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En estado de gracia

El Gipuzkoa Basket, con Salgado, Robinson, Ramsdell y Doblas pletóricos, se exhibe tras el descanso para desarbolar al Fuenlabrada (77-58) y dar otro paso hacia la Copa

En estado de graciaGorka Estrada

Donostia. El Gipuzkoa Basket suma y sigue. El equipo dirigido por Sito Alonso sumó ante el Fuenlabrada su séptimo triunfo del curso, cuarto consecutivo, y subió a la sexta plaza de la ACB tras la derrota del Unicaja. Cifras para soñar. Pero lo mejor no son los fríos números, pese al placer que proporcionan en esta ocasión. Lo mejor es cómo está consiguiendo esas victorias el GBC. El conjunto guipuzcoano va de exhibición en exhibición. Después de arrollar hace seis días al CAI Zaragoza en el Príncipe Felipe, ayer mostró de nuevo esa versión demoledora, esta vez tras el descanso, para llevarse por delante al Fuenlabrada y culminar otro partidazo, con el público de Illunbe entusiasmado.

El GBC es un equipo en estado de gracia. Cree en lo que hace, se emplea con intensidad y entusiasmo y cuando le acompaña el acierto resulta muy difícil de detener. Es difícil predecir hasta dónde puede llegar, adivinar su techo. Por presupuesto y plantilla debería estar unos cuantos puestos por debajo, pero una vez alcanzada la 12ª jornada -un tercio de la Liga Regular- es quinto. Y sus jugadores cada vez se lo creen más y juegan mejor. Decía en la previa Chus Mateo, técnico del Fuenlabrada, que este Gipuzkoa Basket le recordaba al de hace dos años, cuando jugó la Copa, el play-off, y acabó quinto. Comentaba también Neto hace un par de semanas que veía posible superar lo de aquel curso. Uno empieza a verlo más posible que imposible después de ver el rendimiento en las últimas jornadas. El equipo transmite actitud e ilusión a raudales, y encima tiene mimbres en forma de muy buenos jugadores y un técnico que sabe exprimir hasta el límite a los suyos.

El desarrollo de los primeros veinte minutos del encuentro no hacía presagiar lo que iba a venir a continuación. En los dos primeros cuartos, el partido fue un correcalles en el que se vieron más errores que aciertos por parte de ambos contendientes. El GBC, pese al 8-0 inicial, se atascó luego y le costó mucho anotar, a veces porque movía el balón con lentitud y otras porque fallaba tiros bastante cómodos. Solo Doblas y Salgado mantuvieron el tipo dentro del errático juego del conjunto guipuzcoano, que al menos estuvo bien en defensa para que el choque se mantuviera igualado (29-29) al descanso.

Lo mejor hasta ese momento había sido la sentida ovación del público a Andy Panko, que recibió una placa de manos de la peña Omnes Uni. Illunbe se puso en pie para agradecer a number seven cinco años inolvidables. El lunar del día fue el desprecio del club hacia el mejor jugador que ha tenido en su historia. Hace dos años, el GBC le entregó a Ricardo Uriz la insignia de plata del club cuando el navarro llegó con la camiseta del Valladolid. Ayer, en cambio, Panko -el MVP tanto de la LEB Oro como de la ACB vistiendo la camiseta guipuzcoana- se quedó sin nada. La falta de una explicación convincente sobre este asunto por parte del club acrecienta la sensación de que hay un malestar porque el americano prefirió en verano la oferta del Fuenlabrada a la del GBC. Si ese es el verdadero motivo -el club por ahora no ha dado otro- sería muy triste. Sin embargo, la afición sí le mostró ese cariño a Panko, quien por cierto tuvo un día bastante gris y se quedó en seis puntos.

ramsdell, en defensa y ataque En la reanudación despertó la bestia. Bastó que Robinson -muy desacertado antes- metiera un triple para encender la mecha. El GBC se olvidó de los dos primeros cuartos y se desató mostrando ese baloncesto duro atrás y alegre adelante. Cuatro fueron los protagonistas de un tercer acto memorable: el propio Robinson, Salgado, Doblas y Ramsdell. El alero anotó dos triples que lideraron el parcial de 14-0 en cinco minutos que rompió totalmente el encuentro (43-29) y dio forma al parcial de 26-10 entre el minuto 20 y el 30. Robinson estuvo muy bien acompañado, como casi siempre. Salgado dirigió con maestría al equipo, desdibujó a un Carlos Cabezas que habitualmente le ha dado muchos problemas y además metió cuatro triples, dos de ellos en ese tercer cuarto. Se unió a la fiesta Charles Ramsdell, enorme en defensa y que metió casi todo lo que tiró. El ala-pívot no solo se ha rehecho de un flojo inicio de curso, sino que ha sido clave en los dos últimos triunfos con su defensa y sus puntos. Su labor sobre Panko fue excelente.

Capítulo aparte merece David Doblas. El cántabro está inmenso. Ayer fue muy superior a los pívots rivales. Fue inabordable en defensa y en ataque sacó provecho a cada balón que le llegó. Acabó el partido con 14 puntos y 11 rebotes. Su estado de forma es muy bueno y sabe que está ante la temporada de su vida. Hace dos años, fue un actor secundario en el histórico curso del Gipuzkoa Basket. En esta ocasión, él es uno de los líderes del actual quinto clasificado de la ACB. Pocos pívots de la liga están a su nivel.

El 55-39 en el minuto 30 dio paso a un último cuarto festivo para la grada, pero que el GBC se tomó muy en serio. Ramsdell, Robinson y Winchester, que por fin vio aro, llegaron a dar al conjunto local una renta máxima de 27 puntos (72-45). El GBC demostró que va a por la Copa. El basket-average vale su peso en oro en caso de empates y el conjunto de Sito lo cuidó hasta el último instante, ganando finalmente por 19 puntos. Perdió parte de su renta no por relajación, sino porque Sito dio el relevo a Doblas, Salgado, Robinson y Ramsdell, que se llevaron el merecidísimo aplauso de Illunbe. El Gipuzkoa Basket sigue pletórico y apunta con fuerza a la Copa a base de partidazos. Por ahora es quinto y el lunes se jugará en la cancha del Gran Canaria el cuarto puesto. Ojo, que estos jugadores no tienen freno.