Trato de ayudar al equipo haciendo eso. Es mi trabajo, por eso me ficharon y por eso sigo aquí”.