Síguenos en redes sociales:

"Antes echaba de menos una oportunidad en un equipo grande; ahora soy feliz aquí"

David Doblas (Santander, 32 años) está completando su mejor temporada como profesional. Se ha consolidado como uno de los 'cincos' dominantes de la ACB y es el 15º jugador más valorado de la liga. El choque ante el Madrid es perfecto para que el pívot demuestre su nivel

Donostia. Desde que llegó al GBC hace ya ocho años y medio, Doblas ha mejorado en todo: físico, mentalidad, técnica... Arrastra el injusto sambenito de jugador tosco, que cae fácilmente en las provocaciones y que hace demasiados gestos de cara a la galería, cuando esa época la dejó atrás hace tiempo y ahora muestra exactamente lo contrario cuando está en la cancha. Su nivel hace pensar que tendrá ofertas el próximo verano, pero no piensa en ello, sino en seguir haciendo historia en el seno del Gipuzkoa Basket. En esta entrevista, Doblas ahonda en esa mentalidad que ha ido puliendo, en los técnicos que le han ayudado, en las oportunidades quizás perdidas...

A los 32 años está en su mejor momento. ¿Se considera un jugador de maduración tardía?

Sí, totalmente. Los pívots necesitamos más tiempo para madurar. En mi caso es verdad que he sido un jugador muy inmaduro en algunos aspectos como el de las faltas o el de ciertos comportamientos un poco agresivos que no me han beneficiado. Entré en la ACB como un jugador fuerte, de hacer bloqueos y de pegarme con cualquier americano. A partir de ahí he intentado mejorar mi tiro, mi movilidad y mi paciencia. Todavía recuerdo de la época del Bruesa GBC a Galilea, que me decía: "Cuando recibas, tranquilo, cuenta tres segundos". La pausa, saber buscar mi momento, no hacer una falta tonta... son cosas que me han venido con el tiempo. A mis 32 años sigo madurando.

También ha mejorado en los aspectos técnicos del juego.

He tenido un cambio muy grande a nivel físico gracias a Eugenio Rodríguez, que para mí es el mejor preparador físico de la ACB. He convertido la grasa de mi cuerpo y la torpeza en agilidad y velocidad. Los movimientos los tenía desde mi época en la cantera del Baskonia, me los enseñó Alfredo Salazar, pero he aprendido cuándo hacerlos y a ejecutarlos con velocidad.

¿Cuántos kilos ha bajado desde que llegó a Donostia?

No tantos. Entre ocho y diez, pero mi cuerpo ha cambiado. Estoy más atlético, más formado, me veo más hombre. ¡Es que llegué hace casi nueve años! Noto que me dan el balón y que puedo meter canasta o sacar algo positivo, no como antes, que me daban el balón y la gente pensaba: "A ver qué hace este, si la pierde o hace falta de ataque".

Sito Alonso le ha insistido mucho en el tema de la mentalidad.

Sí, en la primera charla con él me dijo. "Tienes 25 años, ¿no?". Yo le dije: "No, 29". Era una manera de decirme que mi mentalidad no era acorde a mi edad. He tenido varios entrenadores importantes. Alfredo Salazar me enseñó todo y Pepe Rodríguez fue el primero que confió en mí, en el Melilla hace ya quince años. Luego Pep Clarós (Rosalía) cambió mucho mi mentalidad de trabajo. Ya en Donosti, Porfi Fisac fue el primero que confió en mí como jugador líder de un equipo. "Te quiero en mi equipo para jugar, vente, no seas gilipollas", me dijo por teléfono. Pablo Laso me puso titular en la ACB y me dio minutos. Y Sito ha sido el más importante a nivel mental, ha cambiado mi cabeza, me ha centrado a nivel ofensivo y defensivo hasta el jugador que soy ahora, titular y jugando media hora en un buen equipo de la liga.

Los rivales conocen su importancia en el equipo y le buscan las cosquillas constantemente.

Los rivales saben que estoy jugando casi 30 minutos por partido y el equipo está acostumbrado a que estemos en el campo tanto Jason Robinson como yo. Es normal que intenten sacarme faltas o cansarme. Incluso me han dado algún golpe de más. Pero Julen Olaizola está cumpliendo a la perfección.

Físicamente no ha tenido ninguna lesión importante desde que está en Donostia (ha jugado los 220 partidos del GBC en la ACB).

Esto también es en buena parte gracias a Eugenio, hace un gran trabajo de prevención. He tenido alguna cosa muscular, pero nunca me ha supuesto parar. Me perdí un partido de play-off de LEB en León, me levanté con 40 de fiebre. No bebo, no fumo. Me cuido. También en verano. Hago una buena preparación física. Aguanto los entrenamientos de Sito, que son duros.

¿Su mejor partido de la temporada fue contra el Unicaja?

Ellos tienen tres o cuatro pívots de nivel Euroliga. Hice un muy buen partido, pero como todos mis compañeros. El equipo supo buscarme a mí y cuando me empezaron a defender mejor metimos de fuera. Contra el Baskonia el partido iba parecido, pero en el tercer cuarto fallé un par de canastas fáciles y no supimos reaccionar.

¿Qué sabor de boca le dejó esa última derrota en el derbi?

Ellos tenían que ganar sí o sí para seguir optando a la Copa. Planteamos un partido duro, pero al final salió Poeta, nos metió tres triples y ganaron, creo que con justicia. Fue una pena porque Illunbe estaba lleno y queríamos ganar por nuestra afición y por la Copa, pero estoy contento porque hace tres o cuatro años las fuerzas estaban más desniveladas y hemos logrado estar más parejos con algunos equipos gracias a nuestro trabajo.

La Copa sigue estando ahí.

No nos presionamos. Cuando se hacen cuentas, no salen bien. Nos quedan dos partidos muy difíciles, ahora contra el Real Madrid y luego ante el Estudiantes en su cancha. Es brutal lo que está haciendo el Madrid. Tendremos que ser valientes, ir a por ellos. Si esperamos que vayan a fallar Llull o Carroll, o que Mirotic vaya a tener un día malo, no vamos ganar. Son capaces de ir a ciento y pico puntos, pero tenemos la segunda mejor defensa de la liga.

Es el 15º jugador más valorado de la ACB, pero ¿siente que sigue estando infravalorado?

Un poco sí, la verdad. Siempre he echado de menos una oportunidad en un equipo grande, aunque el GBC lo estamos haciendo grande poco a poco entre todos. Jugué unos minutos en Euroliga con el antiguo Tau, pero siempre he echado de menos no haber jugado Euroliga o Eurocup, algo que pude hacer aquí la pasada temporada. No sé si es por infravaloración o porque no he tenido suerte, pero así han sido las cosas. Ahora soy feliz aquí y no sé si lo cambiaría por una situación de ser menos importante. Valoro mucho estar jugando minutos. Ojalá pueda vivir más años buenos con el GBC y entrar en la Copa y el play-off, pasar una ronda... eso sería más grande que estar en un equipo de Euroliga y jugar diez minutos.

Tiene años por delante. ¿Cree que el tren de un grande ha pasado?

Ahora mismo ni lo pienso, lo valoro porque me lo preguntas. No puedo andar pensando en eso, simplemente quiero hacer la mejor temporada posible individual y colectiva. Ni voy a jugar en el Barcelona o el Madrid ni voy a ir a la selección, ¿para qué pensarlo? Soy un jugador histórico en Donostia, y eso no tiene precio. Prefiero ascender de la LEB, como hemos hecho dos veces aquí, que ganar una Euroliga jugando cinco minutos.